Los desafíos de salud del siglo XXI según la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se enfrenta a una serie de desafíos sanitarios a nivel mundial. Estos desafíos van desde brotes evitables mediante vacunación, como el sarampión y la difteria, hasta el aumento de patógenos resistentes a fármacos y el incremento de tasas de obesidad e inactividad física. Además, la contaminación ambiental, el cambio climático y diversas crisis humanitarias también afectan la salud de las personas.
En respuesta a estas amenazas, la OMS ha lanzado un plan estratégico ambicioso con el objetivo de asegurar que mil millones más de personas accedan a la cobertura sanitaria universal, que mil millones más estén resguardadas ante emergencias sanitarias, y que mil millones más gocen de una salud y bienestar mejorados.
Existen cinco cuestiones que demandan la atención de la OMS. En primer lugar, el aire contaminado es uno de los principales riesgos ambientales para la salud, y nueve de cada diez individuos respiran a diario aire contaminado. Los contaminantes presentes en el aire pueden causar daños en pulmones, corazón y cerebro, y están vinculados a enfermedades como el cáncer, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardiacas y pulmonares.
En segundo lugar, las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, constituyen más del 70% de todas las defunciones a nivel mundial. Estas enfermedades afectan especialmente a países de bajos y medianos ingresos, y se atribuyen a factores de riesgo como el tabaquismo, la inactividad física, el consumo perjudicial de alcohol, las pautas dietéticas poco saludables y la contaminación del aire.
En tercer lugar, la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza que afecta la eficacia de los medicamentos para tratar infecciones. El uso excesivo de antimicrobianos en personas, animales y el medio ambiente ha llevado a la resistencia a los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea y la salmonelosis.
En cuarto lugar, la resistencia a la vacunación representa una amenaza significativa para la lucha contra enfermedades prevenibles mediante la vacunación. La vacunación es una estrategia eficaz y rentable para prevenir enfermedades, pero la renuencia o negativa a vacunarse pone en riesgo los avances logrados.
Por último, a pesar de los avances en la lucha contra el VIH, la epidemia persiste y cobra la vida de casi un millón de personas al año. Alcanzar a grupos vulnerables y abordar el riesgo particularmente alto que enfrentan las adolescentes y mujeres jóvenes son desafíos importantes en la lucha contra el VIH.
Estos retos de salud reflejan la complejidad y la interconexión de los problemas que la OMS enfrenta en su misión de promover la salud mundial y proporcionar liderazgo en cuestiones de salud pública a nivel internacional.
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