Zaluzhny alerta a Europa: No están listos para la nueva guerra moderna en Ucrania.
La advertencia del excomandante en jefe del ejército ucraniano, Valery Zaluzhny, resuena con fuerza en los pasillos del poder europeo. Su mensaje, directo y contundente, no es una simple petición de más armas o financiación, sino una crítica fundamental a la mentalidad y la preparación de la OTAN ante la realidad de la guerra moderna. Ucrania, en su lucha por la supervivencia, se ha convertido en un laboratorio de pruebas, un campo de batalla donde las doctrinas tradicionales se desmoronan y las nuevas tecnologías redefinen el arte de la guerra. Zaluzhny no solo señala las deficiencias actuales, sino que exige una transformación radical, una renovación completa de la estrategia militar y la política nacional de los países occidentales. Su llamado a la acción es claro: Europa no está preparada para lo que se avecina.
El Desajuste entre la Doctrina de la OTAN y la Realidad Ucraniana
Durante décadas, la OTAN ha operado bajo un paradigma de guerra convencional, centrado en la superioridad tecnológica, la potencia de fuego y la capacidad de desplegar fuerzas masivas. Este modelo, aunque efectivo en conflictos anteriores, se ha demostrado inadecuado frente a la guerra híbrida y asimétrica que está librando Rusia en Ucrania. La guerra en Ucrania ha revelado la importancia crucial de la guerra electrónica, los drones, la artillería de precisión y las tácticas de guerra de trincheras, elementos que no ocupan un lugar central en la doctrina militar tradicional de la OTAN. Zaluzhny enfatiza que la guerra moderna no se trata solo de tener el equipo más avanzado, sino de saber cómo utilizarlo de manera efectiva en un entorno dinámico y cambiante.
La rápida evolución del campo de batalla ucraniano ha obligado a las fuerzas armadas a adaptarse constantemente, a improvisar y a aprender de sus errores. Esta capacidad de adaptación, impulsada por la necesidad, es precisamente lo que falta en la OTAN, donde la burocracia y la rigidez doctrinal dificultan la innovación y la respuesta rápida a las nuevas amenazas. La experiencia ucraniana demuestra que la guerra moderna es un proceso de aprendizaje continuo, donde la flexibilidad y la capacidad de adaptación son tan importantes como la potencia de fuego y la tecnología.
Ucrania: El Escudo de Europa
La afirmación de Zaluzhny de que Ucrania es el escudo de Europa no es una mera figura retórica. La resistencia ucraniana ha impedido que Rusia avance hacia el oeste, protegiendo a los países de la OTAN de una posible agresión. Sin embargo, este escudo no es invulnerable. Ucrania necesita urgentemente más apoyo militar y financiero para poder seguir defendiéndose y para evitar que Rusia logre sus objetivos. La falta de apoyo adecuado no solo pondría en peligro la supervivencia de Ucrania, sino que también debilitaría la seguridad de toda Europa.
La guerra en Ucrania ha demostrado que la seguridad europea está intrínsecamente ligada a la seguridad de Ucrania. Si Rusia logra conquistar Ucrania, podría sentirse tentada a expandir su agresión a otros países de la región, lo que desestabilizaría toda Europa. Por lo tanto, apoyar a Ucrania no es solo un acto de solidaridad, sino una inversión en la propia seguridad de Europa. La OTAN debe reconocer la importancia estratégica de Ucrania y proporcionar a este país el apoyo necesario para que pueda seguir defendiéndose y protegiendo a Europa.
La Necesidad de una Nueva Política Nacional de Defensa
Zaluzhny advierte que la respuesta a la guerra en Ucrania no puede limitarse a una simple modernización de la industria de defensa o a un rearme superficial. Lo que se necesita es una renovación fundamental de la política nacional de defensa, que abarque todos los aspectos de la preparación militar, desde las tácticas y la organización hasta las doctrinas, el entrenamiento y el presupuesto. Esta renovación debe basarse en las lecciones aprendidas en el campo de batalla ucraniano y debe tener como objetivo preparar a la OTAN para los desafíos del futuro.
La nueva política nacional de defensa debe priorizar la inversión en tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, la robótica y la guerra electrónica. También debe fomentar la innovación y la experimentación, y debe crear un entorno que permita a las fuerzas armadas adaptarse rápidamente a las nuevas amenazas. Además, la nueva política nacional de defensa debe fortalecer la cooperación entre los países de la OTAN y debe promover el intercambio de información y la coordinación de esfuerzos.
El Tiempo es un Factor Crítico
Zaluzhny subraya que todo este proceso de transformación requiere no solo recursos adicionales, sino sobre todo tiempo adicional. La OTAN no puede permitirse el lujo de esperar a que la situación empeore antes de tomar medidas. Cada día que pasa sin una respuesta adecuada a la guerra en Ucrania, la amenaza a la seguridad europea se hace más grande. La OTAN debe actuar ahora, con decisión y determinación, para renovar su política nacional de defensa y para preparar a sus fuerzas armadas para los desafíos del futuro.
La ventana de oportunidad para actuar se está cerrando rápidamente. Rusia está aprendiendo de sus errores en Ucrania y está adaptando sus tácticas y estrategias. Si la OTAN no responde con la misma rapidez y determinación, podría encontrarse en una posición de desventaja en el futuro. La guerra en Ucrania ha demostrado que la complacencia y la inacción son peligrosas. La OTAN debe despertar y tomar medidas para proteger su propia seguridad.
El Papel Transformador de los Drones y la Evolución del Combate
Si bien Zaluzhny reconoce el papel transformador de los drones en la defensa de Ucrania, advierte que no se trata simplemente de "tomar el campo de batalla con drones". Los drones son una herramienta poderosa, pero solo son efectivos si se utilizan de manera integrada con otras armas y sistemas. La guerra moderna requiere una combinación de tecnologías y tácticas, y la OTAN debe estar preparada para utilizar todas las herramientas a su disposición.
La guerra en Ucrania ha demostrado que los drones pueden utilizarse para una variedad de propósitos, desde la vigilancia y el reconocimiento hasta el ataque y la guerra electrónica. También ha demostrado que los drones son vulnerables a las contramedidas electrónicas y a los ataques físicos. Por lo tanto, la OTAN debe invertir en el desarrollo de drones más avanzados y en sistemas de defensa contra drones. Además, la OTAN debe entrenar a sus soldados en el uso efectivo de los drones y en la protección contra las amenazas de los drones.
La Necesidad de Adaptación: Más Allá de los Tanques
La sugerencia de Zaluzhny de que la OTAN podría necesitar cinco años para alcanzar las capacidades de Ucrania si dejara de utilizar tanques en favor de vehículos de combate más modernos es una provocación deliberada. Su objetivo no es simplemente criticar el uso de tanques, sino cuestionar la mentalidad tradicional de la OTAN y su apego a las doctrinas obsoletas. La guerra en Ucrania ha demostrado que los tanques son vulnerables a los ataques con misiles antitanque y a las trampas explosivas. Por lo tanto, la OTAN debe considerar la posibilidad de invertir en vehículos de combate más modernos y versátiles, que puedan operar de manera efectiva en un entorno de guerra urbana y en terrenos difíciles.
Sin embargo, Zaluzhny también advierte que la tecnología avanza rápidamente y que los enemigos también se están adaptando. Por lo tanto, la OTAN no puede permitirse el lujo de quedarse atrás en la carrera armamentista. La OTAN debe invertir continuamente en investigación y desarrollo, y debe estar preparada para adoptar nuevas tecnologías y tácticas a medida que surjan. La guerra moderna es un juego de ajedrez constante, donde cada movimiento debe ser cuidadosamente calculado y donde la adaptación es la clave del éxito.
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