Ovejas, Genética y Futuro en la Patagonia: Innovación y Tradición Ganadera
La Patagonia argentina, vastedad de paisajes imponentes y clima desafiante, encuentra en la producción ovina una de sus actividades económicas más arraigadas y significativas. Más allá de la lana y la carne, la cría de ovejas en esta región es un legado cultural, una forma de vida que se entrelaza con el territorio y la identidad de sus habitantes. Este artículo explora el mundo de la ganadería ovina en Santa Cruz, a través de la mirada de Juan Enrique Ibañez, un profesional comprometido con la mejora genética y el desarrollo sostenible de esta actividad, desentrañando los secretos de los rulos, la ciencia detrás de la selección animal y el futuro prometedor que aguarda a la oveja patagónica.
- El Legado Familiar y la Pasión por la Genética Ovina
- La Medición como Clave para la Mejora Genética
- Las Razas Ovinas Predominantes en Santa Cruz
- El Sentido de Pertenencia y el Compromiso con el Territorio
- La Articulación y la Transferencia de Conocimiento
- La Importancia de la Comunicación y la Valorización del Trabajo
El Legado Familiar y la Pasión por la Genética Ovina
La conexión de Juan Enrique Ibañez con el mundo ovino no es reciente ni meramente profesional. Es una herencia familiar, un vínculo forjado a lo largo de generaciones en el campo. Criado en Río Gallegos, rodeado de ovejas y de la experiencia de su abuelo, su padre y sus tíos, desde temprana edad sintió una fascinación especial por estos animales. A los 16 años, esa fascinación se transformó en una vocación clara: dedicarse a la genética animal. La posibilidad de mejorar la productividad de la oveja, de adaptarla a las condiciones específicas de la Patagonia, se convirtió en su motor y su objetivo.
La genética animal, sin embargo, es un proceso complejo y prolongado. No se trata de resultados inmediatos, sino de un trabajo paciente y meticuloso que requiere años de observación, medición y análisis. Ibañez lo explica con claridad: "La genética es un proceso largo, de 5, 6 o más años, y el ambiente influye tanto como la carga genética". Esta comprensión integral del proceso es fundamental para lograr avances significativos en la mejora de las razas ovinas.
La Medición como Clave para la Mejora Genética
En el trabajo de Ibañez, la medición es la herramienta fundamental. Cada dato, cada registro, es una pieza del rompecabezas que permite identificar los animales con mayor potencial genético. Peso al nacer, peso al destete, finura y rizo de la lana, espesor de grasa dorsal, profundidad de ojo de bife… son solo algunos de los parámetros que se registran sistemáticamente. Estos datos no son meras cifras, sino indicadores de la calidad y productividad de cada animal.
El objetivo de esta rigurosa medición es identificar aquellos animales que responden a las tendencias productivas actuales. En un mercado cada vez más exigente, la calidad de la lana y la carne son factores clave para la rentabilidad de la producción ovina. Por eso, se busca afinar la lana, mejorar su finura y rizo, y aumentar la calidad de la carne, optimizando la conversión alimenticia y el rendimiento de la carcasa. La selección genética, basada en datos objetivos, es la herramienta más eficaz para lograr estos objetivos.
Las Razas Ovinas Predominantes en Santa Cruz
Santa Cruz, como muchas regiones de la Patagonia, se caracteriza por la presencia de tres razas ovinas principales: merino, merino multipropósito (MPM) y corriedale. Cada una de estas razas tiene sus propias características y ventajas, adaptadas a las condiciones específicas del territorio. El merino, tradicionalmente asociado a la producción de lana fina, es una raza netamente lanera, valorada por la calidad y el volumen de su vellón. El corriedale, en cambio, es una raza de doble propósito, apreciada tanto por su lana como por su carne.
El MPM, como su nombre lo indica, es una derivación del merino que busca combinar las características de ambas razas, obteniendo un animal más versátil y adaptable. "El MPM es una derivación que busca un animal distinto", explica Ibañez, destacando la importancia de la innovación y la búsqueda constante de nuevas alternativas para mejorar la producción ovina. Si bien en otras regiones del país existen decenas de razas ovinas, la Patagonia ha mantenido este trío como base de su producción, adaptándolas a las condiciones climáticas y geográficas de la región.
El Sentido de Pertenencia y el Compromiso con el Territorio
Para Juan Enrique Ibañez, el trabajo en el territorio tiene un significado profundo, que va más allá de lo profesional. Es una forma de retribuir a la tierra que lo vio crecer, a la oveja que le brindó oportunidades y a la comunidad que lo ha apoyado. "La oveja me dio de comer, me dio de estudiar y me dio la vida", afirma con convicción, expresando un sentimiento de gratitud y pertenencia. Su pasión es darle vida al suelo y a la oveja, contribuyendo al desarrollo sostenible de la Patagonia.
Esa visión se refleja en su tarea como asesor genético de cabañas, acompañando a los productores en la toma de decisiones estratégicas que pueden marcar el rumbo de una majada. La selección de reproductores, la planificación de cruzas, el análisis de datos genealógicos… son tareas que requieren conocimiento técnico, experiencia y un profundo compromiso con el bienestar animal y la rentabilidad de la producción. "Cuando un cliente saca un gran campeón y sabés que ayudaste a elegir los padres o a planificar la cruza, sentís una parte de ese logro", reconoce Ibañez, destacando la satisfacción de ver los resultados de su trabajo.
La Articulación y la Transferencia de Conocimiento
El rol de Ibañez como extensionista del INTA lo conecta con colegas de toda la provincia y del país, formando una red de conocimiento y colaboración que beneficia a los productores. Su función es identificar las necesidades de los productores y ponerlos en contacto con los especialistas adecuados, ya sea en nutrición, manejo de agua, identificación electrónica o cualquier otra área de interés. "Si un productor necesita algo de nutrición, manejo de agua o identificación electrónica, busco a la persona indicada, sea en otra agencia, en el Consejo Agrario, en SENASA o en una empresa privada", explica.
Esta articulación también estuvo presente en las jornadas ganaderas, donde se compartieron avances sobre el plan de manejo del guanaco, la comercialización de su carne y tecnologías innovadoras como el bebedero térmico ovino desarrollado en Los Antiguos. La transferencia de conocimiento es fundamental para impulsar el desarrollo de la producción ovina, permitiendo a los productores acceder a las últimas tecnologías y prácticas de manejo.
La Importancia de la Comunicación y la Valorización del Trabajo
Para Ibañez, la producción ovina no se sostiene solo con técnica, sino también con comunicación. Es fundamental contar la historia de la oveja, de su lana, de su carne, de los productores que dedican su vida a su cuidado. "Nuestros padres sabían producir, pero no comunicar. Nosotros tenemos que contar, porque si no se conoce, no se valora", afirma con énfasis. La comunicación es la clave para generar conciencia sobre la importancia de la producción ovina y para valorizar el trabajo de los productores.
Convencido de que "la oveja no es toda igual" y de que cada rulo en su lana guarda una historia de selección y trabajo, Ibañez resume su tarea con orgullo y sencillez. "Siempre estoy abierto a contar lo que hacemos, porque es nuestro pedacito de tierra y vale la pena compartirlo". Su compromiso con la producción ovina, con el territorio y con la comunidad es un ejemplo de pasión, dedicación y visión de futuro.
Fuente: https://elrompehielos.com.ar/expo-ganadera-entre-ovejas-rulos-y-genetica
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