Déficit de Cuenta Corriente en Argentina: Alerta del FMI y Posible Devaluación del Peso

El debate sobre el déficit de la cuenta corriente argentina se ha intensificado, con opiniones divididas sobre su gravedad y la necesidad de tomar medidas correctivas. Mientras algunos minimizan el problema, otros advierten sobre sus potenciales consecuencias negativas para la economía. En este contexto, la postura del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha convertido en un factor clave, aunque hasta ahora ha mantenido un perfil relativamente bajo en la discusión pública. Este artículo analiza las señales que indican la preocupación del FMI, sus recomendaciones históricas para Argentina, la situación actual del déficit y las posibles implicaciones de un ajuste cambiario.

Índice

El Silencio del FMI y las Señales de Alerta

A pesar de la controversia en torno al déficit de la cuenta corriente, el FMI ha evitado emitir declaraciones contundentes. Sin embargo, la revisión constante al alza de las proyecciones del déficit – pasando de un 0,5% del PBI a casi un 3% a fin de año – sugiere que el organismo ha encendido las alarmas. Esta preocupación se manifiesta en las misiones técnicas que el FMI ha enviado a Argentina y a otros países latinoamericanos para evaluar la situación económica. La comparación con Brasil, donde el FMI elogió la flexibilidad cambiaria como un factor de resiliencia ante la incertidumbre global, revela la preferencia del organismo por dejar que el tipo de cambio actúe como variable de ajuste.

Históricamente, el FMI ha insistido en la importancia de un tipo de cambio que refleje la verdadera competitividad de la economía. Un déficit grande y prolongado de la cuenta corriente se considera un problema fundamental desde esta perspectiva, y esta recomendación ha sido una constante en los acuerdos del FMI con Argentina. Estudios recientes, como el realizado por PxQ, demuestran que, si bien los programas con el FMI a menudo fracasan en alcanzar metas de inflación y reducción de subsidios, sí logran corregir la balanza de pagos. Este antecedente sugiere que la corrección del déficit de la cuenta corriente podría ser un objetivo prioritario para el FMI en el futuro.

La Posibilidad de un Ajuste Cambiario: ¿Un Salto en Abril?

Ante la persistencia del déficit, la posibilidad de un ajuste cambiario se ha convertido en el tema central de análisis en empresas, bancos y consultoras. Se especula con un salto devaluatorio posterior a las elecciones legislativas de octubre, que podría llevar el dólar oficial mayorista a niveles cercanos a $1.345, según cálculos basados en las recomendaciones del FMI previas al sistema de flotación entre bandas. Sin embargo, la cautela del FMI en hacer recomendaciones sobre la política cambiaria durante la campaña electoral es evidente, debido a la sensibilidad política del tema y a la postura del gobierno.

El gobierno de Javier Milei ha criticado duramente a quienes advierten sobre un atraso cambiario, acusándolos de ser "econochantas". Además, una insinuación sobre problemas cambiarios podría interpretarse como una admisión de que el sistema de bandas no es una "flotación limpia", lo que contradiría el discurso oficial. La intervención del Banco Central en el mercado de futuros del dólar, aunque justificada por el gobierno como una corrección de anomalías, también complica la situación, ya que el FMI podría verla como una forma de controlar el tipo de cambio.

El Diagnóstico del FMI y la Realidad Argentina

Antes de levantar el cepo, el FMI había calculado que Argentina necesitaba un ajuste cambiario de alrededor del 20%. Sin embargo, a dos meses de la adopción del sistema de flotación entre bandas, la devaluación real ha sido mucho menor. La diferencia entre la recomendación del FMI y la realidad actual sugiere que el gobierno está resistiéndose a permitir una depreciación significativa del peso. Esta resistencia podría estar motivada por el temor a generar inflación y a afectar la competitividad de la economía.

El gobierno y el FMI coinciden en que un aumento de las importaciones es inevitable en una economía en recuperación. Se menciona la regla del "tres a uno", que implica que por cada punto de crecimiento del PBI, las importaciones deben crecer un 3%. Sin embargo, esta justificación tiene un punto débil: el aumento de las importaciones no está liderado por los insumos para la industria, sino por la compra de bienes de consumo final y automóviles. Los datos del INDEC muestran que los bienes de capital crecen un 69%, mientras que los productos de consumo lo hacen al 75% anual, y los automóviles a un 160%.

El Impacto del Turismo y la Eliminación del Impuesto PAIS

El rubro de turismo también está contribuyendo significativamente al déficit de la cuenta corriente. Impulsado por el retraso cambiario y la eliminación del impuesto PAIS, el turismo podría implicar una salida de u$s10.000 millones en el año, superando el récord histórico de 2017. La eliminación del impuesto PAIS abarató el costo financiero para quienes usan la tarjeta de crédito en el exterior, incentivando el turismo receptivo. Esta situación agrava el desbalance de la cuenta corriente y plantea desafíos adicionales para la política económica.

La composición del aumento de las importaciones es un factor clave para entender la dinámica del déficit de la cuenta corriente. Si bien un aumento de las importaciones de bienes de capital podría ser un signo de inversión y crecimiento, el predominio de los bienes de consumo y los automóviles sugiere que la demanda interna está impulsando el déficit. Esta situación podría indicar que la economía está creciendo a un ritmo insostenible, o que la política económica está incentivando el consumo en lugar de la inversión.

¿El FMI Confía en el Argumento de Milei?

El debate sobre si el FMI cree en el argumento del gobierno de que el déficit de la cuenta corriente es un fenómeno transitorio asociado a la recuperación económica es crucial. Si el FMI considera que el déficit es estructural y requiere medidas correctivas más drásticas, podría presionar al gobierno para que implemente un ajuste cambiario y una política fiscal más restrictiva. Sin embargo, la sensibilidad política del tema y la postura del gobierno podrían dificultar la negociación.

La relación entre el gobierno y el FMI se centra en la cuestión del superávit fiscal. El gobierno de Milei ha prometido alcanzar un superávit fiscal primario, lo que podría ayudar a reducir el déficit de la cuenta corriente a largo plazo. Sin embargo, la implementación de medidas para lograr este objetivo podría tener consecuencias sociales y económicas negativas, como la reducción de los subsidios y el aumento de los impuestos. El FMI podría estar dispuesto a aceptar un ajuste gradual, pero insistirá en la necesidad de un plan fiscal creíble y sostenible.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://www.iprofesional.com/economia/431637-lo-que-al-fmi-le-preocupa-sobre-el-dolar-en-argentina-pero-no-dice-en-publico

Fuente: https://www.iprofesional.com/economia/431637-lo-que-al-fmi-le-preocupa-sobre-el-dolar-en-argentina-pero-no-dice-en-publico

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