PP y Vox: El Legado de una Derecha Autoritaria y el Desmantelamiento del Estado de Bienestar.
El reciente episodio de la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, tras la gestión de la devastadora Dana y sus consecuencias, ha abierto una profunda reflexión sobre el legado que el Partido Popular (PP) está construyendo en la era de la polarización política y la emergencia de la ultraderecha. Más allá de la responsabilidad directa en la gestión de la crisis, este caso revela una serie de tendencias preocupantes que definen la trayectoria del PP en los últimos años: una deriva ideológica hacia posiciones más duras, una normalización del discurso de la extrema derecha, y una progresiva erosión de sus principios fundacionales. Este artículo analiza en profundidad este legado, explorando las causas y consecuencias de esta transformación, y su impacto en la democracia española.
La Crisis Valenciana: Un Punto de Inflexión
La gestión de la Dana en la Comunidad Valenciana ha sido un punto de inflexión para el PP. La lentitud en la respuesta inicial, la falta de coordinación entre las diferentes administraciones, y las contradicciones en la información transmitida a la población generaron una profunda indignación social. La dimisión de Mazón, aunque tardía, fue interpretada como una admisión de responsabilidad política, pero no como una autocrítica profunda de los errores cometidos. La insistencia de Feijóo en minimizar la gravedad de la situación y en cuestionar las competencias de la Generalitat, a pesar de la evidencia, agudizó la crisis de credibilidad del partido. Este episodio puso de manifiesto la incapacidad del PP para asumir sus responsabilidades y para conectar con las preocupaciones de la ciudadanía.
La tragedia valenciana no solo evidenció fallos en la gestión de emergencias, sino también una desconexión profunda entre la cúpula del PP y la realidad social. La defensa a ultranza de la autonomía de la Generalitat, en un contexto de emergencia, fue percibida como una estrategia dilatoria para evitar asumir la responsabilidad política. El retraso en la solicitud de ayuda al gobierno central, y la posterior crítica a la gestión de los fondos de reconstrucción, alimentaron la desconfianza en el PP. La imagen de un partido más preocupado por la defensa de sus intereses partidistas que por el bienestar de los ciudadanos quedó grabada a fuego en la memoria colectiva.
La Normalización de Vox: Un Pacto Peligroso
Uno de los legados más preocupantes del PP es la normalización de Vox en las instituciones. Los pactos de gobierno con la ultraderecha, aunque a menudo tensos y conflictivos, han permitido a Vox acceder al poder y legitimar su discurso. La estrategia de Feijóo, inicialmente reticente a pactar con Vox, ha evolucionado hacia una aceptación tácita de su presencia en el gobierno. La equidistancia mostrada en el congreso nacional del partido, y la posterior cesión a las demandas de Vox en materia de inmigración, seguridad y políticas sociales, han consolidado esta tendencia. Esta normalización representa una amenaza para la democracia, ya que legitima un discurso de odio y exclusión que atenta contra los valores fundamentales de la convivencia.
La asunción del lenguaje y la agenda política de la derecha autoritaria por parte del PP es otro aspecto preocupante de esta transformación. El discurso falto de respeto e insultante, la negación del cambio climático, la defensa de una identidad nacional excluyente, y la promoción de políticas regresivas en materia de derechos sociales son solo algunos ejemplos de esta deriva ideológica. En lugar de confrontar con Vox políticas audaces de cohesión social, el PP ha optado por ceder a sus demandas y por adoptar su marco ideológico. Esta estrategia ha debilitado la posición del PP como partido de Estado y lo ha convertido en un mero apéndice de la ultraderecha.
El Desmantelamiento del Estado de Bienestar
El PP ha sido un impulsor del desmantelamiento del estado de bienestar, a través de políticas de privatización, recortes presupuestarios y desregulación del mercado laboral. Esta política ha generado una mayor desigualdad social y ha precarizado las condiciones de vida de amplios sectores de la población. La crisis de los cribados de cáncer de mama en la sanidad andaluza, gestionada por la Junta de Moreno Bonilla, es un ejemplo paradigmático de las consecuencias de esta política. La falta de inversión en la sanidad pública, la externalización de servicios esenciales, y la priorización de los intereses económicos sobre la salud de los ciudadanos han puesto en riesgo la vida de miles de mujeres.
La privatización de servicios públicos, como la sanidad, la educación y las pensiones, ha sido una constante en la política del PP. Esta política ha enriquecido a las empresas privadas a costa del bienestar de los ciudadanos. La desregulación del mercado laboral ha precarizado las condiciones de trabajo y ha aumentado la inseguridad laboral. Los recortes presupuestarios en materia social han debilitado la protección social y han aumentado la pobreza y la exclusión social. Esta política ha generado una mayor desigualdad social y ha erosionado la cohesión social.
El Ascenso de la Ultraderecha a Nivel Global
El ascenso de la ultraderecha no es un fenómeno exclusivo de España. En Argentina, el gobierno de Milei está implementando políticas económicas y sociales que generan una mayor desigualdad y sufrimiento social. En Reino Unido, el partido Reform UK de Nigel Farage, impulsor del Brexit, encabeza los sondeos de opinión. En Estados Unidos, el trumpismo sigue siendo una fuerza política relevante. Este fenómeno global refleja una crisis de la democracia liberal y un creciente descontento social con las políticas neoliberales. La ultraderecha se alimenta de este descontento y ofrece soluciones simplistas y autoritarias a problemas complejos.
La ultraderecha no sufre desgaste con sus propuestas clasistas y ultraliberales, generadoras de más desigualdad y sufrimiento social. El discurso de odio y exclusión, la negación del cambio climático, y la defensa de una identidad nacional excluyente encuentran un eco cada vez mayor en la sociedad. La crisis de los partidos tradicionales, la falta de liderazgo político, y la desconfianza en las instituciones contribuyen a este fenómeno. La ultraderecha se presenta como una alternativa radical a la política tradicional, pero su proyecto político es incompatible con los valores de la democracia y la justicia social.
El Papel del PP en este Contexto
El PP ha jugado un papel importante en el ascenso de la ultraderecha. Su estrategia de pacto con Vox, su asunción del lenguaje y la agenda política de la derecha autoritaria, y su desmantelamiento del estado de bienestar han contribuido a legitimar el discurso de la ultraderecha y a erosionar la democracia. El PP ha renunciado a su papel de partido de Estado y se ha convertido en un mero apéndice de la ultraderecha. Esta transformación representa una amenaza para la democracia española y para el futuro del país.
La pregunta clave es qué hizo el PP (y sus apoyos mediáticos e intelectuales) para combatir el ascenso de la ultraderecha. La respuesta es que no hizo nada. Al contrario, el PP ha contribuido a legitimar el discurso de la ultraderecha y a erosionar la democracia. El PP ha optado por una estrategia de supervivencia política que ha consistido en ceder a las demandas de Vox y en adoptar su marco ideológico. Esta estrategia ha debilitado la posición del PP y lo ha convertido en un partido irrelevante en el debate político.

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//opinion/cuando-momento-ultra-pase-que-legado-habra-dejado-pp.html



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