Adiós a las órdenes: el pedagogo que desmonta el mito de la obediencia infantil y fomenta la autonomía.
Durante generaciones, la educación infantil se ha sustentado en la idea de la obediencia como pilar fundamental. “Haz esto”, “No hagas aquello”, “Guarda tus juguetes”. Estas órdenes, aparentemente inofensivas, han sido la norma en la crianza de niños. Sin embargo, un creciente número de pedagogos y expertos en desarrollo infantil están desafiando este paradigma, argumentando que la imposición y la orden no solo son ineficaces, sino que pueden ser perjudiciales para el desarrollo de la autonomía, la responsabilidad y la autoestima de los niños. El pedagogo italiano Alessandro Novara, fundador del Centro Psicopedagógico de Educación y Gestión de Conflictos (CPP), se ha convertido en una voz destacada en este debate, proponiendo un enfoque innovador que prioriza la colaboración, el respeto por los tiempos individuales y la creación de entornos propicios para el aprendizaje.
- El Mito de la Obediencia Infantil: ¿Por Qué Ordenar No Funciona?
- La Propuesta de Alessandro Novara: Transformar la Orden en un Momento Compartido
- La Importancia de un Entorno Estructurado para Fomentar la Autonomía
- Respetando los Tiempos de Desarrollo Individual: Un Camino Evolutivo Natural
- Más Allá de los Juguetes: Aplicando los Principios de Novara a Otras Áreas de la Vida
- El Rol de los Padres: Modelando el Comportamiento y Fomentando la Conexión
El Mito de la Obediencia Infantil: ¿Por Qué Ordenar No Funciona?
La creencia de que los niños deben obedecer sin cuestionar es profundamente arraigada en muchas culturas. Se asume que la obediencia es sinónimo de buen comportamiento y que es esencial para preparar a los niños para la vida en sociedad. Sin embargo, Novara argumenta que esta visión es simplista y contraproducente. Para los niños menores de seis años, el pensamiento es inherentemente dicotómico: ven el mundo en términos de “sí” o “no”, “blanco” o “negro”. Una orden como “guarda los juguetes” es una solicitud compleja que requiere una serie de habilidades cognitivas y emocionales que aún no han desarrollado completamente. Imponer una tarea de esta manera puede generar frustración, resistencia y, en última instancia, un fracaso en la ejecución.
El problema no radica en la tarea en sí, sino en la forma en que se presenta. La imposición elimina la posibilidad de participación y colaboración, lo que impide que el niño se sienta involucrado y responsable. Además, la obediencia forzada no fomenta la comprensión de por qué es importante ordenar, sino que simplemente enseña al niño a cumplir con una demanda externa. Esto puede llevar a una falta de motivación intrínseca y a una dependencia de la autoridad para tomar decisiones y actuar.
La Propuesta de Alessandro Novara: Transformar la Orden en un Momento Compartido
La solución que propone Novara es radicalmente diferente: transformar la tarea de ordenar en un momento compartido y colaborativo. En lugar de decir “guarda los juguetes”, sugiere decir “ahora arreglemos los juegos”. Este simple cambio de lenguaje tiene un impacto significativo en la forma en que el niño percibe la tarea. Al utilizar un lenguaje inclusivo, se le invita a participar activamente en el proceso, en lugar de ser simplemente un receptor pasivo de una orden. La actividad se convierte en una oportunidad para conectar con el niño, fortalecer el vínculo afectivo y fomentar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Este enfoque se basa en la idea de que los niños aprenden mejor a través de la experiencia y la interacción. Al involucrarlos en la tarea de ordenar, se les permite explorar, experimentar y descubrir por sí mismos cómo organizar sus juguetes. Esto no solo les ayuda a desarrollar habilidades prácticas, sino que también les enseña a tomar decisiones, resolver problemas y asumir la responsabilidad de sus pertenencias. Además, al trabajar juntos, los padres pueden modelar un comportamiento positivo y demostrar a sus hijos la importancia de la colaboración y el respeto mutuo.
La Importancia de un Entorno Estructurado para Fomentar la Autonomía
La propuesta de Novara no se limita a un cambio de lenguaje. También implica una reestructuración del entorno doméstico para promover la autonomía infantil. Esto significa crear espacios específicos para cada tipo de juego y utilizar contenedores adecuados para facilitar la organización. En lugar de un gran contenedor único donde se acumulan todos los juguetes, se recomienda utilizar cajas, estantes y cestas etiquetadas para que los niños puedan encontrar sus objetos de forma independiente. Esta organización no solo facilita la tarea de ordenar, sino que también ayuda a los niños a desarrollar habilidades de clasificación, categorización y planificación.
Un entorno estructurado también reduce el caos y la sobreestimulación, lo que puede ser especialmente beneficioso para los niños con dificultades de atención o sensibilidad sensorial. Al tener un lugar designado para cada cosa, se crea una sensación de orden y previsibilidad que puede ayudar a los niños a sentirse más seguros y tranquilos. Además, al permitirles acceder a sus juguetes de forma independiente, se fomenta su autonomía y su capacidad para tomar decisiones. La clave está en encontrar un equilibrio entre la estructura y la flexibilidad, permitiendo que los niños tengan suficiente libertad para explorar y experimentar, al mismo tiempo que se les proporciona un entorno seguro y organizado.
Respetando los Tiempos de Desarrollo Individual: Un Camino Evolutivo Natural
Novara enfatiza que la educación para el orden debe respetar los tiempos de desarrollo individual de cada niño. No todos los niños están listos para ordenar sus juguetes a la misma edad, y es importante no forzar el proceso. La capacidad de organizar y clasificar objetos es una habilidad que se desarrolla gradualmente a medida que el niño madura cognitiva y emocionalmente. Imponer una tarea antes de que el niño esté preparado puede generar frustración y resistencia, lo que puede tener un impacto negativo en su autoestima y su motivación para aprender.
La experiencia de más de treinta años del CPP ha demostrado que la educación para el orden debe ser un proceso gradual y adaptado a las necesidades individuales de cada niño. Esto implica comenzar con tareas simples y aumentar gradualmente la complejidad a medida que el niño adquiere habilidades y confianza. También implica ser paciente y comprensivo, y ofrecer apoyo y orientación cuando sea necesario. El objetivo no es simplemente lograr que el niño ordene sus juguetes, sino ayudarlo a desarrollar habilidades y actitudes que le permitan ser responsable, autónomo y organizado a lo largo de su vida.
Más Allá de los Juguetes: Aplicando los Principios de Novara a Otras Áreas de la Vida
Los principios propuestos por Novara no se limitan a la tarea de ordenar los juguetes. Pueden aplicarse a otras áreas de la vida infantil, como la hora de comer, la hora de dormir o la realización de tareas domésticas. En lugar de imponer reglas y órdenes, se puede fomentar la colaboración y la participación, transformando las tareas en momentos compartidos y significativos. Por ejemplo, en lugar de decir “come tus verduras”, se puede decir “vamos a probar estas verduras y ver qué tal están”. En lugar de decir “vete a la cama”, se puede decir “vamos a leer un cuento y luego a descansar”.
La clave está en cambiar la perspectiva y ver a los niños como colaboradores y aprendices, en lugar de como sujetos pasivos que deben obedecer. Al fomentar su autonomía, su responsabilidad y su autoestima, se les está preparando para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y resiliencia. La educación infantil no se trata simplemente de enseñar a los niños a hacer lo que se les dice, sino de ayudarles a convertirse en personas completas, capaces de pensar por sí mismas, tomar decisiones informadas y contribuir positivamente a la sociedad.
El Rol de los Padres: Modelando el Comportamiento y Fomentando la Conexión
Los padres desempeñan un papel fundamental en la implementación de los principios de Novara. No se trata simplemente de aplicar una serie de técnicas o estrategias, sino de adoptar una actitud de respeto, colaboración y empatía hacia sus hijos. Los padres deben ser modelos de comportamiento positivo, demostrando a sus hijos cómo ordenar, organizar y asumir la responsabilidad de sus pertenencias. También deben fomentar la conexión emocional con sus hijos, creando un ambiente de confianza y seguridad donde se sientan cómodos para expresar sus sentimientos y necesidades.
Esto implica dedicar tiempo de calidad a sus hijos, escucharlos activamente, validar sus emociones y ofrecerles apoyo incondicional. También implica ser flexibles y comprensivos, y adaptar las expectativas a las necesidades individuales de cada niño. La crianza de los hijos es un proceso complejo y desafiante, pero también es una oportunidad para crecer y aprender junto con ellos. Al adoptar un enfoque colaborativo y respetuoso, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar todo su potencial y convertirse en personas felices, saludables y realizadas.




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