Milei al Límite: Debate en el Congreso, Apuesta Electoral y la Pelea por la Caja Fiscal
La presidencia de Javier Milei en Argentina se encuentra en una encrucijada. Tras una serie de derrotas legislativas y la creciente dificultad para negociar con gobernadores y sectores del peronismo, el mandatario ha virado su estrategia, apelando directamente a la ciudadanía para obtener el apoyo necesario para implementar su agenda de reformas. Este artículo analiza la situación actual, las estrategias empleadas por Milei, los desafíos que enfrenta y las implicaciones de la batalla por el control del presupuesto nacional.
- El Debate Parlamentario y el Llamado a la Población
- De la Ley Bases "Licuada" a los Acuerdos con los Gobernadores
- La Complicación del Escenario Político Actual
- La Pulsa por los Aportes del Tesoro Nacional (ATN)
- La Compensación por la Parálisis de la Inversión Pública
- La Defensa de la Ortodoxia Económica y la Polarización
El Debate Parlamentario y el Llamado a la Población
La derrota inminente en el Congreso, donde la oposición parece decidida a revertir los vetos presidenciales, ha obligado a Milei a replantear su estrategia. En lugar de concentrarse en convencer a los legisladores o a los gobernadores, el presidente ha optado por un discurso directo a la población, buscando un mandato popular que le permita superar la resistencia parlamentaria. El discurso televisado en cadena nacional no fue una negociación con el peronismo ni con los gobernadores, sino una solicitud de apoyo para cambiar la composición de fuerzas en el Congreso en las próximas elecciones de octubre.
Milei ha presentado los anuncios relacionados con el "déficit cero" y la política monetaria como una excusa para transmitir un mensaje político central: la oposición kirchnerista representa el verdadero "riesgo país". Según su argumentación, la agenda de reformas se verá comprometida si el oficialismo no logra una victoria electoral contundente. Esta estrategia busca polarizar el debate y presentar al gobierno como el único garante de la estabilidad económica y el progreso del país.
De la Ley Bases "Licuada" a los Acuerdos con los Gobernadores
Esta no es la primera vez que Milei se enfrenta a la falta de apoyo parlamentario para su agenda reformista. Sin embargo, en ocasiones anteriores, ha contado con mayor margen de negociación para alcanzar sus objetivos. Un ejemplo claro es la primera versión de la Ley Bases, que fue significativamente modificada en el Congreso. Ante esta situación, Milei anunció un "plan B" para evitar el déficit fiscal, recurriendo a recortes en la asistencia fiscal a las provincias.
Esta medida, aunque controversial, permitió al gobierno obtener el apoyo de los gobernadores a la reinstauración del impuesto a las Ganancias y a la firma del Pacto de Mayo, un compromiso simbólico para limitar el gasto público. Las provincias, a pesar de los recortes, lograron un superávit fiscal del 2,6% de los ingresos totales, equivalente al 0,1% del PBI. Otros momentos de tensión, como la aprobación de leyes para reformar la indexación jubilatoria y aumentar el presupuesto universitario, fueron superados gracias a la negociación con los gobernadores y el mantenimiento de los vetos presidenciales, permitiendo al gobierno cerrar 2024 con un superávit fiscal primario del 1,8% del PBI.
La Complicación del Escenario Político Actual
La situación actual es más compleja para Milei. No solo enfrenta la oposición del kirchnerismo, sino que también ha perdido el apoyo de sectores dialoguistas del peronismo y de ex miembros de la coalición Cambiemos. La dificultad para conciliar con los gobernadores provinciales, que en el pasado actuaron como "dadores de gobernabilidad" para un gobierno en minoría parlamentaria, agrava aún más la situación. La ayuda de los gobernadores se ha limitado al apoyo al nuevo acuerdo con el FMI, una solicitud que Milei realizó al inaugurar el año legislativo.
En ese momento, el presidente prometió una regla para evitar medidas populistas, pero también ofreció una reforma federal para el manejo de los recursos tributarios. Sin embargo, este acuerdo parece cada vez más lejano, especialmente en un año electoral, donde muchos gobernadores priorizan su futuro político y se muestran reacios a sacrificar recursos para preservar el superávit fiscal de Milei. La disputa se centra en una caja equivalente al 0,12% del PBI, lo que representa aproximadamente 840 millones de dólares.
La Pulsa por los Aportes del Tesoro Nacional (ATN)
La controversia gira en torno al manejo de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), un fondo creado para atender situaciones de emergencia o desequilibrios financieros imprevistos. Durante la gestión de Sergio Massa, estos fondos fueron utilizados para ayudar a las provincias con problemas de caja a pagar sueldos y aguinaldos en 2023. La reforma propuesta por los gobernadores tendría un impacto significativo en las finanzas provinciales, aumentando considerablemente los recursos que recibirían.
Por ejemplo, la provincia de Buenos Aires pasaría a recibir 70.971 millones de pesos en el segundo semestre, en comparación con un promedio de 3.636 millones de pesos recibidos semestralmente desde la asunción de Milei. A nivel nacional, la distribución de fondos pasaría de 65.000 millones de pesos a 334.000 millones de pesos, sin necesidad de la aprobación de Nicolás Caputo, el ministro de Economía. La discusión se centra en quién controla este fondo y cómo se distribuyen las transferencias, con las provincias buscando una mayor autonomía en el manejo de sus recursos.
La Compensación por la Parálisis de la Inversión Pública
Además de los ATN, las provincias buscan compensar la parálisis de la inversión en obra pública mediante la transferencia automática de los ingresos recaudados por el impuesto a los combustibles, que representan aproximadamente el 2,3% del total de los ingresos fiscales. Esta medida permitiría a las provincias financiar proyectos de infraestructura y desarrollo económico, aliviando el impacto de la reducción del gasto público nacional.
Ante esta situación, Milei se enfrenta a la posibilidad de que el Congreso revierta los decretos que permitieron aplicar la "motosierra", incluyendo la eliminación de la Dirección Nacional de Vialidad. Además, ya ha sufrido la aprobación de la reforma jubilatoria y la media sanción para el aumento del financiamiento universitario y la declaración de emergencia pediátrica. El presidente calcula que los proyectos impulsados por la oposición tendrían un costo fiscal de 2,5% del PBI, lo que pondría en riesgo el superávit primario del 1,6% comprometido con el Fondo Monetario Internacional.
La Defensa de la Ortodoxia Económica y la Polarización
Una vez más, Milei ha defendido la tesis ortodoxa de que la inflación es causada por la financiación monetaria del déficit fiscal, negando cualquier conexión entre la suba del dólar y los aumentos de precios. Esta postura, que contrasta con la visión de sectores del kirchnerismo, busca justificar las medidas de ajuste implementadas por el gobierno y responsabilizar a la oposición por cualquier eventual deterioro de la situación económica.
La estrategia de Milei se basa en la polarización del debate, presentando al gobierno como el único defensor de la estabilidad económica y el progreso del país, y a la oposición como una fuerza destructiva que busca desestabilizar la economía y perpetuar el populismo. Esta táctica busca movilizar a sus seguidores y obtener el apoyo necesario para superar la resistencia parlamentaria y llevar adelante su agenda de reformas.
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