Dólar al alza y volatilidad económica: LEFI, agro y el desafío del BCRA
La reciente volatilidad en el mercado cambiario argentino, impulsada por la eliminación de las Letras de Regulación Financiera (LEFI) y la consecuente inyección masiva de pesos, ha generado una profunda incertidumbre económica. Este artículo analiza en detalle los eventos que desencadenaron esta crisis, las medidas adoptadas por el Banco Central y el Tesoro, y las perspectivas futuras para la economía argentina, basándose en análisis de consultoras especializadas como 1816 e Invecq. El objetivo es proporcionar una comprensión clara y completa de la situación actual y sus posibles implicaciones.
El Desplome de las LEFI y la Expansión Monetaria
La eliminación de las LEFI, instrumentos que hasta hace poco servían como ancla para los excedentes de pesos en los bancos, marcó un punto de inflexión en la economía argentina. El retiro simultáneo de estas letras y una liquidación récord del agro generaron una combinación explosiva: un aumento significativo de la cantidad de pesos en circulación, una caída abrupta de las tasas de interés y una presión creciente sobre el dólar. El Banco Central, al comprar el stock total de LEFI –equivalente a $15,5 billones– que los bancos aún conservaban en cartera, disparó la base monetaria de $33 a $43 billones en una sola jornada. Esta operación, sin precedentes en la historia económica argentina, desató una serie de consecuencias imprevistas.
La rápida expansión monetaria desbordó al sistema financiero, provocando una caída drástica de las tasas de interés. La tasa de caución a un día se desplomó del 33,5% a solo el 17% en tres semanas, mientras que otras tasas clave, como las cauciones, pases y rendimientos secundarios de las LECAP, también experimentaron un derrumbe. Esta situación, en la que las tasas de interés se encontraban por debajo de la inflación mensual, incentivó a los inversores y a los bancos a buscar cobertura cambiaria, exacerbando la demanda de dólares y presionando al alza el tipo de cambio.
La Reacción del Mercado Cambiario: Blue, CCL y MEP
El mercado cambiario argentino reaccionó de manera inmediata y contundente a la expansión monetaria y la caída de las tasas de interés. El dólar blue, la cotización informal, experimentó una suba de veinticinco pesos, alcanzando los $1.325 y consolidándose como la variante más cara dentro del mercado cambiario. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanzó un 0,8%, llegando a $1.297, mientras que el dólar MEP ganó un 0,5%, hasta los $1.294. El tipo de cambio mayorista, por su parte, se posicionó en $1.292,50. Esta disparidad entre las diferentes cotizaciones del dólar refleja la creciente incertidumbre y la falta de confianza en la economía argentina.
A pesar de la "lluvia de dólares" proveniente del complejo agroexportador, con ingresos de USD 2.500 millones en apenas nueve días (equivalente a más de USD 6.000 millones anualizados), el tipo de cambio continuó presionando al alza. La explicación reside en que, al dejar de operar plenamente el cepo cambiario para grandes empresas, la oferta de dólares ya no encuentra una contrapartida natural en pesos. En lugar de calmar al mercado, la entrada de divisas encontró un sistema que funciona como si no tuviera restricciones, lo que intensificó la presión sobre el tipo de cambio.
Las Medidas del Gobierno y el Banco Central
Ante la escalada cambiaria, el Gobierno y el Banco Central implementaron una serie de medidas urgentes para intentar estabilizar la situación. El lunes 15 de julio se convocó a una licitación extraordinaria, que se realizó el miércoles siguiente, con el objetivo de absorber la liquidez excedente generada por el fin de las LEFI. El Banco Central también reintrodujo los pases pasivos, con tasas del 35%, y absorbió más de $5 billones a través de diferentes herramientas, además de vender títulos en el mercado secundario para drenar pesos. Estas acciones lograron un efecto inmediato: las tasas volvieron a niveles previos al desarme de las LEFI.
Sin embargo, estas medidas no fueron gratuitas. En la licitación del 16 de julio, el Tesoro debió convalidar tasas más altas de lo esperado. Las LECAP más cortas se adjudicaron con una TIREA de entre 47% y 48%, con un rendimiento mensual de 3,3%, por encima de lo que pagaba el mercado secundario. Esta situación generó interrogantes sobre los objetivos de fondo del programa financiero, ya que se permitió una caída abrupta de tasas que alimentó el salto del dólar y luego se respondió con absorciones monetarias agresivas y tasas más altas.
El Impacto en las Tasas de Interés y la Cobertura Cambiaria
La eliminación de las LEFI y la consiguiente expansión monetaria tuvieron un impacto significativo en las tasas de interés en pesos. Las cauciones, pases y rendimientos secundarios de las LECAP se derrumbaron, con una caída del rendimiento de las letras más cortas del 33% al 30% y un desplome del interbancario privado del 34% al 18%. Estas tasas menores a la inflación mensual provocaron un cambio de comportamiento de los inversores y los bancos, que buscaron cobertura cambiaria para proteger sus ahorros y ganancias de la pérdida de poder adquisitivo.
La fuerte liquidación de divisas del complejo agroexportador, con ingresos de USD 2.500 millones en apenas nueve días, no logró frenar el avance del tipo de cambio. Esta situación se explica por la falta de una contrapartida natural en pesos, debido a la flexibilización del cepo cambiario para grandes empresas. La oferta de dólares encontró un sistema que funciona como si no tuviera restricciones, lo que intensificó la presión sobre el tipo de cambio y generó una dinámica inestable en el mercado cambiario.
Perspectivas Futuras: Ingreso de Dólares del Agro y Absorción de Pesos
Los expertos de 1816 proyectan que el ingreso de dólares del agro se mantendrá al menos hasta el 22 de julio, con flujos superiores a los USD 300 millones diarios. Esta tendencia ayuda a sostener la oferta en el mercado cambiario, pero no garantiza estabilidad si no se absorbe el exceso de pesos. El Banco Central ya cuenta con nuevos instrumentos tras el canje de LEFI, entre ellos las LECAP (S15G5 y S12S5) y los BONCAP (T1705), que deberían usarse para contener la emisión.
Sin embargo, la colocación de estos instrumentos ha sido limitada y no ha habido señales claras de un uso más intensivo. Invecq advierte que el principal problema no está solo en la oferta de bonos, sino en la falta de incentivos normativos para que los bancos los demanden. Las actuales regulaciones sobre fraccionamiento crediticio y composición de activos restringen la canalización de pesos hacia esos instrumentos, lo que deja al sistema con pocas herramientas efectivas para absorber liquidez. En este contexto, la presión inflacionaria y cambiaria sigue latente, y cualquier mal cálculo oficial puede reactivar una escalada cambiaria no deseada.
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