Siete días de infierno tras el diluvio: Relatos de devastación
La devastación causada por la reciente DANA en España ha dejado un panorama desolador, con cientos de personas afectadas y graves daños materiales. En medio del caos, han surgido historias de solidaridad y resiliencia que han conmovido al país.
La pesadilla de la riada
El 29 de octubre, la tormenta se desató con toda su furia sobre la provincia de Valencia, provocando inundaciones sin precedentes. En Algemesí, el Bar Ca' Ximo se vio completamente paralizado por el agua, que alcanzó niveles abrumadores.
Ximo, el propietario, pudo salir de su trabajo antes de que la situación empeorara, pero sus compañeros no tuvieron tanta suerte y perdieron sus coches. Su cuñada también vio sus dos vehículos destruidos por las aguas.
En Utiel, Javier Ballesteros fue testigo de la crecida del río desde su casa. Aunque su vivienda se salvó, su garaje se inundó, al igual que los de muchos de sus vecinos. Afortunadamente, el alcalde cerró los institutos ese día, lo que evitó posibles tragedias.
"Yo me libré y toda mi familia estaba en casa, pero los compañeros que entraron en el turno de las 6 de la mañana tuvieron que salir corriendo, casi sin poder comunicarse."
Javier Ballesteros
La solidaridad en tiempos difíciles
Ante la magnitud de la catástrofe, muchas personas acudieron a las zonas afectadas para ofrecer su ayuda. Pablo Miranzo, de Elche, se desplazó hasta Paiporta, una de las localidades más golpeadas.
Miranzo fue testigo de escenas desgarradoras, como la de una mujer que perdió su puerta blindada al embestir una ola gigantesca su casa. También conoció a gente que llevaba cinco días sin luz, comunicación ni acceso a sus seres queridos.
La solidaridad se hizo patente en cada rincón de las zonas afectadas, donde voluntarios, vecinos y organizaciones trabajaron incansablemente para rescatar a los atrapados, proporcionar ayuda humanitaria y limpiar los escombros.
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