Merluza Santacruceña: Alimento Social Impulsado por la Producción Local y el Trabajo en Equipo
Del mar a los barrios: la merluza santacruceña que llegó gracias al trabajo articulado de la provincia. En Santa Cruz existe un entramado silencioso que transforma proyectos en hechos concretos. La merluza que esta semana se repartió en los Centros Integradores Comunitarios de Río Gallegos es un buen ejemplo: un alimento nacido en las costas provinciales, procesado en plantas locales y distribuido gracias al trabajo combinado de Santa Cruz Puede S.A.U, Desarrollo Social y los equipos territoriales de cada barrio.
El inicio del proyecto
La historia empezó meses atrás, cuando el Gobierno provincial decidió recuperar la capacidad de abastecimiento propio. Con esa premisa, la empresa Santa Cruz Puede S.A.U, ordenó la compra de pescado a proveedores locales, garantizó trazabilidad, logística en frío y volumen suficiente, y habilitó que parte de la producción pesquera dejara de salir del territorio para convertirse en alimento social.
Ese movimiento permitió que la merluza procesada se transformara en medallones nutritivos, listos para reforzar programas alimentarios que llegan a miles de familias.
La distribución en los CIC
De la articulación provincial al territorio. Este martes, ese trabajo tomó forma en los Centros Integradores Comunitarios (CIC) de Río Gallegos. Desde temprano, vecinas y vecinos se acercaron.
La directora del CIC Belén, Andrea Vera, contó que recibieron “80 cajas de medallones por jurisdicción” y que la comunidad “se está yendo bastante contenta con la actividad”. La escena se repitió durante toda la mañana: familias, adultos mayores, jóvenes y trabajadores de los equipos territoriales acompañando la entrega con calma y organización.
Logística especial y compromiso del personal
En paralelo, el CIC Eva Perón desplegó una logística especial para llegar a quienes no pueden movilizarse. Pedro Díaz, su director, valoró el compromiso del personal “de ambos turnos”, que desde las primeras horas articuló para que los alimentos llegaran también a embarazadas, adultos mayores y personas con Certificado Único de Discapacidad.
Ese gesto territorial, sostenido y cercano, es parte del espíritu de los CIC desde su creación.
Coordinación y articulación productiva
Detrás de cada entrega hubo coordinación entre áreas: Abordaje Territorial, Políticas Alimentarias, equipos del Ministerio de Desarrollo Social y la conducción de la ministra Luisa Cárdenas, que acompañó todo el proceso.
Pero también estuvo el trabajo previo de articulación productiva, ese puente que permitió que un recurso santacruceño volviera a circular dentro de Santa Cruz. La merluza llegó desde las plantas locales, pasó por Santa Cruz Puede, se convirtió en un alimento accesible y terminó este martes en manos de quienes más lo necesitan.
Un resultado tangible
La escena final es sencilla y contundente: una bolsa con medallones que viaja del mostrador al bolso, y de allí a la cocina familiar. En esa línea recta se condensan meses de articulación, decisiones y trabajo colectivo.
Y también la certeza de que cuando la provincia ordena sus capacidades productivas, los resultados se sienten en los barrios.




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