Imperio Español: Revelación Histórica y Desmontando Mitos sobre la Conquista de América
La historia, a menudo, se escribe con tintes ideológicos, moldeando nuestra percepción del pasado y, por ende, del presente. Durante décadas, una narrativa particular sobre el Imperio Español ha dominado el discurso, pintándolo como un ente intrínsecamente malvado, responsable de la destrucción de culturas y la explotación de pueblos originarios. Sin embargo, una revisión crítica de la evidencia histórica, impulsada por voces como la de Elvira Roca Barea, revela una imagen mucho más compleja y matizada. Este artículo explora la desconstrucción de esa narrativa, analizando la realidad del Imperio Español en comparación con otros imperios a lo largo de la historia, y examinando cómo la “imperiofobia” ha distorsionado nuestra comprensión del pasado.
- El Legado de la Imperiofobia: Una Educación en el Desprecio
- La Controversia de Valladolid: Un Debate Olvidado
- Comparando Imperios: Un Análisis Necesario
- La Escala Psicológica del Conquistador vs. la Escala Política del Estado
- Desmantelando los Tics Antiespañoles: Astérix, Julio César y Blas de Lezo
- Hispanidad: Una Identidad en Construcción
- Colón y el "Suceso Más Importante de la Historia"
El Legado de la Imperiofobia: Una Educación en el Desprecio
La generación de quienes crecieron en la segunda mitad del siglo XX, y principios del XXI, fue imbuida de una visión negativa del Imperio Español casi por osmosis. No se requería un estudio profundo de la historia para internalizar la idea de que España era un invasor cruel y despiadado. Esta percepción se transmitía a través de la cultura popular, la literatura, y, de manera sutil pero efectiva, en el sistema educativo. Se presentaba una dicotomía simplista: sociedades indígenas puras y armoniosas, brutalmente interrumpidas por la llegada de los españoles. Esta narrativa, aunque emocionalmente resonante para muchos, carecía de rigor histórico y fomentaba una actitud de superioridad moral basada en la ignorancia.
La falta de un análisis crítico y la ausencia de datos históricos concretos permitían que la “imperiofobia” floreciera. Se aceptaba acríticamente la idea de que el Imperio Español era inherentemente peor que otros imperios, sin considerar el contexto histórico, las leyes de la época, o las particularidades de la administración colonial española. Esta predisposición negativa impedía una evaluación objetiva de los logros y las contradicciones del Imperio, y perpetuaba un sentimiento de culpa colectiva infundado.
La Controversia de Valladolid: Un Debate Olvidado
Un punto crucial en la revisión del Imperio Español es la revalorización de la Controversia de Valladolid (1550-1551). Este debate, que enfrentó a Bartolomé de las Casas, defensor de los derechos de los indígenas, y a Juan Ginés de Sepúlveda, que justificaba la conquista y la esclavitud, es un testimonio de la preocupación ética que existía en la época. Sepúlveda argumentaba que los indígenas eran naturalmente inferiores y, por lo tanto, susceptibles de ser dominados. Las Casas, por el contrario, defendía su humanidad y su derecho a la libertad.
Aunque Sepúlveda ganó el debate formal, las leyes de Indias, promulgadas por la Corona española, reflejaron en gran medida las ideas de Las Casas. Estas leyes, a menudo ignoradas en la narrativa imperiocrítica, establecían protecciones para los indígenas, prohibían la esclavitud (con excepciones), y regulaban la relación entre colonizadores y colonizados. La existencia de estas leyes, y su aplicación (aunque imperfecta), demuestran que la Corona española no era simplemente un ente depredador, sino que intentó, al menos en teoría, establecer un marco legal para la convivencia y la protección de los pueblos originarios.
Comparando Imperios: Un Análisis Necesario
La crítica al Imperio Español a menudo se basa en un doble rasero. Se juzga con la ética actual, ignorando las normas y prácticas comunes de la época. Además, se le compara desfavorablemente con otros imperios, sin reconocer sus particularidades y sus logros. Por ejemplo, la gestión de los aborígenes australianos por el Departamento de Flora y Fauna del Imperio Británico hasta 1964, o la tardía aprobación de los matrimonios mixtos en Estados Unidos (400 años después de que fueran permitidos en España), son ejemplos de prácticas coloniales mucho más brutales y discriminatorias que las del Imperio Español.
El Imperio Británico, a menudo idealizado, fue responsable de la explotación masiva de recursos y la esclavitud en África, Asia y América. El Imperio Belga, en el Congo, perpetró un genocidio que causó la muerte de millones de personas. El Imperio Ruso expandió sus fronteras a través de la conquista y la represión. Comparar el Imperio Español con estos y otros imperios revela que, si bien no estuvo exento de errores y atrocidades, no fue inherentemente peor que otros. De hecho, en muchos aspectos, fue un modelo civilizatorio envidiable, a la altura del Imperio Romano.
La Escala Psicológica del Conquistador vs. la Escala Política del Estado
Es fundamental separar la escala psicológica del conquistador individual de la escala política del Estado. Los conquistadores, impulsados por la ambición, la codicia y la fe religiosa, a menudo cometieron actos de violencia y crueldad. Sin embargo, estos actos no pueden ser atribuidos directamente al Estado español, que intentó, a través de las leyes de Indias, regular y controlar la conducta de sus súbditos. La Corona española, aunque beneficiada por la riqueza proveniente de América, también se vio obligada a lidiar con los abusos y las rebeliones de los conquistadores.
La administración colonial española, aunque imperfecta, fue notablemente compleja y sofisticada para su época. Se crearon instituciones como la Real Audiencia, el Consejo de Indias, y la Casa de Contratación para supervisar y regular el comercio, la justicia y la administración de las colonias. Se fundaron universidades, hospitales y escuelas para difundir la educación y la cultura. Se promovió la evangelización, pero también se respetaron, en cierta medida, las costumbres y las tradiciones de los pueblos originarios.
Desmantelando los Tics Antiespañoles: Astérix, Julio César y Blas de Lezo
La “imperiofobia” se manifiesta en pequeños gestos y preferencias cotidianas. Preferir a Astérix antes que a Julio César, por ejemplo, es un síntoma de una actitud antiespañola inconsciente. Julio César representa la grandeza del Imperio Romano, mientras que Astérix encarna la resistencia de los pueblos conquistados. Sin embargo, esta dicotomía simplista ignora la complejidad de la historia y la inevitabilidad de los imperios. No hay escape de los imperios; si criticas a unos, inevitablemente apoyas a otros.
Elegir a Blas de Lezo, el héroe español que defendió Cartagena de Colombia contra los ingleses, frente a Edward Vernon, el almirante británico que intentó conquistarla, es un acto de reivindicación histórica. Blas de Lezo, a pesar de sus limitaciones físicas (había perdido una pierna, un brazo y un ojo en combate), fue un estratega militar brillante y un defensor implacable del Imperio Español. Su victoria en Cartagena fue un golpe devastador para las ambiciones británicas en América y un ejemplo de la capacidad de España para defender sus intereses.
Hispanidad: Una Identidad en Construcción
La defensa de la Hispanidad, entendida como la comunidad cultural y lingüística de los países de habla hispana, es una alternativa a la visión negativa del Imperio Español. La Hispanidad no implica glorificar el pasado colonial, sino reconocer la influencia duradera de España en América Latina y en el mundo. La lengua española, la religión católica, el derecho romano, y las tradiciones culturales españolas han dejado una huella imborrable en la identidad de millones de personas.
En un mundo cada vez más globalizado y dominado por potencias como China, Rusia, Estados Unidos y el Islam, la Hispanidad puede ser un factor de cohesión y un contrapeso a la hegemonía anglosajona. No se trata de idealizar el pasado, sino de aprender de él y construir un futuro mejor. La Hispanidad no es una identidad monolítica, sino un mosaico de culturas y tradiciones que se enriquecen mutuamente.
Colón y el "Suceso Más Importante de la Historia"
La llegada de Cristóbal Colón a América, calificada por Neil deGrasse Tyson como “el suceso más importante de la historia de nuestra especie”, marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Si bien la conquista tuvo consecuencias devastadoras para los pueblos originarios, también abrió un nuevo capítulo en la historia mundial. El intercambio de bienes, ideas y culturas entre Europa y América transformó el mundo y sentó las bases de la modernidad.
Negar la importancia de este evento, o reducirlo a un acto de barbarie, es ignorar la complejidad de la historia y la interconexión de las civilizaciones. El Imperio Español, a pesar de sus defectos, fue un agente de cambio que contribuyó a la creación del mundo moderno. Reconocer este hecho no implica justificar sus errores, sino comprender su papel en la historia y aprender de sus lecciones.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es//opinion/el-suceso-mas-importante-historia.html
Artículos relacionados