El primer trasplante cardiaco: historia, protagonistas y logros
Sin duda alguna, uno de los iconos de la medicina moderna son los trasplantes, y de todos ellos, probablemente, el que mayor repercusión mediática tiene entre los profanos es el cardiaco. Para asistir al nacimiento del primer trasplante de este tipo tenemos que echar la vista atrás, nos tenemos que remontar hasta 1967. Ese año se realizó en el Hospital Groote Schuur, de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) el primer trasplante cardiaco. La donante fue una joven de 25 años –Denise Darvall- que había sido atropellada por un automóvil al salir de una panadería, sufriendo un grave traumatismo craneoencefálico que produjo la muerte encefálica.
Gracias a un equipo de más de una veintena de profesionales su corazón fue trasplantado al lituano Louis Washkasky, un comerciante diabético de 56 años que estaba al borde de la muerte a consecuencia de una insuficiencia cardiaca crónica. La cirugía se prolongó durante dieciocho interminables horas y el sistema inmune del receptor tuvo que ser debilitado con fármacos para evitar el posible rechazo. Al frente de aquel equipo se encontraba el doctor Christian Barnard (1922-2011), un cirujano cardiovascular. Lo que realmente hizo fue poner en práctica lo aprendido en Estados Unidos con Norman Shumway, el verdadero descubridor de la técnica del trasplante cardiaco en humanos.
El trasplante se realizó en un régimen de segregación racial, el que prevaleció en ese país africano entre los años 1948 y 1991. Entre las múltiples restricciones que hubo en aquellas décadas se encontraban, por ejemplo, la prohibición de que personas de color se bañasen en algunas playas y de que se llevasen a cabo matrimonios interraciales. El ámbito sanitario tampoco fue ajeno al apartheid, había salas y servicios sanitarios separados, ambulancias para blancos y otras para negros, y el personal sanitario de raza negra no podía atender a pacientes blancos.
En la sombra quedó Hamilton Naki (1926-2005), un hombre de color especialmente hábil con el bisturí y que fue el encargado de extraer el corazón de la donante. Realmente Naki figuraba como jardinero y empleado de la limpieza del hospital y su nombre no apareció en los créditos del avance médico. Su educación había sido muy básica, se limitaba a estudios primarios, pero su especial habilidad manual y su dedicación hizo que su participación fuese decisiva. Con el paso del tiempo Naki había pasado de limpiar las jaulas del animalario a colaborar en los quirófanos con los animales anestesiados. Pero, claro está, a pesar de su participación no podía aparecer públicamente como parte del equipo, ya que no era médico y, además, no se admitía que un negro operase a un blanco en aquellos momentos en la República Sudafricana.
En sus últimos
Fuente: https://tinyurl.com/ms7jtjfn
REFLEXIÓN: El primer trasplante cardiaco, realizado en 1967 en Sudáfrica, fue un hito en la medicina moderna. Sin embargo, detrás de este logro se esconden aspectos oscuros de segregación racial y discriminación. El cirujano Christian Barnard, reconocido por este avance, contó con la ayuda fundamental de Hamilton Naki, un hombre de color cuya participación fue ocultada debido a las restricciones del apartheid. A pesar de su habilidad y dedicación, Naki no pudo recibir el reconocimiento que merecía hasta años después. Este episodio nos muestra cómo el progreso científico puede estar teñido de injusticias y contradicciones humanas.
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