Kicillof vs Kirchnerismo: Lucha de Poder y Desafíos Económicos en Buenos Aires
La reciente disputa interna en el peronismo bonaerense, desatada durante el cierre de listas para las elecciones legislativas, trasciende la mera distribución de candidaturas. Se trata de una batalla por la definición del liderazgo del kirchnerismo, un enfrentamiento entre Axel Kicillof, el actual gobernador, y la sombra aún poderosa de Cristina Fernández de Kirchner. Este artículo analiza en profundidad las tensiones, las estrategias y los desafíos que enfrenta Kicillof en su intento de consolidarse como el nuevo referente del espacio, así como el contexto de confrontación con el gobierno de Javier Milei.
El Pulso por el Legado Kirchnerista
La pelea por las listas no fue un simple ejercicio de ingeniería política. Representó un choque de voluntades entre Kicillof, que busca proyectarse como el heredero natural del kirchnerismo, y Cristina Kirchner, quien, a pesar de su situación judicial, aún ejerce una influencia considerable sobre el sector. Kicillof logró imponer su criterio en momentos clave, como la separación de las elecciones provinciales de las nacionales, una decisión que la ex presidenta consideraba riesgosa. Esta victoria inicial marcó un punto de inflexión en la relación de fuerzas, demostrando la capacidad del gobernador para tomar decisiones estratégicas en contra de la opinión de la líder fundadora.
La crítica pública de Máximo Kirchner, tras la prisión de su madre, añadiendo leña al fuego. Sus palabras, aunque ambiguas, apuntaban a una supuesta falta de liderazgo y a la prevalencia de intereses personales dentro del peronismo. Esta acusación generó dudas sobre a quién iba dirigida, pero evidenció la existencia de tensiones internas y la necesidad de unificar criterios de cara a las elecciones. Kicillof, sin embargo, supo resistir estos embates y, finalmente, consiguió imponer sus candidatos en los distritos más importantes, incluyendo la estratégica tercera sección, el corazón del conurbano bonaerense.
La Tercera Sección: Un Símbolo en Juego
La tercera sección, que abarca el sur y oeste del conurbano, incluyendo La Matanza, es el distrito más populoso de la provincia de Buenos Aires y un bastión histórico del kirchnerismo. Cristina Kirchner había elegido este distrito para postularse como candidata, lo que le otorgaba un valor simbólico especial. La decisión de Kicillof de reservar las candidaturas en esta zona para su agrupación generó un fuerte rechazo por parte de los sectores más cercanos a la ex presidenta, quienes se sintieron con derecho a reclamar la representación de la línea dura del kirchnerismo. Esta disputa puso de manifiesto la dificultad de conciliar las diferentes facciones dentro del peronismo y la necesidad de encontrar un equilibrio entre la renovación y la continuidad.
El resultado final de la negociación fue una unidad formal, pero con un quiebre interno evidente. Las diferentes fuerzas que conforman Fuerza Patria –La Cámpora, el Frente Renovador de Sergio Massa y el Movimiento al Futuro– concurrirán a la elección bajo un mismo paraguas, pero las costuras de la unidad forzada quedaron a la vista. Los reproches cruzados, con los kirchneristas cuestionando la capacidad de Kicillof para conducir el espacio opositor y los partidarios del gobernador quejándose de las trabas a una renovación peronista, fueron la banda sonora de la discusión por los nombres.
Una Campaña Anti-Motosierra: La Estrategia de Kicillof
Consciente de la necesidad de diferenciarse del gobierno de Javier Milei, Kicillof ha enfocado su comunicación oficial en la defensa de la obra pública y en la denuncia de los efectos sociales del ajuste fiscal. El ministro de Economía de la provincia, Pablo López, ha destacado la inversión de capital realizada desde 2019, que ya supera los 12 billones de pesos, una cifra equivalente a la totalidad de la deuda que la Nación acumula con los bonaerenses. Este mensaje busca contrarrestar el discurso libertario sobre el derroche de recursos y la gestión ineficiente, y posicionar a Kicillof como el defensor de los intereses de la provincia.
El gobernador ha enfatizado que la obra pública es fundamental para generar trabajo, construir integración, promover el desarrollo y garantizar la justicia social. Esta retórica busca conectar con los sectores más vulnerables de la población, que son los más afectados por el ajuste. Kicillof sabe que en los próximos dos años tendrá que demostrar gestión y presentar un proyecto alternativo a la "motosierra" de Milei, y por eso ha apostado por una estrategia de comunicación centrada en la defensa de los derechos sociales y en la promoción del desarrollo económico.
La Guerra Comunicacional con Milei
La relación entre Kicillof y Milei está marcada por la confrontación y la descalificación mutua. El gobierno libertario ha intensificado sus ataques contra el gobernador, acusándolo de ineficiencia y de ser un obstáculo para el progreso del país. En los últimos días, se han lanzado acusaciones sobre una supuesta deuda del IOMA al hospital pediátrico Garrahan, con cifras que difieren según la versión oficial y la denuncia de los medios afines a Milei. Esta guerra comunicacional busca desestabilizar a Kicillof y debilitar su imagen ante la opinión pública.
Milei ha renovado sus descalificaciones hacia Kicillof, llamándolo "inútil soviético" tras la derrota judicial de Argentina en los tribunales neoyorquinos por el caso YPF. Esta retórica beligerante busca generar un clima de hostilidad y polarización, y posicionar a Kicillof como un representante del pasado y un defensor de los intereses de la casta política. La confrontación con Milei es un desafío importante para Kicillof, que deberá saber responder a los ataques y defender su gestión sin caer en provocaciones.
La Batalla por la Caja Fiscal: Desafíos Económicos
Para Kicillof, será vital contar con una legislatura que le dé las herramientas presupuestarias necesarias para sostener su política de reivindicación de la obra pública. Sin embargo, la situación económica de la provincia es delicada, con una caída en la recaudación de recursos que podría dificultar la implementación de sus proyectos. Los datos extraoficiales del primer cuatrimestre muestran una variación negativa interanual del 6% real, con una caída especialmente pronunciada en el impuesto inmobiliario (-34%) y en Ingresos Brutos (-9,4%).
Ingresos Brutos, que representa aproximadamente el 80% del ingreso de caja de Kicillof, es uno de los tributos más odiados por los contribuyentes, que denuncian una doble imposición con Ganancias. Durante la gestión macrista se había firmado un pacto fiscal en el que los gobernadores se comprometían a eliminar gradualmente este impuesto, pero al llegar Alberto Fernández aquella política se revirtió. Kicillof, lejos de reducirlo, logró al inicio de su segunda gestión un permiso de la legislatura provincial para adelantar cobros.
Con el ARBA como avanzada de su política, Kicillof se lanzó a una caza de "evasores top" que incluyó embargos y escraches a propietarios de embarcaciones de lujo o departamentos de alto valor en la costa que se encontraban atrasados en sus obligaciones tributarias. Estas medidas, aunque controvertidas, buscan aumentar la recaudación y enviar un mensaje de firmeza contra la evasión fiscal. Sin embargo, la situación económica de la provincia sigue siendo un desafío importante para Kicillof, que deberá encontrar nuevas fuentes de financiamiento y gestionar eficientemente los recursos disponibles.
Artículos relacionados