Renuncia Alberto Baños: Controversia y Cambios en Derechos Humanos bajo Milei
La renuncia de Alberto Baños a la Subsecretaría de Derechos Humanos, tras casi dos años en el cargo, ha sacudido el panorama político y social argentino. Este hecho, enmarcado en un contexto de tensiones y reestructuraciones dentro del gobierno de Javier Milei, reabre el debate sobre la política de memoria, la gestión de los derechos humanos y las acusaciones de intereses económicos vinculados a este ámbito. La salida de Baños, un exjuez penal con posturas controvertidas, se produce después de una serie de declaraciones que generaron fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y sectores de la sociedad civil. Este artículo analizará en profundidad los antecedentes de la renuncia, las controversias que rodearon la figura de Baños, las implicaciones de su salida para la política de derechos humanos del gobierno actual y el contexto general en el que se enmarca esta decisión.
- Antecedentes y Trayectoria de Alberto Baños
- La Polémica por las Declaraciones sobre el “Negocio” de los Derechos Humanos
- El Contexto Político y la Salida de Mariano Cúneo Libarona
- Implicaciones de la Renuncia para la Política de Derechos Humanos
- Reacciones de Organizaciones de Derechos Humanos y la Sociedad Civil
Antecedentes y Trayectoria de Alberto Baños
Alberto Baños asumió la Secretaría de Derechos Humanos al inicio del gobierno de Javier Milei, en diciembre de 2023. Su designación ya generó controversia debido a su perfil como exjuez del fuero penal y a sus declaraciones previas sobre temas relacionados con los derechos humanos. Antes de su nombramiento, Baños se había destacado por sus posturas críticas hacia la llamada “doctrina de la memoria” y por cuestionar la validez de algunos testimonios de víctimas de la dictadura militar. Su trayectoria profesional se caracterizó por un enfoque más centrado en la seguridad y el orden público que en la protección de los derechos humanos. En mayo de 2024, el gobierno de Milei decidió degradar la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría, un cambio que fue interpretado por muchos como un intento de minimizar la importancia de esta área dentro de la estructura estatal.
Esta degradación institucional, sumada a las declaraciones polémicas de Baños, generó un clima de tensión con las organizaciones de derechos humanos, que denunciaron un retroceso en las políticas de memoria, verdad y justicia. Baños, sin embargo, defendió la decisión del gobierno argumentando que se buscaba una mayor eficiencia en la gestión y una revisión de las políticas existentes. Su visión, según sus propias palabras, era la de construir una “memoria amplia” que incluyera todas las perspectivas y no se limitara a la narrativa de las víctimas.
La Polémica por las Declaraciones sobre el “Negocio” de los Derechos Humanos
La renuncia de Baños se produjo tras una serie de declaraciones que generaron una fuerte polémica a finales de 2023. Durante su presentación ante el Comité contra la Tortura de la ONU, Baños afirmó que existía un “negocio” en torno a los derechos humanos y que algunos organismos se habían beneficiado económicamente de la defensa de las víctimas de la dictadura. Estas declaraciones fueron ampliamente condenadas por organizaciones de derechos humanos, quienes las calificaron de “irresponsables” y “difamatorias”. Denunciaron que Baños estaba intentando deslegitimar el trabajo de las organizaciones que han luchado por la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas.
Baños, por su parte, defendió sus declaraciones argumentando que su intención era denunciar la existencia de irregularidades en la gestión de los fondos destinados a la defensa de los derechos humanos. Afirmó que había recibido denuncias sobre el desvío de recursos y que estaba dispuesto a investigar estas acusaciones. Sin embargo, no presentó pruebas concretas que respaldaran sus afirmaciones. Sus declaraciones también fueron criticadas por el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien se desmarcó de las mismas y reafirmó el compromiso del gobierno con la defensa de los derechos humanos.
El Contexto Político y la Salida de Mariano Cúneo Libarona
La renuncia de Alberto Baños se enmarca en un contexto de tensiones políticas dentro del gobierno de Javier Milei. En las semanas previas a su renuncia, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, había anunciado su salida del gobierno tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, posteriormente decidió permanecer en su cargo “un tiempo más” para colaborar con el gobierno en la implementación de sus políticas. Esta situación generó incertidumbre sobre el futuro del Ministerio de Justicia y sobre la continuidad de las políticas de derechos humanos.
La salida de Cúneo Libarona, un abogado con una trayectoria ligada a la defensa de los derechos humanos, habría sido motivada por sus diferencias con el gobierno en relación con la política de memoria y la gestión de los derechos humanos. Se rumoreaba que Cúneo Libarona se oponía a las posturas de Baños y que había intentado moderar sus declaraciones. Su permanencia en el cargo, aunque temporal, fue vista como un intento de mantener un equilibrio dentro del gobierno y de evitar un retroceso en las políticas de derechos humanos.
Implicaciones de la Renuncia para la Política de Derechos Humanos
La renuncia de Alberto Baños plantea interrogantes sobre el futuro de la política de derechos humanos del gobierno de Javier Milei. Su salida podría interpretarse como un triunfo de las organizaciones de derechos humanos, que habían solicitado su destitución desde el inicio de su gestión. Sin embargo, también podría significar un endurecimiento de las políticas en esta área, especialmente si el gobierno decide nombrar a un sucesor con posturas más cercanas a las suyas.
Una de las principales preocupaciones de las organizaciones de derechos humanos es la continuidad de las investigaciones sobre los crímenes cometidos durante la dictadura militar. Temen que el gobierno actual intente obstaculizar estas investigaciones o que reduzca los recursos destinados a la persecución de los responsables. También les preocupa la posible revisión de las políticas de memoria, verdad y justicia, y la implementación de medidas que puedan poner en riesgo los derechos de las víctimas.
La degradación de la Secretaría de Derechos Humanos a Subsecretaría ya fue vista como un primer paso en esta dirección. La renuncia de Baños podría acelerar este proceso y llevar a una reducción aún mayor de la importancia de esta área dentro de la estructura estatal. Es fundamental que el gobierno actual reafirme su compromiso con la defensa de los derechos humanos y garantice la continuidad de las políticas de memoria, verdad y justicia.
Reacciones de Organizaciones de Derechos Humanos y la Sociedad Civil
La renuncia de Alberto Baños fue recibida con beneplácito por la mayoría de las organizaciones de derechos humanos. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), por ejemplo, calificó la salida de Baños como una “victoria” y exigió al gobierno que nombre a un sucesor con un perfil más acorde a la defensa de los derechos humanos. Otras organizaciones, como Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo, también expresaron su satisfacción por la renuncia de Baños y pidieron al gobierno que rectifique su política en materia de derechos humanos.
La sociedad civil también reaccionó a la renuncia de Baños. En las redes sociales, se multiplicaron los mensajes de apoyo a las organizaciones de derechos humanos y de crítica a las políticas del gobierno en esta área. Muchos usuarios recordaron las polémicas declaraciones de Baños y expresaron su preocupación por el futuro de la política de memoria, verdad y justicia. La renuncia de Baños ha reabierto un debate fundamental sobre el pasado reciente de Argentina y sobre la necesidad de garantizar que los crímenes cometidos durante la dictadura militar no queden impunes.
La cobertura mediática de la renuncia de Baños también fue amplia y diversa. Algunos medios de comunicación destacaron las controversias que rodearon la figura de Baños y sus declaraciones polémicas, mientras que otros se centraron en las implicaciones de su salida para la política de derechos humanos. En general, la cobertura mediática reflejó la polarización existente en la sociedad argentina en torno a este tema.
Artículos relacionados