Merluza Negra: Investigación para Mejorar Calidad y Sostenibilidad de la Pesca Argentina
El Atlántico Sur, un ecosistema desafiante y rico en recursos, alberga una de las pesquerías más importantes para Argentina: la merluza negra (Dissostichus eleginoides). Esta especie, apreciada a nivel mundial por su carne de alta calidad, es objeto de intensos estudios científicos y rigurosas regulaciones para asegurar su sostenibilidad. Recientemente, el buque pesquero Argenova XXI regresó de una campaña de investigación de 29 días, aportando datos cruciales sobre la fisiología de la merluza negra y buscando optimizar las prácticas pesqueras para mejorar tanto la calidad del producto como la precisión de los estudios científicos. Este artículo explorará en profundidad la importancia de la merluza negra para la economía argentina, los desafíos de su manejo sostenible y los avances recientes en la investigación de esta especie clave.
La Merluza Negra: Un Tesoro del Atlántico Sur
La merluza negra, también conocida como bacalao antártico, es un pez de aguas frías que habita las profundidades del Atlántico Sur, concentrándose en áreas como las islas Georgias del Sur, el talud continental y el Pasaje de Drake. Su distribución geográfica está directamente relacionada con las corrientes marinas y las temperaturas del agua, factores que influyen en su ciclo de vida y patrones de migración. Esta especie se caracteriza por su crecimiento lento y su longevidad, pudiendo alcanzar edades superiores a los 50 años y pesos que superan los 100 kilogramos. Su carne blanca y firme, con un sabor delicado, la convierte en un producto muy demandado en mercados internacionales, especialmente en Estados Unidos y Asia.
La importancia económica de la merluza negra para Argentina es considerable. En 2024, las exportaciones de este producto superaron las 2.100 toneladas, generando ingresos superiores a los 53 millones de dólares. Este valor representa una parte significativa de los ingresos totales del sector pesquero argentino, contribuyendo al desarrollo económico de las regiones costeras y generando empleo en diversas áreas, desde la pesca y el procesamiento hasta la logística y la comercialización. La alta cotización de la merluza negra, que supera los 25.300 dólares por tonelada, refleja la demanda global y la calidad del producto argentino.
Desafíos en la Pesca Sostenible de la Merluza Negra
A pesar de su valor económico, la pesca de la merluza negra enfrenta importantes desafíos en términos de sostenibilidad. La sobrepesca, la pesca ilegal y el cambio climático son amenazas que pueden afectar la abundancia de la especie y la salud del ecosistema marino. Para mitigar estos riesgos, se han implementado estrictas medidas de conservación a nivel mundial, incluyendo cuotas anuales limitadas, zonas de pesca controladas y monitoreo satelital de los buques autorizados. Estas medidas, establecidas por organizaciones internacionales como la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), buscan garantizar que la pesca se realice de manera responsable y sostenible, permitiendo la recuperación de las poblaciones y la preservación del ecosistema.
El cumplimiento de estas regulaciones es fundamental para asegurar el futuro de la pesca de la merluza negra. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa una amenaza significativa, ya que socava los esfuerzos de conservación y puede llevar al agotamiento de los recursos. El monitoreo satelital y las inspecciones en el mar son herramientas esenciales para detectar y combatir la pesca ilegal, garantizando que todos los buques operen dentro del marco legal establecido. Además, la colaboración internacional y el intercambio de información entre los países pesqueros son cruciales para abordar este desafío de manera efectiva.
Investigación Científica a Bordo del Argenova XXI: Mejorando la Calidad y la Precisión
La reciente campaña del buque Argenova XXI, llevada a cabo por personal técnico del Programa de Pesquería de Peces Demersales, Australes y Subantárticos del INIDEP, se centró en comprender los procesos fisiológicos de la merluza negra y su influencia en la calidad de la carne. Los investigadores realizaron una serie de estudios a bordo, incluyendo la toma de muestras de vísceras y glándulas, así como evaluaciones vinculadas al procesamiento del pescado. Uno de los objetivos principales fue analizar el procedimiento habitual de corte total de la cola, utilizado para facilitar el desangrado del pez, y explorar alternativas que permitan minimizar el daño al producto.
El corte total de la cola, aunque efectivo para el desangrado, presenta un inconveniente para los estudios científicos: obliga a reconstruir la longitud total del ejemplar, lo que puede introducir errores en los resultados biológicos. Los investigadores buscaron métodos menos invasivos que permitan preservar tanto la calidad de la carne como la precisión de los datos científicos. La implementación de técnicas de desangrado alternativas, como incisiones controladas o el uso de equipos especializados, podría reducir el daño al producto y facilitar la obtención de información precisa sobre el tamaño y el crecimiento de la merluza negra.
La investigación también se enfocó en analizar la composición bioquímica de la carne de la merluza negra, identificando los factores que influyen en su textura, sabor y vida útil. Estos estudios son fundamentales para optimizar los procesos de procesamiento y almacenamiento, garantizando que el producto llegue al mercado en condiciones óptimas. Además, la información obtenida puede ser utilizada para desarrollar nuevos productos y valorizar aún más este recurso pesquero.
Colaboración entre Ciencia y Sector Pesquero: Un Enfoque Integral
La campaña del Argenova XXI es un ejemplo claro de la importancia de la colaboración entre la comunidad científica y el sector pesquero. La participación activa de los pescadores y los procesadores en la investigación permite obtener datos más precisos y relevantes, así como implementar prácticas más eficientes y sostenibles. Esta colaboración no solo beneficia a la industria pesquera, sino también a la ciencia, al proporcionar acceso a recursos y conocimientos que de otra manera serían difíciles de obtener.
El intercambio de información y la transferencia de tecnología entre los científicos y los pescadores son fundamentales para promover la innovación y mejorar la gestión de los recursos pesqueros. Los investigadores pueden utilizar los datos recopilados por los pescadores para desarrollar modelos predictivos y evaluar el impacto de las diferentes prácticas pesqueras. A su vez, los pescadores pueden beneficiarse de los conocimientos científicos para optimizar sus operaciones y reducir su impacto ambiental.
La investigación en la merluza negra no se limita a los estudios a bordo de los buques pesqueros. El INIDEP y otras instituciones científicas realizan investigaciones en laboratorios, estaciones marinas y áreas de pesca, utilizando una variedad de técnicas y herramientas para comprender mejor la biología, el comportamiento y la ecología de esta especie. Estos esfuerzos combinados son esenciales para garantizar la sostenibilidad de la pesca de la merluza negra y proteger el ecosistema del Atlántico Sur.
Fuente: https://pescare.com.ar/realizan-estudios-a-bordo-para-mejorar-la-calidad-de-la-merluza-negra/
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