El primer producto con código de barras: la revolución del escaneo
Los códigos de barras han sido una herramienta fundamental en la era de las compras en línea y las entregas a domicilio. Estos códigos, que consisten en patrones de líneas verticales paralelas, contienen información codificada que se puede leer utilizando escáneres especiales. Los códigos de barras se utilizan en una amplia variedad de aplicaciones, desde el seguimiento de inventarios hasta la identificación de activos. El código de barras más común y aceptado internacionalmente es el UPC, que se encuentra en la mayoría de los productos que se venden en tiendas y supermercados. Además del UPC, existen otros códigos de barras ampliamente utilizados, como el Code 39 y el Code 128.
Uno de los avances más recientes en el mundo de los códigos de barras es el código QR. A diferencia de los códigos de barras tradicionales, el código QR utiliza un patrón de cuadros pequeños en blanco y negro para representar información codificada. Esto permite almacenar mucha más información en un espacio limitado, lo que resulta especialmente útil en aplicaciones que requieren codificar una gran cantidad de datos.
La historia de los códigos de barras se remonta al siglo XIX, cuando se comenzaron a utilizar tarjetas perforadas para catalogar y automatizar la venta de artículos. Sin embargo, fue a mediados del siglo XX cuando realmente se comenzó a desarrollar la tecnología de los códigos de barras. Bernard Silver y Norman Joseph Woodland fueron los pioneros en este campo, y su trabajo culminó en el diseño del código de barras lineal que conocemos hoy en día.
Aunque en un principio se encontraron con dificultades para encontrar una tinta adecuada y asequible, finalmente lograron desarrollar un código de barras que combinaba elementos del código Morse y las bandas sonoras de las películas. Este diseño utilizaba círculos concéntricos en lugar de líneas anchas y estrechas, lo que permitía escanear el código desde cualquier dirección.
Aunque la tecnología y la infraestructura necesarias para implementar los códigos de barras en cada supermercado no estaban disponibles en ese momento, a principios de la década de 1960 se comenzó a desarrollar un sistema de codificación en el mundo del ferrocarril. Este sistema utilizaba etiquetas con franjas naranjas y azules hechas de un material reflectante. David J. Collins, quien concibió esta idea, se dio cuenta de que el concepto podría ser utilizado en otras industrias y decidió fundar su propia empresa.
En resumen, los códigos de barras han revolucionado la forma en que hacemos compras y realizamos transacciones. Estas herramientas eficaces permiten identificar y monitorear productos de manera eficiente, mejorando la gestión de inventarios y previniendo pérdidas. Además, el código QR ha ampliado aún más las posibilidades de los códigos de barras al permitir almacenar una gran cantidad de información en un espacio limitado.
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