Ejercicio Fraterno XXXVIII: Argentina y Brasil Refuerzan Cooperación Naval en Bahía
El reciente Ejercicio Binacional Fraterno XXXVIII, culminado en el puerto de Salvador de Bahía, Brasil, representa un hito en la cooperación naval entre Argentina y Brasil. Esta operación, que involucró a la corbeta ARA “Espora” de la Armada Argentina y la fragata “Independencia” de la Marina de Brasil, no solo fortalece los lazos bilaterales, sino que también demuestra la capacidad de ambas fuerzas para operar de manera integrada en un escenario marítimo complejo. A través de una serie de ejercicios que abarcaron desde defensa antiaérea hasta guerra antisubmarina y operaciones de fuego naval, Fraterno XXXVIII ha elevado el nivel de interoperabilidad y preparación de las armadas de ambos países. Este artículo explorará en detalle las fases del ejercicio, las maniobras realizadas y la importancia estratégica de esta colaboración.
- Objetivos y Alcance del Ejercicio Fraterno XXXVIII
- Fase Inicial: Preparación y Despliegue desde Río de Janeiro
- Ejercicios de Defensa Aérea y Guerra Antisubmarina
- Maniobras Avanzadas: VRC, Guerra Electrónica y Exploración Aeronaval
- Ejercicios de Fuego Naval y Formaciones Tácticas
- Clausura y Regreso a Casa de la ARA “Espora”
Objetivos y Alcance del Ejercicio Fraterno XXXVIII
El Ejercicio Fraterno, en su edición XXXVIII, se enmarca dentro de una larga tradición de cooperación militar entre Argentina y Brasil. Su objetivo principal es fortalecer la confianza mutua, mejorar la interoperabilidad y aumentar la capacidad de respuesta conjunta ante desafíos marítimos comunes. El ejercicio se centra en el intercambio de experiencias, la estandarización de procedimientos y el desarrollo de habilidades en diversas áreas operativas. Este año, el alcance del ejercicio abarcó una amplia gama de actividades, incluyendo ejercicios de defensa antiaérea, guerra antisubmarina, visita, registro y captura (VRC), guerra electrónica, comunicaciones, exploración aeronaval, y ejercicios de fuego naval. La participación de unidades aéreas y submarinas añadió una capa adicional de complejidad y realismo a las maniobras.
La elección de Salvador de Bahía como punto final del ejercicio no es casual. Esta ciudad, con su importante puerto y su ubicación estratégica en la costa brasileña, ofrece una infraestructura ideal para la logística y el apoyo a las operaciones navales. Además, la presencia de autoridades portuarias y militares en la recepción de las unidades participantes subraya la importancia que ambos países otorgan a esta colaboración. El ejercicio Fraterno XXXVIII no solo beneficia a las armadas de Argentina y Brasil, sino que también contribuye a la seguridad marítima regional y al fortalecimiento de la estabilidad en el Atlántico Sur.
Fase Inicial: Preparación y Despliegue desde Río de Janeiro
El ejercicio se inició con el zarpe de las unidades participantes desde la Base Naval Río de Janeiro. La corbeta ARA “Espora”, bajo el mando del Capitán de Fragata Jorge Gabriel Cáceres, y la fragata “Independencia”, comandada por el Capitán de Fragata Antonio Barcellos, se unieron para iniciar cinco días de operaciones navales integradas. Antes de comenzar las maniobras, se incorporó un helicóptero Súper Linx a la operación, ampliando las capacidades de exploración y respuesta de la fuerza combinada. La incorporación de este activo aéreo permitió realizar ejercicios de defensa antiaérea más realistas y efectivos.
La fase inicial se centró en la preparación de las unidades y la coordinación de los planes de operación. Se llevaron a cabo reuniones de planificación y se realizaron pruebas de comunicación para asegurar la compatibilidad de los sistemas de ambas armadas. La colaboración entre los equipos de ambas naciones fue fundamental para garantizar el éxito de esta fase inicial. La rápida integración de los recursos y la fluidez en la comunicación sentaron las bases para las operaciones más complejas que se llevarían a cabo en los días siguientes.
Ejercicios de Defensa Aérea y Guerra Antisubmarina
Una de las primeras actividades del ejercicio fue la realización de ejercicios de defensa antiaérea. La “Espora” y la “Independencia” trabajaron en conjunto para protegerse contra posibles ataques aéreos, utilizando sus sistemas de radar y sus cañones antiaéreos. La participación de un avión A-4B de la Fuerza Aérea Brasilera añadió un elemento de realismo a estos ejercicios, simulando ataques aéreos y poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las unidades navales. La coordinación entre la aeronave y los buques de guerra fue crucial para el éxito de esta fase del ejercicio.
Posteriormente, las unidades se concentraron en operaciones de guerra antisubmarina, trabajando junto al submarino “Tikuna”. Estos ejercicios incluyeron la detección, el seguimiento y la neutralización de amenazas submarinas, utilizando sonares, hidrófonos y otros equipos especializados. La colaboración entre los buques de superficie y el submarino permitió desarrollar tácticas y procedimientos efectivos para contrarrestar la amenaza submarina. La guerra antisubmarina es un componente crítico de la seguridad marítima, y estos ejercicios contribuyeron a mejorar la capacidad de ambas armadas para proteger sus intereses en el mar.
A medida que el ejercicio avanzaba, las maniobras se volvieron más complejas y desafiantes. Se llevaron a cabo adiestramientos combinados de Visita, Registro y Captura (VRC), diseñados para simular la intercepción de buques sospechosos y la verificación de su cumplimiento de las leyes marítimas internacionales. Estos ejercicios requieren una coordinación precisa y un conocimiento profundo de los procedimientos legales y operativos. La práctica de VRC es esencial para combatir el tráfico ilegal de drogas, armas y personas en el mar.
Además, se realizaron ejercicios de guerra electrónica y comunicaciones, diseñados para simular ataques electrónicos y poner a prueba la capacidad de las unidades para proteger sus sistemas de comunicación y navegación. La guerra electrónica es una amenaza creciente en el entorno marítimo moderno, y estos ejercicios contribuyeron a mejorar la resiliencia de las armadas de Argentina y Brasil ante este tipo de ataques. La exploración aeronaval, utilizando el helicóptero Súper Linx, permitió ampliar el alcance de la vigilancia y la detección de amenazas.
Las evoluciones tácticas, cubiertas cruzadas (cross deck) y prácticas de anavizaje y despegue (PAYD) también formaron parte integral del programa de ejercicios. Estas maniobras requieren una gran habilidad y coordinación por parte de las tripulaciones, y contribuyeron a mejorar la eficiencia y la seguridad de las operaciones navales. Las cubiertas cruzadas permiten transferir personal y equipos entre buques en movimiento, mientras que las prácticas de anavizaje y despegue son esenciales para operar aeronaves desde buques de guerra.
La culminación de la fase operativa del ejercicio incluyó ejercicios de fuego naval a un blanco posicionado en el mar. La corbeta ARA “Espora” disparó su cañón de 76mm, demostrando su precisión y potencia de fuego, mientras que la fragata “Independencia” hizo lo propio con su cañón de 114mm. Estos ejercicios permitieron a las tripulaciones practicar el uso de sus armas y evaluar su efectividad en un entorno realista. La seguridad fue una prioridad durante estos ejercicios, y se tomaron todas las precauciones necesarias para evitar accidentes.
Por la noche, ambas unidades dispararon munición trazante con sus cañones de 40mm y ametralladoras de 12,7mm a bengalas lanzadas al aire (Bengalex). Estos ejercicios nocturnos pusieron a prueba la capacidad de las tripulaciones para operar en condiciones de baja visibilidad y utilizar sus armas de manera efectiva. La munición trazante permite a los operadores seguir la trayectoria de los proyectiles y ajustar su fuego en consecuencia. Finalmente, se navegaron efectuando formaciones escalonadas (leap frog), realizando ejercicios de pasaje al habla con guía de distancia y desarrollando diversos eventos de guerra antisuperficie.
Clausura y Regreso a Casa de la ARA “Espora”
Tras cinco días de intensas operaciones navales integradas, las unidades participantes tomaron amarras en el muelle comercial del Puerto de Salvador, donde fueron recibidos por el Agregado Naval a la Embajada Argentina en Brasil, Capitán de Navío Gonzalo Horacio Nieto, acompañado de autoridades portuarias y militares. La corbeta ARA “Espora” permanecerá tres días en Salvador de Bahía participando de las reuniones finales de crítica y de la ceremonia de clausura del ejercicio. Estas reuniones permitirán a los participantes analizar los resultados del ejercicio, identificar áreas de mejora y planificar futuras colaboraciones.
Luego de la clausura, el buque de la Armada Argentina emprenderá su regreso al país, previsto para la última semana del mes en curso. El viaje de regreso permitirá a la tripulación descansar y reflexionar sobre las experiencias adquiridas durante el ejercicio. La participación de la ARA “Espora” en Fraterno XXXVIII ha sido un éxito rotundo, y ha contribuido a fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre Argentina y Brasil. El ejercicio ha demostrado la capacidad de ambas armadas para operar de manera integrada y enfrentar desafíos marítimos comunes.
Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/finalizo-el-ejercicio-fraterno-xxxviii-en-brasil
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