Tras un trasplante histórico, un veterano recupera las funciones básicas y abre el camino a la restauración d e la visión
El primer trasplante completo de ojo y parte de la cara del mundo, realizado en 2023 al veterano militar Aaron James, ha dado resultados prometedores, según un estudio publicado en JAMA. El equipo quirúrgico del Centro de Salud Langone de la Universidad de Nueva York (EE. UU.) demostró la viabilidad del procedimiento y estableció el estándar para futuros trasplantes de ojo completo con el objetivo de restaurar la vista.
Desafíos y soluciones en el trasplante de ojo completo y parte de la cara
El trasplante combinado de ojo completo y parte de la cara presenta desafíos únicos, que el equipo quirúrgico abordó mediante técnicas microquirúrgicas innovadoras, dispositivos quirúrgicos personalizados y terapias basadas en células. El procedimiento incluyó el primer intento de inyectar células madre en un nervio óptico humano durante el trasplante para mejorar la regeneración nerviosa. El enfoque metódico para la compatibilidad y el régimen de inmunosupresión único ayudaron a eliminar y evitar episodios de rechazo temprano.
Resultados prometedores del estudio después de un año
Después de un año de recuperación, el ojo trasplantado ha mantenido una presión y un flujo sanguíneo normales, a diferencia de los hallazgos de los modelos animales de trasplantes de ojo completo. La electrorretinografía muestra una respuesta de los fotorreceptores, lo que indica que las células nerviosas sensibles a la luz en el ojo sobrevivieron al trasplante. Esto ofrece esperanza para el futuro de los trasplantes de ojo completo para restaurar la vista.
Investigación continua y avances futuros
El estudio también destaca la necesidad de más pruebas para sacar conclusiones más definitivas sobre los resultados iniciales. Los autores planean continuar la investigación para mejorar la longevidad y la función del trasplante y explorar nuevas terapias para abordar el daño del nervio óptico. Estos avances podrían allanar el camino para nuevos protocolos clínicos e inspirar investigaciones adicionales sobre trasplantes complejos que involucran órganos sensoriales críticos.
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