Banco de España Optimista: Crecimiento Económico al 2.2% en 2026 y Menos Desempleo
El panorama económico español se ilumina con las recientes proyecciones del Banco de España, que auguran un crecimiento más robusto de lo esperado para los próximos años. Un optimismo impulsado por el fortalecimiento del consumo privado y una mayor estabilidad comercial internacional, que contrasta con la contribución negativa de la demanda externa. Este artículo analiza en detalle las nuevas previsiones, sus implicaciones para el empleo, la inflación y las finanzas públicas, ofreciendo una visión completa de la situación económica actual y futura de España.
Revisión al Alza del Crecimiento: Un Impulso al Consumo
El Banco de España ha elevado en cuatro décimas su previsión de crecimiento para 2026, situándola en el 2,2%. Este ajuste positivo se atribuye principalmente al dinamismo del consumo privado, un factor clave en la economía española. El fortalecimiento de este consumo está directamente relacionado con una mayor estabilidad económica a nivel internacional, lo que genera confianza en los hogares y empresas. La mejora de las proyecciones macroeconómicas se alinea con las del Gobierno y refleja la revisión al alza de las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). El mayor dinamismo esperado en el consumo, junto con un mejor desempeño de las exportaciones de servicios no turísticos, son los pilares de esta nueva perspectiva optimista.
La demanda interna se perfila como el principal motor del crecimiento en el horizonte de proyección, que incluye un crecimiento del 1,9% en 2027. En contraste, la demanda externa (exportaciones e importaciones) se espera que tenga una contribución negativa. En 2025, la demanda interna contribuirá con 2,9 puntos al crecimiento, mientras que la externa restará 0,6 puntos. En 2026, la contribución de la demanda interna se mantendrá fuerte, con 2,7 puntos, mientras que la externa detraerá 0,5 puntos. Esta dinámica subraya la importancia de fortalecer el mercado interno para asegurar un crecimiento sostenible.
Perspectivas a Corto Plazo: Un Repunte Moderado
De cara al cuarto trimestre del presente año, el Banco de España anticipa un crecimiento entre el 0,6% y el 0,7%, acompañado de un "cierto" repunte de las exportaciones. Este crecimiento se sustenta en la evolución de los flujos migratorios y el empleo, que impulsan la renta disponible de los hogares. La inversión también jugará un papel importante, aunque se espera que se reduzca a medida que la actividad económica se estabilice. La ralentización de los flujos migratorios y el empleo, aunque positivos para la renta disponible, también implican un menor dinamismo en estos sectores.
El Banco de España prevé que el crecimiento del empleo se desacelere gradualmente, pasando del 2,7% en 2025 a cifras más moderadas en los años siguientes. A pesar de esta desaceleración, se espera una mejora en las tasas de paro, que se situarán en el 10,6% en 2025, el 10% en 2026 y el 9,6% en 2027. Esta reducción gradual del desempleo es un indicador positivo de la salud económica del país, aunque aún queda camino por recorrer para alcanzar niveles óptimos.
Inflación: Revisión al Alza y Presiones Persistentes
El Banco de España ha revisado al alza en dos y cuatro décimas sus previsiones de inflación media, anticipando una mayor contribución del componente energético. Esta revisión refleja la volatilidad de los precios de la energía en el mercado internacional y su impacto en la economía española. Las previsiones de inflación subyacente (sin energía ni alimentos no elaborados) también se han revisado al alza en la misma medida, con la expectativa de que la inflación de los servicios se mantenga elevada en los primeros meses del próximo ejercicio. Esta persistencia de la inflación en el sector servicios es un motivo de preocupación, ya que puede afectar al poder adquisitivo de los hogares y a la competitividad de las empresas.
Los nuevos acuerdos colectivos que se negocien en 2026 y 2027 podrían ejercer una presión al alza sobre los salarios, superando los incrementos recogidos en los convenios ya firmados. Esta dinámica salarial, aunque positiva para los trabajadores, podría contribuir a mantener la inflación en niveles elevados, especialmente si no se acompaña de un aumento de la productividad. La negociación colectiva jugará un papel crucial en el equilibrio entre la protección de los ingresos de los trabajadores y el control de la inflación.
Finanzas Públicas: Déficit y Deuda en Trayectoria Descendente
La senda esperada de déficit público se mantiene bajo control, con una previsión del 3,8% para 2025 y del 3,6% para 2026. No obstante, se eleva dos décimas la prevista para 2027, al 2,5%. Esta ligera revisión al alza del déficit en 2027 podría estar relacionada con la necesidad de implementar políticas de apoyo a la economía en un contexto de incertidumbre internacional. El nivel de deuda sobre PIB se revisa a la baja debido al mayor crecimiento del PIB nominal, lo que indica una mejora en la sostenibilidad de las finanzas públicas. Se espera que la deuda cierre 2025 en el 100,6% del PIB, y que disminuya al 99,1% en 2026 y al 98,3% en 2027.
La reducción gradual de la deuda pública es un objetivo prioritario para el Gobierno, ya que permite mejorar la confianza de los inversores y reducir la vulnerabilidad de la economía española ante posibles shocks externos. La combinación de un crecimiento económico sólido y una gestión fiscal prudente es fundamental para lograr este objetivo. La mejora en la relación deuda/PIB también facilita el acceso a financiación en condiciones más favorables y reduce el coste de la deuda.
Sectores Resilientes y Desafíos Pendientes
A pesar de los desafíos económicos globales, algunos sectores de la economía española están demostrando una notable resiliencia. El sector servicios, especialmente el turismo, sigue siendo un motor importante del crecimiento, aunque se espera una moderación en su dinamismo en los próximos años. Las exportaciones de servicios no turísticos también están mostrando un buen desempeño, impulsadas por la demanda de servicios de alta tecnología y profesionales. Sin embargo, otros sectores, como la construcción y la industria, se enfrentan a mayores dificultades debido a la incertidumbre económica y la subida de los tipos de interés.
La economía española sigue siendo vulnerable a shocks externos, como las fluctuaciones de los precios de la energía, las tensiones geopolíticas y las políticas monetarias de los bancos centrales. La diversificación de la economía, la inversión en innovación y la mejora de la competitividad son fundamentales para reducir esta vulnerabilidad y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo. La adaptación a los cambios tecnológicos y la transición hacia una economía más verde también son desafíos importantes que deben abordarse para garantizar el futuro de la economía española.




Artículos relacionados