Boca, Cristina y el Peronismo: ¿Movilización Popular o Cálculo Electoral?

El reciente Mundial de Clubes, más allá del resultado deportivo, ha servido como catalizador de tensiones preexistentes en el panorama político argentino. La derrota de Boca Juniors, lejos de ser una simple desilusión futbolística, se ha entrelazado con la condena a Cristina Fernández de Kirchner y las dinámicas internas del peronismo. Este artículo analiza cómo la movilización popular en respuesta a la sentencia judicial, y su relación con el peronismo, revela una profunda crisis de representación y la dificultad de construir un proyecto político que trascienda las lógicas burocráticas y los cálculos electorales. Se explorará la pugna entre diferentes facciones dentro del peronismo, la influencia de La Cámpora y las implicaciones para el futuro de la política argentina.

La Decepción Deportiva como Espejo de la Crisis Política

La derrota de Boca en el Mundial de Clubes, como señala el texto original, no fue solo una frustración deportiva. Se percibió como la reiteración de un patrón de fracaso, una repetición de símbolos y discursos agotados. Esta sensación de déjà vu se extiende al ámbito político, donde la figura de Cristina Fernández de Kirchner, a pesar de su condena, sigue siendo un punto de referencia ineludible. La movilización en su defensa, más que una expresión espontánea de apoyo, puede interpretarse como una respuesta programada, una demostración de fuerza de un sector que se siente amenazado. La pregunta central es si esta movilización generará un debate productivo sobre las causas de la crisis política o simplemente reforzará las estructuras de poder existentes.

El paralelismo entre la decepción deportiva y la crisis política radica en la falta de renovación. En ambos casos, se observa una incapacidad para generar nuevas ideas, nuevos liderazgos y nuevas estrategias. La convocatoria a la movilización en defensa de Cristina, con sus cánticos y eslóganes predecibles, refleja esta falta de originalidad. De manera similar, la convocatoria de jugadores y tácticas repetitivas en Boca Juniors evidenciaron una carencia de innovación. Esta repetición de lo conocido genera un sentimiento de frustración y desconfianza en la capacidad de los actores políticos y deportivos para superar los desafíos.

La Condena a Cristina y la Reconfiguración del Peronismo

La condena a Cristina Fernández de Kirchner ha abierto una nueva etapa en la historia del peronismo. La sentencia judicial, más allá de sus implicaciones legales, ha exacerbado las tensiones internas entre las diferentes facciones del movimiento. Por un lado, se encuentra el sector liderado por Cristina, que busca mantener su influencia y control sobre el partido. Por otro lado, figuras como Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, intentan construir una alternativa que combine la tradición peronista con una visión más moderna y pragmática. Esta disputa por el liderazgo del peronismo se manifiesta en la lucha por el control de los espacios de poder y en la definición de la estrategia política a seguir.

La movilización en defensa de Cristina puede interpretarse como un intento de fortalecer su posición frente a Kicillof y otros aspirantes al liderazgo del peronismo. Al movilizar a sus seguidores, Cristina busca demostrar que sigue contando con un amplio apoyo popular y que su figura es indispensable para el futuro del movimiento. Sin embargo, esta estrategia también puede tener efectos contraproducentes, al polarizar aún más el debate interno y dificultar la construcción de un consenso. La clave para el futuro del peronismo reside en su capacidad para superar estas divisiones y encontrar un camino que permita recuperar la confianza de la ciudadanía.

La Cámpora como Árbitro y el Riesgo de la Inmovilidad

La influencia de La Cámpora, la organización juvenil liderada por Máximo Kirchner, ha ido en aumento en los últimos años. Este grupo, que se caracteriza por su lealtad incondicional a Cristina Fernández de Kirchner, se ha convertido en un actor clave en la toma de decisiones dentro del peronismo. Su empoderamiento como árbitro del movimiento plantea serias dudas sobre la posibilidad de renovación y cambio. Si La Cámpora consolida su control sobre el peronismo, es probable que el movimiento se estanque en un ciclo de repetición y que pierda su capacidad para adaptarse a los nuevos desafíos.

La Cámpora, con su visión dogmática y su rechazo a cualquier forma de crítica, representa un obstáculo para la construcción de un proyecto político que pueda conectar con las demandas de la sociedad. Su enfoque en la defensa del statu quo y su falta de apertura al diálogo dificultan la búsqueda de soluciones innovadoras a los problemas del país. Si el peronismo se convierte en rehén de La Cámpora, es poco probable que pueda recuperar su relevancia y su capacidad para liderar el proceso de cambio.

El Cálculo Electoral y la Burocracia Progresista

El texto original señala que, para la "rosca" política, el cálculo es simple: adherir a un hecho que aglutine y genere posibilidades electorales. Esta lógica pragmática, centrada en el corto plazo y en la búsqueda de votos, es característica de la burocracia progresista. Los políticos y los intelectuales que se identifican con esta corriente tienden a priorizar la adhesión a las causas populares sobre la reflexión crítica y la búsqueda de soluciones profundas. Su objetivo principal es mantenerse en el poder y seguir disfrutando de los beneficios que este les proporciona.

Esta actitud oportunista y carente de principios contribuye a la crisis de representación que atraviesa la política argentina. Los ciudadanos, cada vez más desilusionados con los políticos tradicionales, buscan alternativas que les ofrezcan una verdadera renovación. Sin embargo, la burocracia progresista, con su falta de originalidad y su apego al statu quo, es incapaz de satisfacer estas demandas. Su incapacidad para generar nuevas ideas y nuevos liderazgos la convierte en un obstáculo para el progreso del país.

La Dificultad de Construir una Máscara Política para lo Popular

El texto original plantea la dificultad de construir una "máscara política para lo popular" que permita aglutinar a diferentes sectores de la sociedad y construir un proyecto político que trascienda las divisiones ideológicas. Esta dificultad se debe, en parte, a la fragmentación de la sociedad argentina y a la falta de un discurso común que pueda unir a los diferentes grupos sociales. Además, la burocracia progresista, con su enfoque en la adhesión a las causas populares, es incapaz de construir una narrativa que pueda conectar con las aspiraciones de la mayoría de los ciudadanos.

La construcción de una máscara política para lo popular requiere un esfuerzo de articulación y de diálogo que la burocracia progresista no está dispuesta a realizar. Su apego a las ideologías preestablecidas y su falta de apertura al debate dificultan la búsqueda de soluciones innovadoras a los problemas del país. Si el peronismo quiere recuperar su relevancia, debe superar estas limitaciones y construir un proyecto político que pueda conectar con las demandas de la sociedad y ofrecer una alternativa viable al statu quo.

Luchas Concretas y la Liturgia Peronista

El artículo original cuestiona la relación entre las luchas concretas y la "liturgia peronista". Se plantea si la movilización en respuesta a la condena de Cristina puede generar un debate productivo sobre las causas de la crisis política o simplemente reforzar las estructuras de poder existentes. La respuesta a esta pregunta depende de la capacidad de los movimientos sociales y de los sectores críticos del peronismo para articular sus demandas y construir una alternativa que trascienda las lógicas burocráticas y los cálculos electorales.

Las luchas concretas, como las reivindicaciones laborales, las demandas por vivienda y las protestas contra la violencia policial, representan una oportunidad para construir una nueva política que se base en la participación ciudadana y en la defensa de los derechos sociales. Sin embargo, estas luchas corren el riesgo de ser cooptadas por la burocracia progresista y de ser utilizadas como herramienta electoral. Para evitar este riesgo, es fundamental que los movimientos sociales mantengan su autonomía y su independencia frente a los partidos políticos y que construyan alianzas con otros sectores de la sociedad que comparten sus objetivos.

Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/incertidumbre-vamos-a-volver-a-volver/