Alerta Sarna Ovina en Chubut: Riesgo de Expansión y Medidas Urgentes para Productores
La tranquilidad de los productores ovinos de Comodoro Rivadavia y, por extensión, de gran parte de la Patagonia argentina, se ve amenazada por el resurgimiento de la sarna ovina. Lo que alguna vez fue una enfermedad controlada, ahora se manifiesta con una agresividad inusual, presentando cepas resistentes a los tratamientos convencionales. La reciente alerta sanitaria declarada por el SENASA para siete departamentos de Chubut no es una señal de alarma infundada, sino el reconocimiento de una situación que exige atención inmediata y una estrategia coordinada para evitar una crisis sanitaria y económica en el sector.
- La Sarna Ovina: Un Enemigo Silencioso que Regresa
- Alerta Sanitaria en Chubut: Un Mapa de Riesgo en Expansión
- El Desafío de la Resistencia: Nuevas Estrategias de Control
- La Importancia de la Vigilancia y la Denuncia Obligatoria
- El Rol de la Comisión Provincial de Sanidad Animal: Un Frente Unido
- Medidas Preventivas: Fortaleciendo la Defensa del Rebaño
La Sarna Ovina: Un Enemigo Silencioso que Regresa
La sarna ovina, causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, es una enfermedad parasitaria altamente contagiosa que afecta a las ovejas, cabras y, en menor medida, a otros rumiantes. Su impacto va más allá de la simple molestia para los animales; la intensa picazón y las lesiones en la piel provocan un estrés significativo, reduciendo el apetito, el crecimiento y la producción de lana. En casos severos, la sarna puede llevar a la muerte del animal, especialmente en corderos jóvenes o animales debilitados. La enfermedad se transmite por contacto directo entre animales infectados, así como a través de objetos contaminados como cercas, comederos y equipos de manejo.
La reaparición de la sarna en Chubut, y su creciente resistencia a los tratamientos tradicionales, es un problema complejo con múltiples factores contribuyentes. La globalización y el movimiento de animales, tanto legal como ilegal, han facilitado la propagación de cepas resistentes. El uso indiscriminado de inyectables, que durante años fueron la principal herramienta de control, ha ejercido una presión selectiva sobre los ácaros, favoreciendo la supervivencia y reproducción de aquellos individuos con mayor resistencia a los fármacos. Además, las condiciones climáticas favorables, como la humedad y las temperaturas moderadas, pueden favorecer la supervivencia y propagación del ácaro.
Alerta Sanitaria en Chubut: Un Mapa de Riesgo en Expansión
La declaración de alerta sanitaria por parte del SENASA abarca los departamentos de Gastre, Telsen, Cushamen, Languiñeo, Paso de Indios, Mártires y Gaiman, una zona que concentra una importante actividad ovina en la provincia de Chubut. Esta medida implica una serie de acciones obligatorias para los productores, veterinarios y transportistas, incluyendo la denuncia obligatoria de cualquier sospecha de sarna, la implementación de medidas de control y prevención, y la realización de inspecciones sanitarias. La vigencia de la alerta hasta el 31 de diciembre de 2026 refleja la seriedad de la situación y la necesidad de un seguimiento continuo.
La preocupación de los productores de Comodoro Rivadavia, como expresa Juan José Anglesio, presidente de la Sociedad Rural local, es palpable. Si bien la zona sur de la provincia aún no ha sido afectada directamente, la cercanía de los focos detectados en el norte y centro de Chubut, así como la facilidad de propagación de la enfermedad, hacen que la amenaza sea inminente. La experiencia de otras provincias, como Río Negro y Buenos Aires (Carmen de Patagones), donde la sarna resistente ya ha causado estragos, sirve como advertencia y refuerza la necesidad de tomar medidas preventivas.
El Desafío de la Resistencia: Nuevas Estrategias de Control
La resistencia a los inyectables ha obligado a los productores a replantear sus estrategias de control de la sarna. Actualmente, el único tratamiento efectivo disponible es el doble baño por inmersión, utilizando un producto específico con un lapso de 10 días entre cada aplicación. Este método, aunque efectivo, es más laborioso y costoso que la simple inyección, lo que representa un desafío adicional para los productores, especialmente para aquellos con grandes rebaños. La logística del baño por inmersión, que requiere instalaciones adecuadas y un manejo cuidadoso de los animales, también puede ser un factor limitante.
La investigación y el desarrollo de nuevos fármacos y métodos de control son fundamentales para combatir la sarna resistente. El INTA y el Colegio Médico Veterinario, en colaboración con el SENASA y las asociaciones de productores, están trabajando en la evaluación de alternativas terapéuticas y en la promoción de buenas prácticas de manejo que contribuyan a prevenir la propagación de la enfermedad. La vacunación, aunque aún no es una realidad, es una de las líneas de investigación más prometedoras a largo plazo.
La Importancia de la Vigilancia y la Denuncia Obligatoria
La clave para controlar la sarna ovina radica en la detección temprana y la respuesta rápida. La resolución del SENASA establece la obligatoriedad de denuncia de la enfermedad para todas las personas vinculadas al sector, incluyendo autoridades, veterinarios, transportistas y productores. Esta medida es crucial para permitir a las autoridades sanitarias realizar un seguimiento preciso de la situación, identificar los focos de infección y tomar medidas de control oportunas. La falta de denuncia, por el contrario, puede facilitar la propagación de la enfermedad y dificultar su erradicación.
La vigilancia activa, que implica la inspección regular de los rebaños y la búsqueda de signos clínicos de sarna, es otra herramienta fundamental. Los productores deben estar atentos a cualquier animal que presente picazón intensa, lesiones en la piel o pérdida de lana, y consultar a un veterinario ante la menor sospecha. La realización de pruebas diagnósticas, como el raspado de piel, puede confirmar la presencia del ácaro y permitir iniciar el tratamiento adecuado.
El Rol de la Comisión Provincial de Sanidad Animal: Un Frente Unido
La Comisión Provincial de Sanidad Animal, integrada por representantes de la provincia, el SENASA, el INTA, el Colegio Médico Veterinario y las asociaciones de productores, juega un papel fundamental en la coordinación de las acciones de control y prevención de la sarna ovina. Esta instancia es el espacio de diálogo y concertación donde se discuten los problemas, se evalúan las alternativas y se toman las decisiones necesarias para proteger la salud animal y la economía del sector. La participación activa de los productores en esta comisión es esencial para asegurar que las medidas adoptadas sean realistas y efectivas.
La colaboración entre los diferentes actores del sector es crucial para enfrentar el desafío de la sarna ovina. Los veterinarios deben brindar asesoramiento técnico a los productores, realizar diagnósticos precisos y prescribir tratamientos adecuados. El SENASA debe garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias y proporcionar los recursos necesarios para la vigilancia y el control de la enfermedad. El INTA debe promover la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de control. Y los productores deben adoptar buenas prácticas de manejo y denunciar cualquier sospecha de sarna.
Medidas Preventivas: Fortaleciendo la Defensa del Rebaño
Más allá del tratamiento de los animales infectados, la prevención es la mejor estrategia para evitar la propagación de la sarna ovina. Algunas medidas preventivas clave incluyen: evitar el contacto entre animales de diferentes procedencias, especialmente aquellos provenientes de zonas con alta prevalencia de sarna; desinfectar regularmente los equipos de manejo, como cercas, comederos y vehículos; controlar la presencia de animales salvajes que puedan actuar como reservorios del ácaro; y mantener una buena higiene en las instalaciones.
El aislamiento de los animales recién adquiridos o aquellos que regresan de ferias o exposiciones es otra medida importante. Estos animales deben ser mantenidos en cuarentena durante un período de tiempo determinado, bajo la supervisión de un veterinario, para detectar cualquier signo de sarna antes de introducirlos al rebaño principal. La aplicación de tratamientos preventivos, como baños acaricidas, puede ser considerada en zonas de alto riesgo, siempre bajo la recomendación de un veterinario.
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