Universidades de EE. UU. se preparan para el cambio climático con nuevas iniciativas
El cambio climático está afectando directamente a la educación superior, como lo demuestran las inundaciones en los campus universitarios. Nathalie Saladrigas, estudiante de Miami Dade College, ha experimentado inundaciones en su vivienda fuera del campus. Por otro lado, la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook también ha sufrido inundaciones debido al huracán Ida, que se fortaleció gracias al cambio climático. Ante esta situación, algunos líderes argumentan que es necesario que las instituciones educativas se reinventen para enfrentar este cambio acelerado. Dos iniciativas recientes, The New York Climate Exchange y This Is Planet Ed, buscan abordar el cambio climático en el sector educativo. La Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook liderará The New York Climate Exchange, mientras que This Is Planet Ed lanzó una iniciativa para unir a líderes universitarios y activistas climáticos para hacer recomendaciones de acción en todo el sector. El canciller de la Universidad Estatal de Nueva York, John King, ha nombrado al primer oficial de sostenibilidad y director ejecutivo de acción climática de SUNY, reflejando su creencia de que las universidades no pueden abordar el cambio climático solo a nivel intelectual o como un tema estrechamente enfocado.
REFLEXIÓN: El cambio climático es una realidad que está afectando a la educación superior de manera literal. Las inundaciones en los campus universitarios son cada vez más frecuentes, lo que genera estrés y preocupación en los estudiantes y líderes educativos. Es hora de que las instituciones educativas se reinventen para enfrentar este desafío. Dos iniciativas recientes, The New York Climate Exchange y This Is Planet Ed, buscan unir a líderes universitarios y activistas climáticos para tomar medidas concretas en todo el sector. Es importante que las universidades no solo aborden el cambio climático desde un nivel intelectual, sino que también tomen medidas prácticas para reducir su huella de carbono y proteger a sus estudiantes y comunidades. El futuro de la educación superior depende de nuestra capacidad para enfrentar este desafío global.
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