Aficionados del Real Madrid sufren "mala suerte" al volar en avión con decoración del Barcelona
La final de la Liga de Campeones masculina entre el Real Madrid y el Eintracht de Fráncfort está a la vuelta de la esquina. Falta solo un día para que el colegiado esloveno Slavko Vincic haga sonar el silbato y ruede el balón en el Estadio de Wembley, dando inicio a lo que podrá ser el decimoquinto título del equipo madridista o el segundo para el conjunto alemán. Y las aficiones ya calientan motores.
Una desafortunada coincidencia para los fans merengues
Sin embargo, lo que le ha pasado a un grupo de aficionados merengues ha sido la mayor de las peores suertes, pero que ha quedado en una graciosa anécdota que seguro que no olvidarán. Ha sido gracias al periodista de Relevo, José Félix Díaz, que las redes sociales han sido testigos del momentazo.
Tal y como ha publicado en su cuenta de Twitter (@alexmasdeu_), un grupo de aficionados del Real Madrid han sido trasladados en autobús y cuando han visto la 'jugarreta' de Vueling han empezado a cachondearse de la mala suerte que estaban viviendo en ese instante. El avión ha partido a las 08.45 horas de la mañana desde el aeropuerto del Prat.
Un avión muy familiar para los aficionados del Madrid
"La afición del Madrid viajando a Wembley en un avión muy familiar, espero que el piloto ponga el himno", ha escrito el periodista.
Y es que el avión en el que viajaban los aficionados del Real Madrid tenía un llamativo diseño: era el "huevo" de la compañía Vueling, un avión que se utiliza habitualmente para vuelos de corta distancia.
Los aficionados del Real Madrid no han dudado en tomarse con humor la situación y han compartido en redes sociales vídeos y fotos del avión, que rápidamente se han hecho virales.
Un viaje para recordar
Sin duda, este viaje a Wembley será inolvidable para estos aficionados del Real Madrid, no solo por el resultado del partido, sino también por la divertida anécdota del avión.
Esperemos que el Real Madrid consiga la victoria y que los aficionados puedan celebrar el título en el avión de vuelta, aunque sea el "huevo" de Vueling.
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