Adriano: El emperador romano que el Senado quiso borrar de la historia
Conoce la historia de Publio Elio Adriano, el emperador romano nacido en España, que gobernó con luces y sombras, dejando una huella imborrable en la historia de Roma.
El gobierno de Adriano: luces y sombras
Adriano destacó por su sensibilidad social, impulsando medidas como el aumento de las raciones alimenticias de los niños pobres y los subsidios para las clases desfavorecidas. También protegió los derechos de los esclavos y promovió la construcción de edificios emblemáticos como el Panteón y el Castillo de Sant'Angelo, símbolo de la cultura romana.
Sin embargo, el lado oscuro de su gobierno se hizo patente en sus últimos años, cuando su paranoia llevó a la eliminación sistemática de potenciales rivales, entre ellos senadores y cercanos colaboradores. La ejecución del venerado senador Lucio Julio Urso Serviano, condenado injustamente, dejó una profunda huella en la sociedad romana.
La persecución del Senado
El enfrentamiento entre Adriano y el Senado alcanzó su punto álgido cuando el emperador ordenó la ejecución de Polieno y Marcelo, destruyó la reputación de Heliodoro y permitió la condena por usurpación de Ticiano. Tras su muerte, el Senado consideró seriamente la "damnatio memoriae", un castigo que borraría su memoria de la historia.
No obstante, la popularidad de Adriano entre el pueblo, junto con su legado arquitectónico y administrativo, impidió este intento de eliminación. Sin embargo, la controversia ha marcado su figura, convirtiéndolo en un personaje histórico cuya herencia sigue siendo objeto de debate.
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