Israel aprueba en secreto 22 nuevos asentamientos en Cisjordania: tensión y condenas internacionales.
La reciente aprobación secreta por parte del Gabinete de Seguridad del Consejo de Ministros israelí de 22 nuevos asentamientos en Cisjordania ha reavivado las tensiones en la región y generado una ola de condenas internacionales. Esta decisión, impulsada por figuras clave dentro del gobierno israelí, no solo implica la fundación de nuevas colonias, sino también la legalización de asentamientos preexistentes y la reconstrucción de aquellos previamente evacuados. El contexto de esta medida se enmarca en una escalada de acciones israelíes en Cisjordania, incluyendo la aplicación de un sistema de registro de tierras sin precedentes desde la ocupación de 1967, y amenazas veladas de anexión territorial en respuesta al posible reconocimiento del Estado palestino por parte de países europeos. Este artículo analiza en profundidad las implicaciones de esta política de asentamientos, su marco legal, las reacciones internacionales y el impacto en el futuro del conflicto palestino-israelí.
El Aumento de los Asentamientos: Detalles de la Aprobación Secreta
La aprobación de los 22 nuevos asentamientos, revelada por el portal de noticias israelí Ynet, se llevó a cabo en secreto, lo que subraya la sensibilidad política de la medida. La iniciativa fue propuesta por el ministro de Defensa, Israel Katz, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, este último conocido por sus posturas ultranacionalistas. La decisión abarca la fundación de nuevos asentamientos en el Área C de Cisjordania, la porción más extensa del territorio palestino ocupado, que está bajo control administrativo y de seguridad israelí según los Acuerdos de Oslo. Además, se incluye la legalización de asentamientos que previamente operaban sin el reconocimiento oficial de Israel, y la reconstrucción de Homesh y Sa Nur, dos asentamientos evacuados en 2005 como parte del plan de retirada de Gaza y el norte de Cisjordania. La falta de reacción inmediata por parte de los ministros Katz y Smotrich ante la publicación de la noticia ha intensificado las críticas y la preocupación sobre la transparencia del proceso.
El Área C, que representa aproximadamente el 60% de Cisjordania, es rica en recursos naturales y estratégicamente importante. La expansión de los asentamientos en esta área dificulta el desarrollo económico palestino, restringe el acceso a la tierra y al agua, y fragmenta el territorio, obstaculizando la viabilidad de un futuro Estado palestino. La aprobación de estos nuevos asentamientos se produce en un momento de creciente tensión en la región, con un aumento de la violencia entre colonos israelíes y palestinos, y un estancamiento en las negociaciones de paz.
El Contexto Legal y la Violación del Derecho Internacional
La colonización de territorios ocupados militarmente es considerada un crimen de guerra según el Derecho Internacional, específicamente en virtud de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949. Esta convención prohíbe la transferencia de población civil a territorios ocupados. Sin embargo, Israel ha mantenido una postura ambigua al respecto, argumentando que su política de asentamientos no viola el Derecho Internacional, o que existen circunstancias especiales que justifican su existencia. Esta interpretación es ampliamente rechazada por la comunidad internacional, que considera los asentamientos ilegales y un obstáculo para la paz. La ONU, la Unión Europea, y numerosos países han condenado repetidamente la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania.
La reciente decisión de Israel de aplicar un sistema de registro de tierras en el Área C de Cisjordania es vista como un paso adicional para consolidar su control sobre el territorio y dificultar la creación de un Estado palestino. Este sistema, que no se había implementado desde la ocupación de 1967, permite a Israel registrar tierras en Cisjordania como propiedad israelí, lo que facilita la expansión de los asentamientos y la expropiación de tierras palestinas. La Autoridad Palestina y Jordania han condenado enérgicamente esta medida, considerándola una violación del Derecho Internacional y un intento de alterar el statu quo en Jerusalén Este.
Reacciones Internacionales y Amenazas de Anexión
La aprobación de los nuevos asentamientos ha provocado una fuerte condena por parte de la comunidad internacional. La Unión Europea ha calificado la medida como una violación del Derecho Internacional y un obstáculo para la solución de dos Estados. Estados Unidos, aunque tradicionalmente ha mantenido una postura más ambigua, ha expresado su preocupación por la expansión de los asentamientos y ha instado a Israel a evitar medidas que puedan socavar las perspectivas de paz. Varios países europeos, incluyendo Reino Unido y Francia, han sido objeto de amenazas por parte del ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, quien advirtió con la anexión israelí de territorios de Cisjordania si reconocían al Estado palestino. Esta amenaza ha sido interpretada como una señal de que el gobierno israelí está dispuesto a tomar medidas unilaterales que podrían complicar aún más el conflicto.
La amenaza de anexión territorial es particularmente preocupante, ya que podría poner fin a cualquier esperanza de una solución de dos Estados, que es la base de la mayoría de los esfuerzos internacionales para resolver el conflicto palestino-israelí. La anexión de Cisjordania por parte de Israel sería una violación flagrante del Derecho Internacional y podría desencadenar una escalada de violencia en la región. La comunidad internacional ha advertido repetidamente a Israel sobre las consecuencias negativas de la anexión, pero el gobierno israelí parece decidido a seguir adelante con su política de asentamientos y expansión territorial.
La Población de Colonos y el Futuro del Conflicto
Actualmente, se estima que unos 700.000 colonos judíos viven en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este. Esta población se divide entre colonias consideradas legales por Israel y asentamientos considerados ilegales incluso por el propio gobierno israelí. La presencia de estos colonos en territorio ocupado es un factor clave en el conflicto palestino-israelí, ya que dificulta la creación de un Estado palestino viable y genera tensiones constantes con la población palestina local. Los colonos a menudo se oponen a cualquier concesión territorial a los palestinos y ejercen presión sobre el gobierno israelí para que continúe con la expansión de los asentamientos.
El futuro del conflicto palestino-israelí es incierto. La política de asentamientos israelíes, la falta de avances en las negociaciones de paz, y la creciente radicalización de ambos lados hacen que sea cada vez más difícil alcanzar una solución justa y duradera. La expansión de los asentamientos, como la aprobación reciente de los 22 nuevos asentamientos, socava la viabilidad de un futuro Estado palestino y perpetúa el ciclo de violencia y conflicto. La comunidad internacional debe ejercer una mayor presión sobre Israel para que detenga la expansión de los asentamientos y retome las negociaciones de paz con los palestinos, con el objetivo de alcanzar una solución de dos Estados que garantice la seguridad y la dignidad de ambos pueblos.
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