De la Corrupción a la Confianza: Securion, la Reconstrucción de Securitas en Argentina
En el mundo empresarial, la corrupción es una sombra persistente que amenaza la integridad y la sostenibilidad de las organizaciones. Pocas empresas se atreven a enfrentarla de frente, a reconocer sus errores y a emprender un camino de transformación radical. Securitas, una gigante sueca de la seguridad, lo hizo. Su caso en Argentina, marcado por una autodenuncia por corrupción, es un ejemplo inusual de cómo una empresa puede reconstruirse desde los cimientos, cambiando no solo su nombre, sino también su cultura y sus prácticas. Esta historia, que culminó con el nacimiento de Securion, ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de la ética corporativa, el cumplimiento normativo y la colaboración con la justicia.
- El Despliegue de la Corrupción: Un Sistema Organizado
- La Autodenuncia y la Ley 27.401: Un Punto de Inflexión
- El Impacto Económico y la Regularización Fiscal
- El Programa de Integridad (Compliance): La Clave de la Transformación
- El Management Buy Out y el Nacimiento de Securion
- Desafíos en la Implementación de una Cultura de Compliance
- Lecciones Aprendidas: La Ética como Aliado Estratégico
El Despliegue de la Corrupción: Un Sistema Organizado
La investigación interna iniciada por la casa matriz de Securitas en Estocolmo reveló una red de corrupción sistemática en su filial argentina. Entre 2016 y 2018, la empresa se involucró en prácticas ilícitas que incluían defraudación, cohecho, dádivas y administración fraudulenta. El objetivo era claro: obtener contratos con organismos estatales clave como AySA (Agencia de Servicios Sanitarios y Ambientales), Renaper (Registro Nacional de las Personas), Senasa (Servicio Nacional de Sanidad Agraria y Calidad Alimentaria) y Enersa (Empresa de Energía de San Juan). La estructura de corrupción estaba bien organizada, con mecanismos diseñados para ocultar los sobornos y garantizar la obtención de los contratos deseados.
La magnitud de la corrupción era considerable. Se estima que los sobornos pagados ascendían a millones de dólares. Esta situación no solo comprometía la integridad de Securitas, sino que también generaba un impacto negativo en la competencia leal y en la confianza pública. La autodenuncia ante la justicia argentina fue un acto de valentía, pero también una necesidad estratégica para evitar consecuencias aún más graves.
La Autodenuncia y la Ley 27.401: Un Punto de Inflexión
En 2020, Securitas tomó la decisión de autodenunciarse ante la justicia argentina, amparándose en la Ley 27.401 de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas. Esta ley, inspirada en modelos internacionales, permite a las empresas colaborar con la justicia a cambio de una atenuación de las penas. La autodenuncia implicó un reconocimiento explícito de las irregularidades cometidas y un compromiso de colaborar plenamente con la investigación.
La Ley 27.401 establece una serie de requisitos para que una empresa pueda beneficiarse de la colaboración eficaz. Entre ellos, se encuentra la necesidad de aportar pruebas relevantes, reparar los daños económicos causados y diseñar e implementar un programa de integridad (compliance) robusto y efectivo. Securitas cumplió con estos requisitos, demostrando un compromiso genuino por corregir sus prácticas y prevenir futuros actos de corrupción.
El Impacto Económico y la Regularización Fiscal
La autodenuncia y la colaboración con la justicia tuvieron un impacto económico significativo para Securitas. La empresa debió rectificar sus balances de los últimos seis años, lo que implicó un ajuste contable considerable. Además, se vio obligada a abonar US$13 millones a la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) para regularizar su situación fiscal.
Este costo económico, aunque importante, fue considerado necesario para sanear la situación de la empresa y recuperar la confianza de sus stakeholders. La regularización fiscal fue un paso fundamental para demostrar el compromiso de Securitas con la transparencia y el cumplimiento de las leyes.
El Programa de Integridad (Compliance): La Clave de la Transformación
El diseño e implementación de un programa de integridad (compliance) fue un elemento central en el proceso de transformación de Securitas. Este programa, basado en las mejores prácticas internacionales, tenía como objetivo prevenir la corrupción, promover la ética y garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables.
El programa de compliance incluyó una serie de medidas, como la creación de un comité de ética, la implementación de un código de conducta, la capacitación de los empleados en temas de ética y cumplimiento, la realización de auditorías internas y externas, y el establecimiento de canales de denuncia confidenciales. El objetivo era crear una cultura de integridad en toda la organización, donde la ética y el cumplimiento fueran valores fundamentales.
La efectividad del programa de compliance fue clave para convencer a la justicia de que Securitas estaba realmente comprometida con la corrección de sus prácticas. La colaboración con la justicia, la reparación de los daños económicos y el programa de integridad fueron factores determinantes para obtener una atenuación de las penas.
El Management Buy Out y el Nacimiento de Securion
Como parte de su estrategia de transformación, Securitas optó por desprenderse de sus operaciones en Argentina mediante un management buy out (MBO). Esta operación, encabezada por Alberto Pizzi y el fondo de inversión Mas Equity, permitió a la dirección local adquirir el control de la empresa.
El MBO dio origen a Securion, una nueva empresa que mantuvo la alianza con Securitas AB como socio certificado, pero bajo una nueva dirección y con un enfoque centrado en la ética corporativa. Securion se comprometió a mantener los estándares de calidad y servicio de Securitas, pero con un mayor énfasis en la integridad y el cumplimiento normativo.
La transición de Securitas a Securion fue un proceso complejo que requirió una cuidadosa planificación y ejecución. La dirección local se enfrentó al desafío de cambiar la cultura de la empresa, superar las prácticas heredadas del pasado y construir una nueva identidad basada en la ética y la transparencia.
Desafíos en la Implementación de una Cultura de Compliance
Alberto Pizzi, el nuevo líder de Securion, reconoció que el mayor desafío fue instalar una cultura de compliance real, superando las prácticas arraigadas de las múltiples adquisiciones locales que Securitas había realizado en el país. Estas adquisiciones habían generado una heterogeneidad cultural y una falta de uniformidad en las prácticas de cumplimiento.
Para superar este desafío, Pizzi y su equipo implementaron una serie de medidas, como la comunicación constante de los valores de la empresa, la capacitación de los empleados en temas de ética y cumplimiento, y la creación de un sistema de incentivos que recompensara el comportamiento ético. También se promovió la participación de los empleados en la definición de las políticas de compliance, lo que generó un mayor sentido de pertenencia y compromiso.
Otro aspecto clave fue la confidencialidad judicial durante el proceso. Pizzi destacó la importancia de mantener la continuidad operativa mientras avanzaba la causa judicial. La confidencialidad permitió a la empresa seguir operando normalmente, sin generar pánico entre los clientes y los empleados.
Lecciones Aprendidas: La Ética como Aliado Estratégico
El caso de Securitas/Securion dejó una lección importante en el sector empresarial: un programa de integridad no es solo un requisito formal, sino un aliado estratégico para la sostenibilidad a largo plazo. La ética corporativa, el cumplimiento normativo y la colaboración con la justicia son elementos esenciales para construir una empresa sólida y confiable.
La autodenuncia de Securitas fue un acto de valentía que le permitió evitar consecuencias aún más graves y reconstruir su reputación. La colaboración con la justicia, la reparación de los daños económicos y el programa de integridad fueron factores determinantes para obtener una atenuación de las penas y recuperar la confianza de sus stakeholders.
El caso de Securion demuestra que es posible transformar una empresa corrupta en una organización ética y transparente. Sin embargo, esta transformación requiere un compromiso genuino por parte de la dirección, una inversión significativa en programas de compliance y una cultura de integridad arraigada en toda la organización.
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