Crisis en la Pesca Argentina: Parálisis de Flota, Costos y Soluciones Urgentes
La industria pesquera argentina, históricamente un pilar fundamental de su economía y fuente de empleo para miles de familias, se encuentra al borde del colapso. Una tormenta perfecta de factores económicos, laborales y regulatorios ha sumido al sector en una crisis sin precedentes, amenazando no solo la sostenibilidad de las empresas, sino también el bienestar de las comunidades que dependen de esta actividad. Este artículo profundiza en las causas de esta crisis, analiza sus consecuencias y explora las posibles soluciones que se proponen desde el sector para evitar un desastre de proporciones aún mayores.
La Crisis Profunda de la Industria Pesquera Argentina
Desde mediados de marzo, la flota tangonera congeladora argentina permanece paralizada, con más de cien buques varados en los puertos de Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Deseado. Esta inactividad forzada ha provocado pérdidas económicas que superan los 100 millones de dólares en exportaciones, afectando a toda la cadena de valor, desde las empresas armadoras y plantas procesadoras hasta los estibadores, proveedores de servicios y las industrias conexas. La situación es crítica y exige una respuesta urgente por parte de las autoridades.
Raíces del Conflicto: Un Convenio Colectivo Desactualizado
La principal causa de la parálisis de la flota congeladora reside en un convenio colectivo de trabajo firmado en 2005, que se mantiene vigente sin modificaciones sustanciales a pesar de los profundos cambios que han experimentado las condiciones del mercado en las últimas dos décadas. Este convenio establece que el salario de los tripulantes se calcula sobre un valor de referencia del langostino de 12 dólares por kilogramo, una cifra muy superior al precio actual de mercado, que ronda los 5,5 dólares por kilogramo. Este desfase genera un incremento desproporcionado en los costos laborales, haciendo inviable la operación de las empresas.
Según estimaciones del sector, el costo mensual por marinero puede superar los 16 millones de pesos, mientras que las empresas enfrentan rentabilidades negativas del orden del -21% por cada viaje. Esta estructura de costos, sin paralelo en el ámbito internacional, amenaza directamente la viabilidad económica de la actividad pesquera argentina. La falta de flexibilidad y la rigidez del convenio colectivo impiden que las empresas puedan competir en un mercado global cada vez más exigente.
Carga Impositiva y Dólarización de Insumos: Un Doble Golpe
La problemática laboral se agrava con otros factores críticos que afectan la competitividad del sector. La presión fiscal sobre la pesca continúa en aumento, con retenciones del 6% a las exportaciones y un incremento promedio del 210% en los Derechos Únicos de Extracción (DUE). A pesar de las recientes medidas de reducción de retenciones implementadas por el gobierno nacional, la pesca no ha sido incluida en este régimen, lo que agrava aún más la situación.
Paralelamente, la inflación en dólares de los insumos esenciales –combustibles, repuestos navales, servicios portuarios y logísticos– ha deteriorado la ecuación económica de las empresas, que operan con márgenes inexistentes o negativos. La combinación de una alta carga impositiva y la dolarización de los costos de producción ha generado una situación insostenible para el sector, poniendo en riesgo su futuro.
La Crisis Silenciosa del Sector Fresquero
Si bien la parálisis es más visible en la flota congeladora, el segmento fresquero, con base principalmente en Mar del Plata, enfrenta desde fines de 2023 una crisis estructural de características similares. El precio de referencia de la merluza fresca permanece congelado en 650 pesos por kilogramo en banquina, mientras que los costos operativos continúan en alza. Esta situación genera pérdidas significativas para las empresas pesqueras.
Un informe reciente de la consultora INVECQ, encargado por las cámaras del sector, revela que cada salida de un buque fresquero genera una pérdida promedio del 21%. Por ejemplo, una descarga de 3.000 cajones genera una facturación de 73,5 millones de pesos, frente a costos operativos que ascienden a 88,5 millones de pesos. Esta situación también afecta gravemente a las plantas procesadoras en tierra, que operan a pérdida: el costo de producción del filete supera los 3.500 dólares por tonelada, mientras que el precio de venta apenas alcanza los 2.800 dólares por tonelada.
Riesgo de Colapso Productivo y Social: Un Futuro Incierto
El sector fresquero aún no ha detenido su actividad formalmente, pero se evidencia un proceso de paralización progresiva. En Mar del Plata, cada día se inmovilizan nuevas embarcaciones por falta de recursos, se cierran plantas de fileteado y se incrementan los retiros voluntarios. La posibilidad de un colapso total del sector comienza a tomar forma, con consecuencias directas sobre el empleo, las exportaciones y el tejido productivo de varias economías regionales.
La crisis de la industria pesquera argentina no es solo un problema económico, sino también social. Miles de familias dependen de esta actividad para su sustento, y un colapso del sector podría generar un aumento significativo del desempleo y la pobreza en las comunidades costeras. Es fundamental que se tomen medidas urgentes para evitar esta situación.
“La situación es insostenible. Si no se toman medidas urgentes, la industria pesquera argentina corre el riesgo de desaparecer, con consecuencias devastadoras para la economía y la sociedad.”
El Petitorio Urgente del Sector Pesquero: Soluciones a la Vista
Ante este escenario crítico, las principales cámaras empresarias del sector pesquero nacional han solicitado la adopción inmediata de una serie de medidas para revertir la crisis. Entre las principales demandas se encuentran la actualización del convenio colectivo de trabajo, en sintonía con las condiciones reales del mercado y la sostenibilidad de la actividad; la inclusión de la pesca en el régimen de reducción de retenciones, en línea con otros sectores exportadores estratégicos; y la revisión integral del esquema de Derechos Únicos de Extracción (DUE) y la estructura tributaria aplicada al sector.
Además, se solicita una coordinación interministerial urgente que permita articular una respuesta integral para evitar el colapso productivo y social en las regiones afectadas. El sector pesquero argentino genera más de 46.000 empleos directos, abastece al mercado interno y exporta productos a más de 100 destinos internacionales. Su sostenimiento es clave no solo para la generación de divisas, sino también para preservar el entramado industrial de comunidades enteras que dependen de esta actividad.
La Perspectiva del Gobierno: Eficiencia y Adaptación
Desde el gobierno, se espera que el sector readapte los costos operativos para lograr la eficiencia que impone un mercado internacional que aplana a la baja todo el complejo escenario económico. Esta postura implica una presión para que las empresas pesqueras reduzcan sus costos y mejoren su competitividad, sin embargo, no aborda las causas estructurales de la crisis, como el convenio colectivo desactualizado y la alta carga impositiva.
La falta de una respuesta integral por parte del gobierno ha generado frustración y desconfianza en el sector pesquero, que teme que la crisis se agrave aún más en los próximos meses. Es fundamental que las autoridades escuchen las demandas del sector y trabajen en conjunto para encontrar soluciones que permitan garantizar la sostenibilidad de la industria pesquera argentina.
Fuente: https://pescare.com.ar/intercamaras-informa-perdidas-millonarias-y-exigen-medidas-urgentes/
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