Cena temprano para mejorar la digestión, el sueño y el peso
La prestigiosa Universidad de Harvard ha desvelado el secreto para dormir mejor y quemar más calorías: cenar temprano, casi a la hora de merendar. Este estudio científico, publicado en la revista Chip, arroja luz sobre los beneficios de ajustar el horario de la cena al ritmo circadiano natural del cuerpo.
Cenar pronto: ventajas para la digestión, el sueño y el peso
Los investigadores de Harvard concluyeron que cenar entre las 17:00 y las 19:00 horas promueve una mejor digestión, un sueño más reparador y un mejor control del peso. Esta práctica permite al cuerpo adaptarse al ciclo de sueño-vigilia natural, regulando funciones esenciales como el metabolismo, la digestión y la secreción hormonal.
Cenar tarde, por el contrario, puede alterar el apetito, desregular las hormonas y afectar negativamente al gasto energético diario. Adoptando una cena temprana, ajustamos nuestro organismo a su ritmo circadiano, optimizando su funcionamiento general.
El impacto de cenar tarde: riesgos para la salud
El estudio también destaca los efectos negativos de cenar tarde. Esta práctica puede provocar un aumento del apetito, una desregulación hormonal y cambios en el gasto energético. Estos factores contribuyen a trastornos del sueño, aumento de peso y otros problemas de salud relacionados con la obesidad y las enfermedades metabólicas.
"Cenar temprano ayuda a adaptar el cuerpo al ritmo circadiano natural, que regula funciones importantes como el metabolismo."
Investigadores de la Universidad de Harvard
En conclusión, los hallazgos de Harvard enfatizan la importancia de cenar temprano para una salud óptima. Ajustando nuestro horario de cenas al ritmo circadiano natural, podemos mejorar la digestión, promover un sueño reparador y controlar mejor nuestro peso.
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