Langostino Argentino en Riesgo: Costos Elevados Amenazan Mercados y Empresas Pesqueras
La industria pesquera argentina se encuentra en una encrucijada crítica. La Seafood Expo Global 2025 en Barcelona sirvió como escenario para exponer las profundas preocupaciones que atraviesan al sector, especialmente en lo que respecta a la flota congeladora de langostino. Lo que antes era un motor económico clave, ahora enfrenta el riesgo real de perder mercados vitales debido a una combinación de altos costos, inacción regulatoria y la creciente competencia global. Este artículo analiza en detalle la situación, las advertencias del CEO de Iberconsa, Facundo Godoy, y las implicaciones para el futuro de la pesca argentina.
El Estancamiento de la Flota Congeladora Tangonera: Un Problema Urgente
La situación de la flota congeladora tangonera es, sin duda, el punto más álgido de la crisis. Godoy enfatizó las dilaciones en la resolución de este problema, que ha llevado a la paralización de casi 110 barcos. La inviabilidad económica de operar en las condiciones actuales es la principal causa de este estancamiento. Salir a pescar, en este contexto, no solo no genera ganancias, sino que implica pérdidas significativas, poniendo en peligro la supervivencia de numerosas empresas del sector. La falta de una solución rápida y efectiva amenaza con desmantelar una parte fundamental de la capacidad productiva de Argentina.
La problemática no es simplemente una cuestión de rentabilidad empresarial. Se trata de un riesgo sistémico para toda la cadena productiva, desde los armadores y las tripulaciones hasta las plantas procesadoras y los proveedores de servicios. La paralización de la flota tiene un impacto directo en el empleo, la inversión y el desarrollo económico de las comunidades costeras. Además, la pérdida de capacidad productiva podría tener consecuencias a largo plazo para la seguridad alimentaria y la balanza comercial del país.
La Indiferencia del Mercado: Una Señal de Alarma
Uno de los aspectos más preocupantes revelados por Godoy en la Seafood Expo Global es la reacción de los mercados internacionales ante la escasez de langostino argentino. Contrariamente a lo que se podría esperar, no se ha observado un aumento en la demanda ni una sensación de urgencia por asegurar el suministro. En cambio, los clientes han optado por alternativas, como el langostino Vannamei y otras especies, demostrando la elasticidad de la demanda y la capacidad del mercado para adaptarse a la falta de un proveedor específico. Esta situación es particularmente alarmante porque indica que Argentina no tiene el poder de mercado para dictar precios o condiciones.
La sobreoferta de productos sustitutos ha debilitado la posición negociadora de Argentina. Los clientes, al tener múltiples opciones disponibles, no están dispuestos a pagar un precio premium por el langostino argentino, ni siquiera a mostrar preocupación por su ausencia temporal. Esta realidad subraya la importancia de la competitividad en el mercado global y la necesidad de que Argentina ofrezca un producto de calidad a un precio competitivo. La falta de acción para reducir los costos y mejorar la eficiencia podría llevar a la pérdida definitiva de cuotas de mercado.
El Caladero Sano, un Activo Desaprovechado
Paradójicamente, Argentina cuenta con un caladero sano y estable en términos de volúmenes de producto y especies. Godoy destacó que el país tiene la capacidad de abastecer a los mercados internacionales, que son cada vez más grandes y exigentes. Sin embargo, esta ventaja competitiva se ve anulada por factores externos, como los altos costos y la falta de rentabilidad. La situación actual es insostenible: se tiene el recurso disponible en el agua, pero no se pueden crear las condiciones para extraerlo de manera viable.
La salud del caladero es un indicador positivo, pero no es suficiente para garantizar el éxito de la industria pesquera. Es necesario un marco regulatorio claro y estable, políticas de apoyo a la inversión y la innovación, y una reducción de la carga impositiva para que las empresas puedan operar de manera rentable. Además, es fundamental promover la sostenibilidad de la pesca, garantizando la conservación de los recursos marinos para las generaciones futuras. Un caladero sano es un activo valioso, pero solo puede generar beneficios si se gestiona de manera responsable y eficiente.
Rentabilidad Negativa: La Raíz del Problema
El ejecutivo de Iberconsa fue enfático al señalar que la actividad pesquera, en las condiciones actuales, es económicamente inviable. La rentabilidad negativa es una realidad que se ha confirmado a través de estudios realizados por CAPECA y CAPIP, las cámaras empresariales del sector. Los números son claros: los costos de operación superan los ingresos generados por la venta del langostino, lo que implica pérdidas para las empresas. Esta situación no solo pone en riesgo la supervivencia de las compañías, sino que también desincentiva la inversión y la innovación.
La rentabilidad negativa es el resultado de una combinación de factores, incluyendo los altos costos de combustible, la inflación, los impuestos, las regulaciones ambientales y la competencia desleal. Es necesario abordar estos factores de manera integral para crear un entorno empresarial favorable. La reducción de los costos de operación, la simplificación de los trámites burocráticos y la promoción de la eficiencia son medidas clave para mejorar la rentabilidad de la industria pesquera. Además, es importante fortalecer la cooperación entre el sector público y el privado para identificar y resolver los problemas que afectan al sector.
El Mercado Manda: La Urgencia de una Solución
Godoy advirtió que el mercado no esperará indefinidamente a que Argentina resuelva sus problemas internos. Los clientes buscan alternativas y tienen múltiples opciones disponibles. La falta de langostino argentino no genera preocupación, sino que simplemente impulsa a los compradores a buscar otros proveedores. Esta realidad subraya la importancia de actuar con rapidez y decisión para evitar la pérdida definitiva de mercados.
La Seafood Expo Global sirvió como un claro recordatorio de la dinámica competitiva del mercado global. Los clientes no se preocupan por la procedencia del producto, sino por el precio, la calidad y la disponibilidad. Argentina debe ofrecer un producto competitivo en estos términos para mantener su posición en el mercado. La falta de acuerdo entre los actores del sector y la incapacidad para llegar a un entendimiento común para garantizar la sostenibilidad a largo plazo son factores que agravan la situación. La demora en la toma de decisiones podría tener consecuencias irreversibles.
El Riesgo de Perder la Demanda Futura
La advertencia final de Godoy es quizás la más preocupante: incluso si Argentina logra resolver sus problemas internos y volver a ofrecer langostino al mercado, no hay garantía de que la demanda esté allí. Los clientes, al haber encontrado alternativas, podrían no estar interesados en regresar al proveedor argentino, especialmente si los precios no son competitivos. Esta situación representa un riesgo significativo para el futuro de la industria pesquera.
La pérdida de la demanda futura podría tener consecuencias devastadoras para la economía argentina. La industria pesquera es un importante generador de empleo, divisas y desarrollo económico. La paralización de la flota congeladora y la pérdida de mercados podrían llevar a la quiebra de numerosas empresas y al desempleo de miles de trabajadores. Es fundamental tomar medidas urgentes para evitar este escenario catastrófico. La búsqueda de una solución consensuada y la implementación de políticas de apoyo a la industria pesquera son esenciales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector.
Artículos relacionados