Milei en el filo: Gira internacional, crisis en Medio Oriente y privatizaciones en Argentina.
La reciente gira internacional de Javier Milei, que lo llevó por Italia, España, Francia, Israel y nuevamente España, trascendió la mera diplomacia. Se desarrolló en un contexto geopolítico de alta tensión, con la inminente escalada de conflicto en Medio Oriente, y simultáneamente, con convulsiones políticas internas en España y un crucial fallo judicial en Argentina. Esta combinación de factores convirtió el viaje en una suerte de danza sobre una cuerda floja, donde la búsqueda de inversiones y el posicionamiento ideológico se entrelazaron con riesgos inesperados y oportunidades estratégicas.
- El Contexto Geopolítico: Jerusalén al Borde del Conflicto
- España en la Mira: Oportunidades Económicas y Crisis Política
- El Fallo Kirchner y el Retorno de la Polarización Política
- Privatizaciones y la Búsqueda de Dólares: El Plan Económico en Marcha
- El Mensaje a los Inversores: Un Nuevo Paradigma Económico
El Contexto Geopolítico: Jerusalén al Borde del Conflicto
La visita de Milei a Israel coincidió con un momento crítico en la región. Poco antes de su llegada, el gobierno de Benjamín Netanyahu preparaba una ofensiva contra Irán, específicamente contra sus instalaciones nucleares. La Operación ‘León’ Naciente, lanzada horas después de la partida de la comitiva argentina, desató una escalada de tensiones que amenazó con sumir a Medio Oriente en un conflicto aún más profundo. Si bien es improbable que Milei tuviera conocimiento previo de los detalles de la operación, su presencia en Jerusalén en ese momento histórico lo colocó en el centro de un escenario de incertidumbre global.
La firma de un Memorándum de Defensa de la Libertad y la Democracia contra el Terrorismo y el Antisemitismo con Netanyahu, en medio de esta crisis, fue un gesto simbólico de alineamiento con Israel. El compromiso de "impulsar la defensa de las libertades y la democracia" resonó con fuerza en un contexto donde la seguridad y la estabilidad regional estaban en juego. Este acuerdo, más allá de su valor práctico inmediato, reforzó la imagen de Milei como un líder con una postura clara y definida en asuntos internacionales.
España en la Mira: Oportunidades Económicas y Crisis Política
Las dos escalas de Milei en España estuvieron marcadas por un contraste notable. Por un lado, la búsqueda activa de inversiones en sectores estratégicos como la energía, la biotecnología y la banca. El presidente argentino instó a España a recuperar un rol preponderante en la economía argentina, superando incluso la influencia que había tenido en la década de 1990. El mensaje a los empresarios españoles fue claro: Argentina ofrece una "oportunidad histórica, nunca vista" para la inversión, y las empresas ibéricas deberían aprovecharla.
Por otro lado, la coincidencia de la visita con el estallido del escándalo de corrupción en la obra pública que sacudió al gobierno de Pedro Sánchez. Milei optó por no reunirse con el líder socialista, lo que interpretado por algunos como una señal de desconfianza o una estrategia para evitar verse asociado a un gobierno en crisis. Mientras tanto, funcionarios argentinos como Pablo Quirno, secretario de Finanzas, enfatizaban las oportunidades que se abrían para la inversión española, criticando implícitamente la gestión de gobiernos anteriores.
La cautela de los empresarios españoles era palpable. Si bien se mostraban "encantados" con Milei y su visión, persistían dudas sobre la sostenibilidad de sus políticas y la capacidad del gobierno argentino para mantener la estabilidad económica. La pregunta central era si las promesas de Milei se traducirían en resultados concretos y si Argentina podría superar sus desafíos estructurales.
El Fallo Kirchner y el Retorno de la Polarización Política
La gira internacional de Milei se desarrolló en paralelo a un evento crucial en la política argentina: el fallo de la Corte Suprema que condenó a la expresidenta Cristina Kirchner por corrupción. Esta decisión judicial marcó un punto de inflexión en el panorama político, redefiniendo las alianzas y exacerbando las tensiones. La reacción de la administración libertaria a este fallo fue inicialmente ambigua, con Milei aparentemente sorprendido por la noticia y sin una estrategia clara para responder públicamente.
El fallo revivió la figura de Cristina Kirchner como protagonista central de la política argentina, lo que generó preocupación en el sector empresarial. La posibilidad de que las "multitudes peronistas" volvieran a movilizarse en las calles representaba un riesgo para la estabilidad económica y la confianza de los inversores. La Cámpora y sus aliados de izquierda anunciaron movilizaciones en apoyo a Kirchner, lo que intensificó la sensación de incertidumbre.
Ante este escenario, Milei se vio presionado a recuperar la centralidad y demostrar que su gobierno estaba en control de la situación. La baja de la inflación y las exitosas colocaciones de deuda lideradas por Luis Caputo ya no parecían suficientes. Se necesitaban señales contundentes de que la transformación económica era real y sostenible.
Privatizaciones y la Búsqueda de Dólares: El Plan Económico en Marcha
La administración Milei aceleró su plan de privatizaciones como una forma de atraer inversiones y acumular reservas de dólares. Se identificaron cerca de 60 empresas públicas como potenciales candidatas a la venta, ya sea a través de privatizaciones directas o de esquemas mixtos público-privados. El objetivo era generar "miles de millones de dólares" para fortalecer las finanzas del país y reducir la dependencia del financiamiento externo.
Entre las empresas prioritarias para la privatización se encontraban centrales hidroeléctricas como Alicurá Cerros Colorados, El Chocón y Piedra del Aguila, ubicadas en la provincia de Neuquén, una región rica en recursos naturales como Vaca Muerta. También se consideraba la venta de empresas energéticas como Enarsa y Nucleoeléctrica, así como de compañías de transporte, logística y servicios públicos como Trenes Argentinos, Intercargo, AYSA y Belgrano Cargas.
Funcionarios argentinos enfatizaron a los inversores europeos que las inversiones realizadas a través del RIGI (Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones) estaban protegidas y trascendían los ciclos políticos. La clave, según argumentaron, era la estabilidad macroeconómica, que permitiría generar un entorno favorable para la inversión y el crecimiento.
El Mensaje a los Inversores: Un Nuevo Paradigma Económico
La gira internacional de Milei fue, en esencia, una campaña de promoción de un nuevo paradigma económico para Argentina. El presidente argentino buscó transmitir un mensaje claro a los inversores: el país estaba abierto a los negocios, dispuesto a reducir la intervención estatal y a crear un entorno favorable para la inversión privada. La promesa de una "oportunidad histórica, nunca vista" resonó entre los empresarios, aunque con cautela.
La insistencia en la necesidad de atraer dólares y la aceleración del plan de privatizaciones reflejaban la urgencia de la situación económica argentina. El gobierno de Milei se enfrentaba al desafío de estabilizar las finanzas públicas, reducir la inflación y generar confianza en los mercados. La gira internacional fue un intento de sentar las bases para lograr estos objetivos.
La estrategia de Milei se basaba en la idea de que la inversión privada era el motor del crecimiento económico y que el Estado debía limitarse a crear un marco regulatorio claro y transparente. La promesa de un Estado más pequeño y menos intervencionista atrajo la atención de los inversores, pero también generó dudas sobre la capacidad del gobierno para mantener la estabilidad social y proteger los derechos de los trabajadores.
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