Ajo Argentino: Nueva Norma Impulsa Exportaciones y Comercio en el Mercosur
Argentina da un paso firme hacia la consolidación de su posición como exportador clave de ajo en el Mercosur y el mundo. La reciente Resolución Senasa 591/2025, que actualiza el Reglamento de Calidad e Identidad para el Ajo, no es solo una modificación normativa, sino una puerta abierta a un comercio más fluido, seguro y competitivo. Esta actualización homologa los estándares argentinos con los de sus socios del bloque regional, eliminando barreras técnicas y facilitando el acceso a mercados estratégicos, especialmente Brasil. El ajo argentino, un producto hortícola de gran importancia económica, se beneficia de esta armonización, que reconoce su calidad en toda la región y abre nuevas oportunidades de crecimiento para los productores locales.
- Homologación de Estándares: Un Impulso al Comercio Intra-Mercosur
- Argentina: Un Productor Clave en el Escenario Global
- Dinámica Exportadora: Brasil, el Principal Destino
- Evolución Normativa: Del Reglamento GMC Mercosur N° 98/94 a la Resolución 591/2025
- Beneficios de la Armonización: Competitividad y Acceso a Mercados
Homologación de Estándares: Un Impulso al Comercio Intra-Mercosur
La Resolución Senasa 591/2025 representa la culminación de un proceso de actualización normativa iniciado en 2021 a nivel del Mercosur. El bloque regional reconoció la necesidad de adaptar sus regulaciones a los avances tecnológicos, las mejoras en las variedades de ajo, y las nuevas prácticas de conservación, empaque y comercialización. Brasil, Paraguay y Uruguay ya habían adoptado las modificaciones, y ahora Argentina se suma a esta iniciativa, completando la armonización de los estándares de calidad. Esta homologación significa que una caja de ajo producida bajo la normativa argentina es automáticamente reconocida en cualquier otro Estado Parte del Mercosur, simplificando los procesos de exportación e importación y reduciendo los costos asociados al cumplimiento de diferentes regulaciones.
La importancia de esta medida radica en la eliminación de barreras técnicas al comercio. Anteriormente, los productores argentinos debían cumplir con regulaciones locales y, además, con requisitos específicos de cada país de destino dentro del Mercosur. Esto implicaba costos adicionales en términos de análisis de laboratorio, certificaciones y documentación. Ahora, con un estándar único, se simplifican los trámites y se agilizan las operaciones comerciales, lo que beneficia tanto a los exportadores argentinos como a los importadores de los países vecinos. La armonización normativa también fomenta la confianza entre los socios comerciales, al garantizar que el ajo que se comercializa cumple con los mismos estándares de calidad en toda la región.
Argentina: Un Productor Clave en el Escenario Global
Argentina se posiciona como un actor relevante en la producción mundial de ajo, con una producción anual de alrededor de 154.600 toneladas cultivadas en 16.000 hectáreas, según datos de la FAO STAT. La región de Cuyo, con un predominio del 95% de la superficie cultivada, es el corazón de la producción ajera en el país. Mendoza, San Juan, Buenos Aires y Córdoba lideran el listado de provincias productoras, cada una con sus particularidades en cuanto a variedades, técnicas de cultivo y condiciones climáticas. La calidad del ajo argentino es reconocida internacionalmente, gracias a la combinación de factores como el clima favorable, la experiencia de los productores y la implementación de buenas prácticas agrícolas.
La producción ajera argentina no solo es importante a nivel nacional, sino que también tiene un impacto significativo en la economía regional. La actividad genera empleo en las zonas rurales, impulsa el desarrollo de industrias relacionadas, como la de empaque y transporte, y contribuye a la diversificación de la matriz productiva. Además, el ajo argentino es un producto de exportación con un alto valor agregado, lo que permite a los productores obtener mayores ingresos y mejorar su calidad de vida. La Resolución Senasa 591/2025, al facilitar el comercio, fortalece aún más la posición de Argentina como un productor clave en el escenario global.
Dinámica Exportadora: Brasil, el Principal Destino
El 70% de la producción nacional de ajo se destina a la exportación, lo que demuestra la importancia del mercado internacional para los productores argentinos. Brasil se consolida como el principal destino comercial, absorbiendo una parte significativa de la producción ajera del país. Estados Unidos, España y México también son mercados importantes, aunque en menor proporción, representando el 12%, 8% y 4% de las exportaciones totales, respectivamente. La diversificación de los mercados de destino es una estrategia clave para reducir la dependencia de un solo país y minimizar los riesgos asociados a las fluctuaciones de la demanda o a las políticas comerciales.
La fuerte demanda de ajo argentino en Brasil se debe a varios factores, como la proximidad geográfica, la complementariedad de las economías y la preferencia de los consumidores brasileños por la calidad del ajo argentino. La Resolución Senasa 591/2025, al armonizar los estándares de calidad con los del Mercosur, facilita aún más el acceso al mercado brasileño y fortalece la relación comercial entre ambos países. Se espera que esta medida impulse un aumento de las exportaciones de ajo argentino a Brasil, generando mayores ingresos para los productores locales y contribuyendo al crecimiento económico de ambos países.
El resto de la producción ajera argentina se distribuye entre el consumo interno (20%), la industria (3%) y el uso como semilla. El consumo interno de ajo ha ido en aumento en los últimos años, impulsado por la creciente conciencia de los consumidores sobre los beneficios para la salud de este producto. La industria utiliza el ajo como materia prima para la elaboración de diversos productos, como salsas, condimentos y suplementos alimenticios. El uso como semilla es fundamental para garantizar la disponibilidad de material de siembra de alta calidad y mantener la productividad de los cultivos.
Evolución Normativa: Del Reglamento GMC Mercosur N° 98/94 a la Resolución 591/2025
El comercio del ajo argentino estuvo regulado desde 1994 bajo el Reglamento GMC Mercosur N° 98/94, incorporado localmente a través de la Resolución IASCAV N° 100/95. Sin embargo, con el paso del tiempo, este reglamento se volvió obsoleto, ya que no contemplaba los avances tecnológicos, las mejoras varietales y las nuevas prácticas de conservación, empaque y comercialización. En 2021, el bloque regional acordó una actualización normativa para abordar estas deficiencias y adaptar las regulaciones a las exigencias del mercado actual. Esta actualización fue adoptada progresivamente por los países miembros del Mercosur, comenzando por Brasil (Portaría MAPA 435/2022), seguido por Paraguay (Resolución SENAVE 864/2021) y Uruguay (Decreto Nº 268/024), y ahora, por Argentina.
La Resolución Senasa 591/2025 representa la implementación de esta actualización normativa en Argentina, estableciendo nuevos criterios de clasificación, calidad e identidad para el ajo. Estos criterios se basan en las características físicas y químicas del producto, así como en los métodos de análisis y control de calidad. La resolución también establece requisitos específicos para el empaque, el etiquetado y el transporte del ajo, con el objetivo de garantizar su conservación y seguridad durante toda la cadena de comercialización. La adopción de estos nuevos criterios permitirá a los productores argentinos mejorar la calidad de su producto y acceder a mercados más exigentes.
Beneficios de la Armonización: Competitividad y Acceso a Mercados
La armonización normativa en el comercio del ajo argentino ofrece una serie de beneficios significativos para el sector. En primer lugar, reduce las barreras técnicas al comercio, simplificando los trámites y disminuyendo los costos asociados al cumplimiento de diferentes regulaciones. Esto facilita el acceso a mercados clave, especialmente el brasileño, y fortalece la posición de Argentina como un exportador competitivo en la región. En segundo lugar, mejora la competitividad del sector, al garantizar que el ajo argentino cumple con los mismos estándares de calidad que los productos de otros países del Mercosur. Esto permite a los productores locales diferenciarse de la competencia y obtener mejores precios por su producto.
En tercer lugar, refuerza el acceso a mercados clave, al generar confianza en los consumidores y en los importadores. La armonización normativa demuestra el compromiso de Argentina con la calidad y la seguridad alimentaria, lo que facilita la aceptación del ajo argentino en los mercados internacionales. En cuarto lugar, promueve la innovación y el desarrollo tecnológico en el sector, al incentivar a los productores a adoptar nuevas prácticas de cultivo, conservación y empaque. La Resolución Senasa 591/2025, al establecer criterios de calidad más exigentes, impulsa a los productores a invertir en tecnología y a mejorar sus procesos productivos.
Finalmente, la armonización normativa contribuye a un comercio más fluido, seguro y alineado con las exigencias actuales del sector agroexportador. Al eliminar barreras técnicas y fomentar la confianza entre los socios comerciales, se crea un entorno favorable para el crecimiento y el desarrollo del comercio del ajo argentino en el Mercosur y el mundo.
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