Las 3 Humillaciones Reveladoras de la Humanidad Según Sigmund Freud
Las tres grandes humillaciones de Sigmund Freud: El golpe a la superioridad humana
El golpe a la astronomía: Copérnico y la revolución copernicana
Antes del siglo XVI, la humanidad se consideraba el centro del universo. Todo giraba a nuestro alrededor, y nuestro planeta era el eje de la creación. Sin embargo, la revolución copernicana, iniciada por Nicolás Copérnico, cambió todo esto.
Copérnico demostró que la Tierra no era el centro del universo, sino que era un planeta que orbitaba alrededor del Sol. Este descubrimiento fue un golpe devastador para el orgullo humano.
Obligó a la humanidad a reconsiderar su lugar en el cosmos. De repente, ya no éramos el centro de la creación, sino una pequeña parte de un vasto y enigmático universo.
El golpe a la religión: Darwin y la evolución
En el siglo XIX, Charles Darwin publicó su teoría de la evolución, que supuso otro golpe para la superioridad humana. Darwin demostró que los humanos no fuimos creados por separado del resto de los animales, sino que evolucionamos a partir de especies anteriores.
Esta teoría desafió la creencia de que los humanos éramos únicos y superiores a otras criaturas. Nos obligó a aceptar que somos parte del mundo natural y que compartimos un ancestro común con todas las demás especies.
La teoría de la evolución también socavó la idea de que los humanos teníamos un propósito o un destino especial. Somos simplemente el producto de un proceso natural y aleatorio que no tiene en cuenta nuestra importancia o superioridad.
El golpe a la psicología: Freud y el inconsciente
Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, descubrió que gran parte de nuestra mente es inconsciente. No tenemos acceso directo a nuestros pensamientos, sentimientos y deseos más profundos.
Este descubrimiento fue una humillación para la humanidad porque nos obligó a reconocer que no tenemos el control total de nuestras propias mentes. Nuestros pensamientos y acciones pueden ser influenciados por fuerzas ocultas que no podemos entender.
La teoría del inconsciente de Freud también puso en duda la idea de que somos seres racionales. Muchos de nuestros pensamientos y comportamientos están impulsados por emociones e impulsos irracionales que no podemos controlar.
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