Fuga de Capitales y Dólar: Ahorristas Compran Masivo ante Incertidumbre Económica
La reciente escalada en la demanda de dólares por parte de pequeños ahorristas en Argentina, sumada a la creciente fuga de capitales, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del tipo de cambio actual y la efectividad de las políticas económicas implementadas. El levantamiento del cepo cambiario, si bien buscaba normalizar el mercado, ha desencadenado un comportamiento que recuerda a escenarios pasados, generando incertidumbre y tensionando las reservas del Banco Central. Este artículo analiza en detalle los factores que impulsan esta demanda, las implicaciones para la economía argentina y las posibles respuestas del gobierno.
- El Desafío del Gobierno: ¿Dólares en el Colchón o Carry Trade?
- Mayo: Un Mes de Egresos Cambiarios Significativos
- El Impacto del Turismo y las Compras en el Exterior
- La Fuga de Capitales y la Formación de Activos Externos
- Implicaciones Políticas y el Debate sobre las Restricciones Cambiarias
- Un Consuelo de Corto Plazo: La Cosecha y el Alivio Tributario
El Desafío del Gobierno: ¿Dólares en el Colchón o Carry Trade?
La respuesta habitual de los funcionarios ante las críticas sobre un posible atraso del tipo de cambio es un desafío directo: que quienes lo crean compren dólares. Esta estrategia, sin embargo, no ha calado entre los grandes inversores, quienes continúan apostando a las altas tasas de interés en pesos a través del “carry trade”. La persistencia de esta dinámica sugiere una confianza limitada en la estabilidad a largo plazo del peso, a pesar de los esfuerzos por mantener tasas atractivas. El carry trade, aunque proporciona un flujo de divisas a corto plazo, también puede generar vulnerabilidad si los inversores deciden revertir sus posiciones rápidamente.
Lo que sí se observa, con fuerza renovada desde la eliminación del cepo, es la compra masiva de dólares por parte de los pequeños ahorristas. Este fenómeno, no visto con tal intensidad desde la gestión de Martín Guzmán, refleja una desconfianza generalizada en la moneda local y una búsqueda de refugio en el dólar como reserva de valor. El balance cambiario de mayo del Banco Central confirma esta tendencia, mostrando egresos netos por u$s3.846 millones atribuibles a “personas humanas”.
Mayo: Un Mes de Egresos Cambiarios Significativos
El aumento de la demanda de dólares por parte de los ahorristas en mayo es notable. Representa un 71% más que en abril, el mes posterior al levantamiento del cepo, y casi siete veces la cantidad registrada en marzo. Este incremento abrupto sugiere que la eliminación de las restricciones cambiarias ha liberado una demanda latente, impulsada por la percepción de riesgo y la búsqueda de protección contra la inflación. La magnitud de estos egresos netos plantea desafíos importantes para la gestión de las reservas del Banco Central.
Dentro de los egresos, el rubro de turismo y compras con tarjeta en el exterior destaca por su crecimiento explosivo. Se registraron salidas por u$s770 millones, una cifra elevada considerando que mayo es un mes de baja temporada turística. Esta tendencia confirma los temores de que este año se pueda superar el récord de 2017 en salidas de divisas por este concepto, posiblemente alcanzando los u$s10.000 millones. Las recientes imágenes de hinchas argentinos en Miami, consumiendo en hoteles y restaurantes, ilustran la robustez del turismo emisivo.
El Impacto del Turismo y las Compras en el Exterior
El Banco Central intenta minimizar el impacto de estos gastos, argumentando que la mayor parte (estimada en un 70%) se realiza con dólares propios de los viajeros, sin afectar las reservas. Sin embargo, esta afirmación no disipa la preocupación por el aumento generalizado del consumo en divisas, que contribuye a la presión sobre el tipo de cambio. La regulación más laxa que permite importar bienes vía courier también ha incentivado este tipo de gastos, facilitando el acceso a productos extranjeros.
Más allá del turismo, la compra masiva de dólares en los bancos es una novedad importante tras el fin del cepo. En mayo, los argentinos adquirieron u$s1.954 millones netos, destinados a engrosar el “colchón” de dólares. Aunque las compras totales fueron de u$s2.262 millones, se compensaron parcialmente con ventas por u$s308 millones. El informe del BCRA estima que aproximadamente un millón de individuos compraron billetes verdes, lo que equivale a un promedio de u$s2.262 por persona.
La Fuga de Capitales y la Formación de Activos Externos
La compra de dólares en los bancos recuerda a 2020, cuando, a pesar del cepo, existía un cupo de u$s200 mensuales que generó una sangría de divisas. Las restricciones impuestas por el BCRA en ese momento terminaron por limitar el acceso a la compra de dólares para la mayoría de la población. Ahora, con el cepo levantado, la demanda se ha reactivado con fuerza, evidenciando la persistencia de la desconfianza en la moneda local.
Pero la compra de billetes verdes no es la única manifestación de la fuga de capitales. El rubro “activos externos en divisas” también muestra un aumento significativo, con una salida neta de u$s1.526 millones en mayo. Esto se traduce en transferencias de divisas al exterior, ya sea para la compra de activos o para la cancelación de deudas. Hace apenas dos meses, este rubro representaba una salida de apenas u$s25 millones, lo que evidencia un cambio drástico en el comportamiento de los inversores.
En total, la “fuga” de capitales alcanzó los u$s3.226 millones en mayo, un 60% más que el mes anterior. Este fenómeno, que se suma a la demanda de dólares por parte de los ahorristas, ejerce una presión considerable sobre las reservas del Banco Central y complica la gestión del tipo de cambio.
Implicaciones Políticas y el Debate sobre las Restricciones Cambiarias
El tema de la fuga de capitales seguramente será protagonista de los debates políticos, especialmente porque el kirchnerismo defiende la restricción del uso de divisas para fines que no sean prioritarios, como el sector público o la importación de insumos. Se critica la financiación del déficit de cuenta corriente a través de la toma de “dólares alquilados”, es decir, de capitales externos que pueden revertirse rápidamente.
Esta postura se basa en la idea de que el acceso al dólar debe estar limitado a aquellos que realmente lo necesitan para actividades productivas o para el pago de obligaciones externas, evitando la especulación y la fuga de capitales. Sin embargo, esta política también puede generar distorsiones en el mercado cambiario y dificultar el acceso a las divisas para las empresas que necesitan importaciones.
Un Consuelo de Corto Plazo: La Cosecha y el Alivio Tributario
A pesar de los desafíos, el gobierno encuentra un motivo de alivio en el último balance cambiario: la reducción del déficit de la cuenta corriente a u$s149 millones. Este resultado, sin embargo, es atribuible a factores estacionales, como el aumento de las exportaciones agrícolas en mayo, incentivado por el alivio tributario al campo. La baja temporal de las retenciones a la exportación impulsó las ventas de granos y otros productos agropecuarios, generando un ingreso de divisas que compensó parcialmente los egresos.
Se espera que este efecto positivo se mantenga en junio, gracias a la continuidad del beneficio tributario. Sin embargo, esta situación no disipa las preocupaciones sobre el deterioro de la cuenta corriente a largo plazo. Economistas ya prevén que en el segundo semestre habrá meses con un saldo negativo en la balanza comercial, debido a la caída de las exportaciones y el aumento de las importaciones.
De hecho, las exportaciones han caído un 7,4% anual, mientras que las importaciones han subido un 29,4%. Esta dinámica, que contradice el discurso oficial, sugiere que la economía argentina sigue dependiendo de la entrada de dólares externos para financiar su déficit comercial.
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