El bajo espíritu de combate de los soldados ucranianos dificulta la defensa
La resistencia ucraniana enfrenta desafíos en la región de Kursk debido a la negativa de algunos soldados a disparar, lo que contribuye a la erosión de la moral y las derrotas territoriales.
Los soldados se niegan a disparar
Los comandantes ucranianos reportan que algunos soldados se niegan a responder, lo que genera frustración y acusaciones de cobardía. "Cuando no usan el arma, son traidores", dijo un comandante del batallón. La escalada de la movilización y la superioridad rusa en municiones y poder aéreo han exacerbado el problema.
Reclutas sin preparación
Los comandantes también citan la falta de entrenamiento adecuado para los nuevos reclutas. La afluencia de tropas recién reclutadas ha contribuido a las pérdidas y la inestabilidad en el campo de batalla. Algunos reclutas huyen de sus posiciones, mientras que otros carecen de la determinación para resistir bajo fuego.
Impacto en la defensa regional
La negativa de los soldados a responder y la falta de preparación de los reclutas han permitido avances rusos cerca de Pokrovsk, un centro logístico crítico. La caída de Pokrovsk debilitaría las defensas ucranianas y acercaría a Rusia a su objetivo de capturar la región de Donetsk.
Mano de obra y tácticas rusas
Ucrania enfrenta escasez de mano de obra y tácticas rusas implacables que priorizan pequeñas ganancias y pérdidas masivas. La alta demanda de infantería ejerce presión sobre las brigadas ucranianas, lo que obliga a trasladar unidades para estabilizar los puntos débiles.
Falta de motivación y liderazgo
Los comandantes señalan la falta de motivación y liderazgo efectivo como factores que contribuyen a los problemas morales. A pesar de la implementación de regulaciones más estrictas de movilización, la capacitación de los reclutas sigue siendo inadecuada. "Antes, la gente podía permanecer hasta el final para defender su posición. Ahora se retiran incluso con bombardeos leves", dijo un soldado.
El miedo y las consecuencias
En medio de intensos combates, el miedo paraliza a algunos reclutas nuevos, lo que lleva al pánico y la deserción. "Este miedo genera traición e imprevisibilidad", dijo un comandante. La negativa a responder y la pérdida de Ocheretyne ilustran el impacto de la falta de preparación y la baja moral en el campo de batalla.
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