Protestas en Georgia tras acusaciones de fraude electoral
En Georgia, la presidenta Salomé Zurabishvili ha rechazado los resultados de las elecciones parlamentarias, acusando a Rusia de interferir y manipular los resultados. Ha pedido a los ciudadanos que se unan a las protestas frente al Parlamento para denunciar las elecciones ilegítimas y el gobierno ilegítimo.
Las acusaciones de interferencia rusa
Según Zurabishvili, las elecciones fueron organizadas por Rusia, que utilizó tecnologías para justificar las falsificaciones. Los resultados electorales han sido reconocidos por la Comisión Electoral Central, que ha otorgado la victoria al partido gobernante Sueño Georgiano, que, según la oposición y Occidente, está cerca del Kremlin. Zurabishvili ha pedido a la comunidad internacional que no reconozca las elecciones y apoye al pueblo de Georgia.
El llamado a la protesta
Zurabishvili ha instado a los ciudadanos georgianos a asistir a un mitin de protesta frente al Parlamento el lunes a las 19:00 horas (15:00 GMT), acompañada por representantes de los principales partidos de la oposición. También ha declarado que "nadie le quitará a Georgia su futuro europeo" y ha instado a la gente a no reconocer las elecciones.
La respuesta del partido gobernante
El diputado de Sueño Georgiano, Irakli Kagagishvili, ha calificado las declaraciones de Zurabishvili como una "convulsión política" y ha acusado a la oposición de pedir ayuda al extranjero. Ha prometido que su partido continuará la integración real con la Unión Europea y ha afirmado que el pueblo de Georgia no seguirá a la oposición.
La importancia de las protestas
El expresidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, encarcelado por cargos de abuso de poder y malversación, ha pedido protestas masivas contra la injusticia y la falta de libertad. Ha instado al pueblo a no perder ni un minuto en la lucha por la libertad.
El futuro incierto de Georgia
La actitud de la presidenta y la oposición "en realidad desacredita los valores europeos", según Kagagishvili. Las protestas y las acusaciones de interferencia rusa plantean dudas sobre el futuro de Georgia y su integración con la Unión Europea.
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