Mitigar el poder del mercado inmobiliario para garantizar la estabilidad residencial
El mercado inmobiliario en España está dominado por los propietarios, lo que lleva a una inseguridad residencial generalizada y una precariedad económica, especialmente en ciudades importantes como Madrid y Barcelona. Desde la promulgación del Decreto Boyer en 1985, las reformas legislativas han priorizado los beneficios de los propietarios sobre la estabilidad de la población, lo que ha creado una carga financiera para los hogares y ha convertido el alquiler en sinónimo de estrés e inestabilidad
El papel histórico de la propiedad en España
Durante 50 años, las políticas públicas de vivienda en España, tanto a nivel nacional como autonómico, se han centrado en crear una amplia clase media a través de la propiedad de viviendas. Este enfoque se remonta al siglo XIX, cuando la industrialización y la urbanización llevaron a preocupaciones sobre las condiciones de vida de las masas trabajadoras que se trasladaban a las ciudades. Los reformadores creyeron que convertir a los trabajadores en propietarios les daría una participación en el sistema y reduciría el riesgo de rebelión.
El impacto de la crisis financiera
Este enfoque de la vivienda continuó después de la dictadura de Franco, pero la crisis financiera de 2007-2008 cambió el panorama. El colapso del mercado inmobiliario hizo que muchas personas perdieran sus hogares y llevó a un aumento de los alquileres. Esto ha creado una situación en la que cada vez más personas dependen del alquiler, pero enfrentan una escasez de viviendas asequibles. Al mismo tiempo, una pequeña parte de la sociedad, aquellos con mayores ingresos, posee un número cada vez mayor de propiedades, beneficiándose de las altas rentas de alquiler.
La necesidad de regulación
El autor argumenta que la regulación del mercado inmobiliario es esencial para abordar la inseguridad residencial. Si bien es necesario construir nuevas viviendas públicas, también es importante utilizar de manera eficiente las viviendas existentes. El autor señala que en los últimos años, muchas viviendas se han perdido por el mercado turístico, lo que agrava la escasez de viviendas asequibles. Sugiere que el gobierno podría aumentar la inversión en viviendas públicas y tomar medidas para regular las rentas de alquiler para proteger a los inquilinos de los aumentos excesivos.
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