Gaza, Gobierno en Crisis: Ultraortodoxos Sefardíes Amenazan con Derribar a Netanyahu
La inestable coalición gobernante en Israel se encuentra nuevamente al borde del colapso, amenazada esta vez por el partido ultraortodoxo sefardí Shas. En un contexto ya de por sí volátil, marcado por las negociaciones de paz en Gaza, las tensiones con la extrema derecha y los intentos de anexión de Cisjordania, la exigencia de una ley que exima del servicio militar obligatorio a los ultraortodoxos ha reabierto viejas heridas y puesto en jaque la continuidad del gobierno de Benjamin Netanyahu. Este artículo analiza en profundidad las implicaciones de esta crisis política, los antecedentes que la han propiciado y las posibles consecuencias para el futuro de Israel.
El Ultimátum de Shas: Una Amenaza Reincidente
El partido Shas, con sus 11 escaños en la Knéset (Parlamento israelí), ha emitido un ultimátum claro: si no se legisla rápidamente sobre la exención del servicio militar para los ultraortodoxos, sus representantes abandonarán el gobierno. Esta no es la primera vez que Shas utiliza esta táctica para presionar a Netanyahu. De hecho, una amenaza similar ya se planteó en verano, pero fue desactivada gracias a concesiones por parte del primer ministro. Sin embargo, la situación actual es diferente, con una creciente polarización política y una mayor presión por parte de los sectores más conservadores de la sociedad israelí.
La postura de Shas se basa en la interpretación de las leyes religiosas judías, que consideran que el estudio de la Torá es una actividad sagrada que exime a sus practicantes del servicio militar. Esta exención ha sido objeto de controversia durante décadas, ya que genera resentimiento entre los sectores seculares de la población, que consideran que es injusto que una parte de la sociedad no contribuya a la defensa del país. Además, la exención del servicio militar perpetúa las desigualdades sociales y económicas, ya que los ultraortodoxos suelen tener menos oportunidades de acceder a la educación y al mercado laboral.
El Contexto Político: Gaza, Cisjordania y la Extrema Derecha
La crisis política se produce en un momento especialmente delicado para Israel. Las negociaciones para un alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes han generado un clima de alivio, pero también han reavivado las tensiones internas. La extrema derecha sionista exige a Netanyahu que retome las operaciones militares en Gaza y que no ceda a las presiones internacionales. Al mismo tiempo, el Parlamento israelí ha aprobado recientemente una iniciativa para anexar formalmente Cisjordania, un territorio ocupado desde 1967. Esta decisión ha sido condenada por la comunidad internacional y ha puesto en peligro las perspectivas de una solución pacífica al conflicto palestino-israelí.
La anexión de Cisjordania es impulsada por partidos de extrema derecha que forman parte de la coalición gobernante. Netanyahu se encuentra en una posición difícil, ya que debe equilibrar las demandas de sus socios de coalición con las presiones de Estados Unidos y otros países que se oponen a la anexión. La situación se complica aún más por la inestabilidad política interna y la amenaza de que Shas haga caer el gobierno. La combinación de estos factores crea un escenario de incertidumbre y riesgo para el futuro de Israel.
Antecedentes: La Lucha por la Exención del Servicio Militar
La exención del servicio militar para los ultraortodoxos es un tema recurrente en la política israelí. Durante décadas, los gobiernos han intentado encontrar una solución que satisfaga tanto a los sectores religiosos como a los seculares. Sin embargo, todas las propuestas han fracasado debido a la oposición de los partidos religiosos y a la falta de consenso político. En 2018, el Tribunal Supremo israelí dictaminó que la ley que permitía la exención del servicio militar era inconstitucional, lo que obligó al gobierno a buscar una nueva solución.
Netanyahu ha intentado en varias ocasiones llegar a un acuerdo con los partidos ultraortodoxos sobre este tema. En el pasado, ha prometido leyes que rebajen el número de ultraortodoxos reclutados y que sancionen a aquellos que se nieguen a aceptar la cartilla de reclutamiento. Sin embargo, estas promesas nunca se han cumplido por completo, lo que ha generado frustración y desconfianza entre los sectores seculares de la población. La falta de una solución definitiva a este problema ha contribuido a la polarización política y a la inestabilidad del gobierno.
El Borrador de Ley y las Posibles Sanciones
Según el canal israelí , el Likud (partido de Netanyahu) ha elaborado un borrador de ley que podría presentar en el Parlamento esta semana. El borrador propone que la mitad de los ultraortodoxos jóvenes sean reclutados en cada ciclo de reclutamiento, a lo largo de un período de cinco años. Sin embargo, la ley también incluye la posibilidad de implementar sanciones personales contra los ultraortodoxos que no cumplan con los objetivos de reclutamiento, después de un plazo de dos años. Esta medida ha sido criticada por los partidos religiosos, que la consideran una forma de coerción y discriminación.
El borrador de ley es un intento de encontrar un punto medio entre las demandas de los sectores seculares y religiosos. Sin embargo, es poco probable que satisfaga a ambas partes por completo. Los sectores seculares probablemente considerarán que la ley es demasiado indulgente, ya que permite que la mitad de los ultraortodoxos sigan exentos del servicio militar. Por otro lado, los partidos religiosos probablemente se opondrán a las sanciones personales, que consideran una violación de su libertad religiosa. La aprobación de esta ley en el Parlamento israelí es incierta, ya que depende del apoyo de los partidos de la coalición gobernante.
El Papel de los Diferentes Grupos Ultraortodoxos
Es importante destacar que no todos los grupos ultraortodoxos tienen la misma postura sobre el servicio militar. El partido Shas, que representa a los sefardíes, es más flexible que el partido Judaísmo Unido de la Torá, que representa a los askenazíes. En el pasado, Judaísmo Unido de la Torá abandonó la coalición gobernante en protesta por la falta de avances en la exención del servicio militar, mientras que Shas decidió quedarse en el cargo. Esta diferencia de actitud se debe a las diferentes tradiciones y costumbres de los dos grupos.
La decisión de Shas de amenazar con hacer caer el gobierno podría estar motivada por la presión de sus rabinos y por el deseo de demostrar su fuerza política. Sin embargo, también es posible que Shas esté utilizando esta táctica para obtener concesiones adicionales de Netanyahu. La situación es compleja y es difícil predecir cómo evolucionará en los próximos días. Lo que está claro es que la crisis política amenaza con desestabilizar aún más el gobierno israelí y con poner en peligro las perspectivas de paz en la región.
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