Isabel II: La Reina que Luchó por su Jubileo y Ocultó su Cáncer

La figura de Isabel II trasciende la mera representación de una monarquía. Su reinado, el más largo de la historia británica, estuvo marcado por la estabilidad, la tradición y una inquebrantable dedicación al servicio público. Sin embargo, tras la fachada de fortaleza, se ocultaba una batalla silenciosa contra la enfermedad. Este artículo explora los últimos meses de vida de la reina, revelando su determinación por cumplir con sus deberes, su lucha contra el cáncer y los detalles íntimos de su deseo de presenciar las celebraciones de su Jubileo de Platino, un evento que se convirtió en el motor de su resistencia.

Índice

El Declive Silencioso: Primeros Signos de Fragilidad

A pesar de una salud generalmente robusta a lo largo de su vida, los últimos años de Isabel II estuvieron marcados por un declive gradual. Las cancelaciones de compromisos oficiales, inicialmente atribuidas a “lesiones y dolores”, comenzaron a acumularse, generando preocupación en el público y en la familia real. Estas ausencias no eran meras molestias; eran síntomas de una fragilidad creciente que se hacía cada vez más evidente. La imagen de la reina, antes asociada a la firmeza y la energía, se transformaba lentamente, revelando una vulnerabilidad que contrastaba con su imagen pública.

La última aparición pública de la reina, dos días antes de su fallecimiento, fue particularmente reveladora. Al recibir al primer ministro Boris Johnson y dar la bienvenida a Liz Truss, su aspecto reflejaba una evidente debilidad. A pesar de ello, Isabel II cumplió con su deber constitucional, demostrando una vez más su compromiso inquebrantable con la Corona. Este acto, aunque aparentemente rutinario, se convirtió en un símbolo de su resistencia y su determinación por seguir desempeñando su papel hasta el último aliento.

El Diagnóstico Oculto: La Batalla Contra el Cáncer

La causa oficial de la muerte de Isabel II fue inicialmente declarada como “vejez”. Sin embargo, la verdad, mantenida en secreto durante meses, salió a la luz posteriormente: la reina padecía cáncer. Las revelaciones, provenientes de fuentes cercanas a la familia real, apuntaron a un cáncer de huesos, específicamente un mieloma múltiple, un cáncer de médula ósea. Este diagnóstico, según testimonios, se produjo tras la muerte del príncipe Felipe en 2021, marcando un punto de inflexión en la salud de la reina.

Los médicos, al informar a Isabel II sobre la gravedad de su condición, le dieron un pronóstico sombrío, estimando que le quedaban pocos meses de vida. A pesar de la noticia devastadora, la reina no se rindió. En lugar de sucumbir a la desesperación, encontró una nueva motivación para luchar: su deseo de celebrar su Jubileo de Platino, un hito histórico que conmemoraba sus 70 años en el trono.

El Jubileo de Platino: Un Motor para la Resistencia

El 6 de febrero de 2022 se cumplían 70 años desde la ascensión al trono de Isabel II. Como era costumbre en sus grandes aniversarios, los eventos centrales de la celebración se trasladaron a principios de junio de ese año. La reina, consciente de su precaria salud, vio en el Jubileo de Platino una oportunidad para despedirse de su pueblo y reafirmar su compromiso con la Corona. Este evento se convirtió en el objetivo principal de su lucha contra la enfermedad.

Para lograr su objetivo, Isabel II adoptó un régimen de vida estricto, supervisado de cerca por sus médicos. Eliminó el alcohol de su dieta, reemplazándolo por zumo de manzana y, ocasionalmente, zumo de tomate los domingos. Este cambio, aunque aparentemente pequeño, formaba parte de un plan integral para fortalecer su cuerpo y prolongar su vida. La reina estaba decidida a llegar al Jubileo de Platino, y estaba dispuesta a hacer cualquier sacrificio necesario para lograrlo.

El Legado de un Mayordomo: Revelaciones Íntimas

Paul Burrell, mayordomo de Buckingham Palace durante 18 años, ofreció una visión privilegiada de los últimos meses de vida de Isabel II en su libro. Burrell relató la determinación de la reina por llegar al Jubileo de Platino, su régimen de vida estricto y su negativa a rendirse ante la enfermedad. Sus testimonios revelaron la fortaleza interior de Isabel II y su inquebrantable compromiso con sus deberes.

Según Burrell, la reina expresó su deseo de que Camilla, la esposa del príncipe Carlos, fuera reconocida como reina consorte cuando su hijo ascendiera al trono. Esta decisión, anunciada en febrero de 2022, fue un gesto de reconocimiento hacia Camilla y una muestra de la visión de futuro de Isabel II. La reina, consciente de su inminente partida, se aseguró de dejar las cosas en orden para la siguiente generación.

El Desfile Final: Un Adiós al Pueblo

El Jubileo de Platino llegó a su fin con un desfile espectacular que recorrió las calles de Londres. Los miembros de la familia real británica, incluyendo a Isabel II, salieron al balcón de Buckingham Palace para saludar al público. Aunque la reina era reticente, finalmente accedió a participar en el saludo, consciente de que podría ser su última oportunidad para despedirse de su pueblo.

La imagen de Isabel II en el balcón de Buckingham Palace, aunque frágil, transmitió un mensaje de esperanza y continuidad. La reina, a pesar de su enfermedad, demostró una vez más su compromiso con la Corona y su amor por su país. Este momento se convirtió en un símbolo de su legado y su inquebrantable dedicación al servicio público.

Los Últimos Días: Un Declive Inevitable

Tras el Jubileo de Platino, la salud de Isabel II comenzó a deteriorarse rápidamente. A pesar de haber logrado su objetivo, la reina se fue apagando poco a poco. Según el exmayordomo Paul Burrell, Isabel II pasó sus últimos días postrada en la cama, rechazando cualquier tratamiento adicional. A sus 96 años, la reina había aceptado su destino.

A pesar de su enfermedad, Isabel II mantuvo un aura de discreción y privacidad. A diferencia de otros miembros de la familia real, la reina no buscó la compasión pública ni reveló la gravedad de su condición. Su silencio, aunque criticado por algunos, fue una muestra de su dignidad y su respeto por la privacidad. La reina, consciente de su final, se preparó para partir en paz.

Un Final Solitario: La Familia Lejana

En sus últimos momentos, la mayor parte de la familia de Isabel II se encontraba lejos de ella. Este hecho, aunque lamentable, reflejaba la complejidad de las relaciones familiares y la necesidad de mantener la privacidad de la reina. A pesar de la distancia física, los miembros de la familia real expresaron su amor y su respeto por Isabel II.

La muerte de Isabel II marcó el fin de una era. Su reinado, el más largo de la historia británica, dejó una huella imborrable en el país y en el mundo. La reina, a pesar de sus limitaciones físicas, demostró una fortaleza interior y una dedicación al servicio público que la convirtieron en un símbolo de estabilidad y continuidad.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://www.huffingtonpost.es//life/influencers-celebrities/la-reina-isabel-ii-pidio-medicos-le-alargaran-vida-muriendo-celebrar-jubileo.html

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//life/influencers-celebrities/la-reina-isabel-ii-pidio-medicos-le-alargaran-vida-muriendo-celebrar-jubileo.html

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