Argentina muda su embajada a Jerusalén: Milei confirma alineación con Israel y EEUU.
La confirmación oficial del traslado de la embajada argentina a Jerusalén, anunciada por el canciller argentino Pablo Quirno a su par israelí Gideon Sa’ar, marca un punto de inflexión en la política exterior argentina y reaviva un debate internacional de larga data. Esta decisión, que se inscribe en una estrategia de alineación con Israel y Estados Unidos, desafía el consenso internacional sobre el estatus de Jerusalén, una ciudad con profundas implicaciones religiosas, históricas y políticas. El anuncio, realizado en el marco de una visita oficial de Sa’ar a Buenos Aires, anticipa un viaje del presidente Javier Milei a Israel en 2026 y plantea interrogantes sobre las consecuencias diplomáticas y geopolíticas de esta medida.
Antecedentes del Conflicto por Jerusalén
El conflicto por Jerusalén es uno de los núcleos centrales de la disputa israelo-palestina. Tanto israelíes como palestinos reclaman la ciudad como su capital. Israel considera a Jerusalén unificada como su capital “eterna e indivisible”, mientras que los palestinos aspiran a que Jerusalén Este sea la capital de su futuro Estado. La comunidad internacional, en general, no reconoce la anexión israelí de Jerusalén Este, que se produjo tras la Guerra de los Seis Días en 1967. La Resolución 478 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en 1980, declaró que las decisiones de establecimiento de misiones diplomáticas en Jerusalén eran nulas y sin efecto legal. Esta resolución ha sido la base del consenso internacional durante décadas.
Históricamente, la mayoría de los países han mantenido sus embajadas en Tel Aviv, reconociendo implícitamente que el estatus de Jerusalén debe ser resuelto a través de negociaciones. Sin embargo, en 2017, Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, rompió con esta tradición al trasladar su embajada a Jerusalén, generando una fuerte condena internacional. Guatemala, Paraguay y otros países siguieron el ejemplo de Estados Unidos, aunque Paraguay revirtió su decisión en 2020. El traslado de las embajadas a Jerusalén es visto por los palestinos y sus aliados como una violación del derecho internacional y un obstáculo para la paz.
La Decisión Argentina: Contexto y Motivaciones
La decisión de Javier Milei de trasladar la embajada argentina a Jerusalén se enmarca en una reorientación de la política exterior argentina hacia una mayor alineación con Israel y Estados Unidos. Durante su campaña presidencial, Milei había expresado su intención de fortalecer los lazos con estos países y de adoptar una postura más favorable a Israel en el conflicto israelo-palestino. Esta postura se ha manifestado en las votaciones de Argentina en la ONU, donde se ha alineado con Estados Unidos e Israel en varias ocasiones, desafiando la tradicional posición de neutralidad de Argentina en el conflicto.
El gobierno de Milei argumenta que el traslado de la embajada es un acto de soberanía y que Argentina tiene derecho a decidir dónde establecer sus misiones diplomáticas. Además, se señala que el traslado de la embajada es un gesto de amistad hacia Israel y un reconocimiento de su derecho a elegir su propia capital. Sin embargo, esta justificación ha sido criticada por sectores de la oposición y por expertos en derecho internacional, quienes argumentan que el traslado de la embajada viola el derecho internacional y socava las perspectivas de paz en la región.
Reacciones Internacionales y Diplomáticas
El anuncio del traslado de la embajada argentina a Jerusalén ha generado una ola de críticas y condenas a nivel internacional. La Autoridad Palestina ha calificado la decisión como “irresponsable e ilegal” y ha advertido que tendrá consecuencias negativas para las relaciones con Argentina. Varios países árabes, incluyendo Arabia Saudita, Egipto y Jordania, han expresado su decepción y han instado a Argentina a reconsiderar su decisión. La Liga Árabe ha emitido un comunicado condenando el traslado de la embajada y advirtiendo que podría socavar los esfuerzos de paz en la región.
Organizaciones internacionales, como la ONU, también han expresado su preocupación por la decisión argentina. El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha reiterado que el estatus de Jerusalén debe ser resuelto a través de negociaciones y que cualquier acción que altere el statu quo es perjudicial para las perspectivas de paz. La Unión Europea ha instado a Argentina a respetar el derecho internacional y a mantener su embajada en Tel Aviv. En contraste, Estados Unidos e Israel han elogiado la decisión argentina y la han calificado como un paso positivo hacia el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.
Implicaciones para la Política Exterior Argentina
El traslado de la embajada argentina a Jerusalén tiene implicaciones significativas para la política exterior argentina. En primer lugar, podría tensar las relaciones con los países árabes y con la comunidad internacional en general. Argentina podría enfrentar represalias económicas y diplomáticas por parte de estos países, lo que podría afectar sus intereses comerciales y políticos. En segundo lugar, la decisión podría aislar a Argentina en la región y dificultar su participación en iniciativas de paz y mediación en el conflicto israelo-palestino.
Además, el traslado de la embajada podría generar divisiones internas en Argentina. Sectores de la sociedad argentina, incluyendo organizaciones de derechos humanos y grupos pro-palestinos, se oponen a la decisión y han anunciado protestas y acciones legales. El gobierno de Milei deberá gestionar estas tensiones internas y externas para evitar que la decisión tenga consecuencias negativas para la estabilidad política y económica del país. La alineación con Israel y Estados Unidos, aunque buscada por el gobierno actual, podría limitar la capacidad de Argentina para actuar como un actor independiente y neutral en la escena internacional.
El Futuro de las Relaciones Argentina-Israel
El traslado de la embajada argentina a Jerusalén es un paso importante en el fortalecimiento de las relaciones entre Argentina e Israel. Se espera que la medida impulse la cooperación en áreas como la seguridad, la tecnología, la agricultura y el turismo. El gobierno de Milei ha expresado su intención de profundizar los lazos económicos y políticos con Israel y de explorar nuevas oportunidades de colaboración. La visita planeada de Milei a Israel en 2026, con motivo del 30 aniversario del atentado a la AMIA, simboliza este compromiso.
Sin embargo, el futuro de las relaciones Argentina-Israel también dependerá de la evolución del conflicto israelo-palestino. Si la situación en la región se deteriora, Argentina podría verse obligada a reconsiderar su postura y a buscar un equilibrio entre sus intereses en Israel y sus obligaciones internacionales. La capacidad de Argentina para mantener una relación constructiva con ambos lados del conflicto será crucial para garantizar la estabilidad y la paz en la región. El fortalecimiento de los lazos con Israel no debe comprometer la capacidad de Argentina para promover una solución justa y duradera al conflicto israelo-palestino.
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