Golpe a la Ganadería: Santa Cruz Rechaza la Eliminación de la Ley Ovina y Temen por el Futuro del Sector
La Patagonia argentina, y en particular la provincia de Santa Cruz, se encuentra en estado de alerta ante la reciente eliminación de la Ley Ovina (N° 25.422) por parte del gobierno nacional. Esta medida, formalizada a través del decreto 408/2025, ha desatado una ola de rechazo entre productores, legisladores y entidades rurales, quienes ven en ella un duro golpe para una actividad económica fundamental en la región. La Ley Ovina, vigente desde 2001, representaba un pilar de apoyo para la producción ovina, promoviendo la inversión, el desarrollo rural y el acceso a créditos para pequeños y medianos productores. Su derogación, sumada a la polémica sobre la eliminación de la barrera sanitaria para la carne con hueso, genera incertidumbre y temor por el futuro de la ganadería ovina en Santa Cruz y su impacto en el tejido social y económico de la Patagonia.
- El Legado de la Ley Ovina: 24 Años de Fomento a la Producción
- Santa Cruz en Alerta: Impacto Económico y Social de la Derogación
- La Barrera Sanitaria y el Temor al Ingreso de Carne con Hueso
- Reacción Política y Legislativa en Santa Cruz
- El Futuro de la Ganadería Ovina en Santa Cruz: Desafíos y Perspectivas
El Legado de la Ley Ovina: 24 Años de Fomento a la Producción
Sancionada en 2001, la Ley Ovina surgió como respuesta a las dificultades que enfrentaba la producción ovina en Argentina, especialmente en las regiones patagónicas. Su objetivo principal era revitalizar el sector, promoviendo la inversión en genética, infraestructura y tecnología. A través de un régimen de fomento, la ley facilitaba el acceso a créditos blandos, subsidios y programas de asistencia técnica para pequeños y medianos productores. Durante casi 24 años, la Ley Ovina se convirtió en una herramienta clave para sostener una actividad económica vulnerable a factores como la sequía, la fluctuación de los precios de la lana y la carne, y la despoblación rural. La ley permitió mejorar la infraestructura productiva, la captación de agua, las instalaciones ganaderas y los programas de mejoramiento genético, contribuyendo a aumentar la productividad y la competitividad del sector.
El impacto de la Ley Ovina se tradujo en beneficios tangibles para los productores santacruceños. La posibilidad de acceder a financiamiento permitió modernizar las explotaciones, mejorar la calidad de los animales y aumentar la producción de lana y carne. Además, la ley fomentó la generación de empleo en las zonas rurales, contribuyendo a frenar el éxodo hacia los centros urbanos. La Sociedad Rural de Río Gallegos ha destacado el manejo positivo de la ley a nivel provincial, resaltando la esperanza que generaba la continuidad del apoyo estatal para seguir trabajando en el desarrollo del sector. La eliminación de este instrumento de promoción representa, por lo tanto, un retroceso significativo para la ganadería ovina en Santa Cruz.
La provincia de Santa Cruz depende en gran medida de la actividad ganadera, y la producción ovina ocupa un lugar preponderante en su economía. Con una superficie de 24 millones de hectáreas, de las cuales 13 millones están dedicadas a la cría de ovinos, la región alberga un stock de 2,1 millones de cabezas, manejadas por aproximadamente 600 productores. La Ley Ovina representaba una fuente vital de financiamiento para estos productores, permitiéndoles realizar inversiones cruciales para el desarrollo de sus explotaciones. La eliminación de este apoyo estatal genera una profunda incertidumbre sobre el futuro de la ganadería ovina en la provincia y sus consecuencias económicas y sociales.
La derogación de la Ley Ovina amenaza con desestabilizar la economía de Santa Cruz, afectando no solo a los productores ovinos, sino también a toda la cadena de valor relacionada con esta actividad. La disminución de la producción de lana y carne podría tener un impacto negativo en los frigoríficos, los transportistas, los comercializadores y otros sectores económicos dependientes de la ganadería. Además, la pérdida de empleos en las zonas rurales podría agravar el problema de la despoblación, generando un círculo vicioso de pobreza y exclusión social. La preocupación de los productores santacruceños es palpable, y temen que la falta de apoyo estatal conduzca al abandono de las explotaciones y a la desaparición de una actividad económica tradicional y fundamental para la región.
La Barrera Sanitaria y el Temor al Ingreso de Carne con Hueso
La eliminación de la Ley Ovina se suma a otra medida polémica que ha generado inquietud en la Patagonia: la eliminación de la barrera sanitaria que prohibía el ingreso de carne con hueso desde el norte del país. Esta medida, que fue suspendida temporalmente por 60 días ante el reclamo de las entidades rurales, podría quedar firme al finalizar el plazo, poniendo en riesgo la sanidad animal y el estatus diferencial de la Patagonia como zona libre de aftosa sin vacunación. La aftosa es una enfermedad altamente contagiosa que afecta al ganado, causando graves pérdidas económicas y comerciales. La Patagonia ha logrado mantener su estatus libre de aftosa gracias a estrictas medidas sanitarias, incluyendo la prohibición del ingreso de carne con hueso desde zonas donde la enfermedad es endémica.
Los productores patagónicos temen que la eliminación de la barrera sanitaria abra la puerta a la introducción de la aftosa en la región, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la ganadería. La pérdida del estatus libre de aftosa implicaría la suspensión de las exportaciones de carne y lana, generando un impacto económico catastrófico para la Patagonia. Además, la necesidad de implementar un programa de vacunación obligatoria implicaría costos adicionales para los productores y podría afectar la calidad de los productos. La combinación de la eliminación de la Ley Ovina y la posible eliminación de la barrera sanitaria crea un escenario de incertidumbre y riesgo para la ganadería patagónica, poniendo en peligro su sostenibilidad a largo plazo.
Reacción Política y Legislativa en Santa Cruz
La derogación de la Ley Ovina ha provocado una fuerte reacción política y legislativa en Santa Cruz. Legisladores provinciales de diferentes partidos políticos han presentado proyectos de resolución en la Cámara de Diputados para manifestar su repudio a la medida y solicitar al gobierno nacional que la reconsidere. El diputado Carlos Santi (Unión por la Patria) ha calificado la Ley Ovina como “una herramienta fundamental para el desarrollo de la producción, el arraigo rural y la generación de empleo en las zonas rurales”. Por su parte, la diputada Agostina Mora ha solicitado a los representantes santacruceños en el Congreso nacional que promuevan acciones legislativas para revertir el decreto presidencial.
La oposición provincial también ha expresado su rechazo a la eliminación de la Ley Ovina, acusando al gobierno nacional de desconocer la realidad de la Patagonia y de perjudicar a los productores locales. Se han convocado asambleas y manifestaciones en diferentes localidades de Santa Cruz para expresar el malestar de la comunidad ganadera y exigir la restitución de la ley. La Sociedad Rural de Río Gallegos ha anunciado que continuará trabajando en defensa de los intereses de los productores, buscando el apoyo de otras entidades rurales y de los legisladores nacionales para revertir la medida. La unidad de los diferentes actores políticos y sociales de Santa Cruz es fundamental para enfrentar este desafío y defender el futuro de la ganadería ovina en la región.
El Futuro de la Ganadería Ovina en Santa Cruz: Desafíos y Perspectivas
Ante la eliminación de la Ley Ovina y la incertidumbre generada por la posible eliminación de la barrera sanitaria, el futuro de la ganadería ovina en Santa Cruz se presenta desafiante. Los productores se enfrentan a la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiamiento, diversificar sus actividades productivas y adaptarse a un contexto económico y político adverso. La colaboración entre el gobierno provincial, las entidades rurales y los productores es fundamental para encontrar soluciones que permitan sostener la actividad y garantizar su desarrollo a largo plazo.
Es necesario impulsar políticas públicas que promuevan la inversión en tecnología, la innovación y la capacitación de los productores. Además, es fundamental fortalecer los mecanismos de control sanitario para proteger la salud animal y garantizar la calidad de los productos. La diversificación de la matriz productiva, a través del desarrollo de actividades complementarias como el turismo rural y la producción de alimentos orgánicos, podría contribuir a generar nuevas fuentes de ingresos para los productores y a reducir su dependencia de la ganadería ovina. La búsqueda de mercados nicho para los productos patagónicos, como la lana de alta calidad y la carne orgánica, podría permitir obtener mejores precios y aumentar la rentabilidad de la actividad. El futuro de la ganadería ovina en Santa Cruz dependerá de la capacidad de los diferentes actores para trabajar juntos y encontrar soluciones innovadoras que permitan superar los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades que ofrece la región.
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