Redrado acusa a Luciana Salazar de extorsión por acuerdo de manutención de su hija.
El conflicto entre Martín Redrado y Luciana Salazar ha escalado con una denuncia por extorsión presentada por el economista contra la modelo hace más de un año. La acusación se centra en el acuerdo de manutención de su hija, al que Redrado alega haber sido obligado.
Denuncia por Extorsión
Martín Redrado inició una denuncia por extorsión contra Luciana Salazar, argumentando que fue presionado para firmar el acuerdo de manutención de la menor mientras mantenían una relación de pareja. Redrado insiste en que su contribución económica se limitó a apoyar el tratamiento de su entonces pareja, pero no se considera padre de la niña.
“Debe quedar claro que, al contrario de lo que falsamente afirmó la testigo en su declaración de aquella causa, tal como lo he venido pregonando, la idea del nacimiento de la hija de la Sra. Salazar fue un proyecto en soledad de ésta última y en ningún caso común”, sostiene el escrito de la denuncia.
Colaboración Económica y Exigencias
Redrado afirma haber colaborado económicamente durante la relación, pero lo atribuye a “la exigencias, caprichos y luego extorsión que he debido padecer”. La denuncia también acusa a la abogada Ana Rosenfeld por falso testimonio.
Testimonio de Ana Rosenfeld
“Hubo reuniones presenciales en mi casa, donde yo le facilitaba el living comedor a Luciana y a Martín, quienes de manera cordial tenían charlas al respecto. Martin se comunicaba telefónicamente con alguien, dicho por Luciana, le hacía saber los alcances de lo que iban a suscribir...", indicó Rosenfeld en su momento.
“Asimismo, la allí imputada, Sra. Luciana Salazar, en una de sus presentaciones acompañó una fotografía en la que puede verse a la testigo, Ana junto a mi persona y la imputada, afirmando que fue tomada inmediatamente después de la firma de uno de los tantos convenios”, añadió.
Negación de Redrado
Redrado niega la versión de Rosenfeld sobre la presencia de otros profesionales durante la firma del acuerdo. “Claramente no se puede ver allí a ningún otro profesional que podría haberme asesorado”, apuntó.
El economista afirma haber firmado el acuerdo bajo presión, aunque reconoce la presencia de un abogado.


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