Alerta Volcánica Planchón-Peteroa: Aumento de Actividad Sísmica y Posible Erupción en Mendoza
El imponente Complejo Volcánico Planchón-Peteroa, ubicado en la frontera entre Argentina y Chile, ha entrado en una fase de alerta que exige atención y comprensión. Este gigante dormido, clasificado como el segundo volcán más peligroso de Argentina, muestra signos de actividad que recuerdan erupciones pasadas. Este artículo profundiza en la situación actual, analizando los datos sísmicos, los posibles escenarios eruptivos y las medidas de monitoreo implementadas para proteger a las comunidades circundantes. La información presentada se basa en los comunicados oficiales del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) y busca proporcionar una visión clara y detallada de la situación.
Ubicación y Características del Complejo Volcánico Planchón-Peteroa
El Complejo Volcánico Planchón-Peteroa se extiende a lo largo de la frontera entre la provincia de Mendoza, Argentina, y la región del Maule, Chile. Se encuentra dentro del Departamento de Malargüe, en Argentina, y su ubicación estratégica lo convierte en un punto de interés geológico y un desafío para la gestión de riesgos. Este complejo volcánico no es un solo cono, sino un sistema integrado de conos volcánicos, flujos de lava y estructuras asociadas a la actividad magmática. Su altitud considerable y su entorno montañoso influyen en la dispersión de cenizas y gases en caso de erupción.
Su clasificación como el segundo volcán de mayor riesgo en Argentina, según el ranking nacional, subraya la importancia de su monitoreo constante. Las localidades más cercanas en territorio argentino incluyen Las Loicas, Bardas Blancas y Malargüe, mientras que los centros de esquí de El Azufre y Las Leñas se encuentran a una distancia de entre 50 y 100 kilómetros. El paso internacional Vergara, una vía crucial para el comercio y el turismo, también se encuentra en las inmediaciones, lo que añade una capa de complejidad a la planificación de emergencias.
Aumento de la Actividad Sísmica: Señales de Alerta
El incremento en la actividad sísmica detectada desde el 10 de julio es el principal motivo del cambio en el nivel de alerta técnica. Los científicos del OAVV han registrado un aumento significativo en la frecuencia y energía de los eventos sísmicos asociados a la dinámica de fluidos dentro del volcán. Estos eventos, clasificados como LP (Long Period) y Tremor, indican el movimiento de magma y gases en el interior del sistema volcánico. El tipo LP se caracteriza por señales de duración mayor a un segundo, mientras que el Tremor se manifiesta como una vibración continua del suelo.
El incremento en los valores de energía de la señal de Tremor continuo, medido a través del parámetro RSAM (Root Sum of Squares Amplitude), es particularmente preocupante. El RSAM registró un valor máximo el 16 de julio, superando los niveles de base habituales del volcán. Este aumento sostenido en la energía del Tremor sugiere una mayor actividad de fluidos en el interior del volcán, lo que podría indicar una preparación para una posible erupción. El monitoreo continuo de estos parámetros es crucial para evaluar la evolución de la situación.
Parámetros de Monitoreo y Actividad Superficial
Si bien la actividad sísmica es la principal señal de alerta, es importante destacar que otros parámetros de monitoreo se mantienen estables. Esto incluye la temperatura de las fumarolas, la emisión de gases y la deformación del suelo. La actividad superficial, aunque limitada, es monitoreada de cerca para detectar cualquier cambio que pueda indicar una escalada en la actividad volcánica. La combinación de datos de diferentes fuentes de monitoreo permite a los científicos obtener una imagen más completa de la situación.
La estabilidad de estos otros parámetros no descarta la posibilidad de una erupción, ya que algunos volcanes muestran pocos cambios superficiales antes de entrar en erupción. La experiencia con ciclos eruptivos previos en Planchón-Peteroa ha demostrado que el aumento de la actividad sísmica puede preceder a emisiones de ceniza volcánica, incluso sin cambios significativos en la actividad superficial. Por lo tanto, la vigilancia continua y la interpretación cuidadosa de todos los datos de monitoreo son esenciales.
Posibles Escenarios Eruptivos: Explosiones y Columnas de Ceniza
Dadas las características del Complejo Volcánico Planchón-Peteroa, los científicos no descartan la posible ocurrencia de explosiones de baja a moderada magnitud. Estas explosiones podrían ser súbitas y sin precursores evidentes, lo que dificulta la predicción precisa del momento exacto de la erupción. La naturaleza explosiva de estas erupciones se debe a la interacción entre el magma y el agua subterránea, lo que genera una acumulación de presión que eventualmente se libera en forma de explosiones.
La actividad eruptiva podría generar columnas eruptivas, similares a las observadas entre 2018 y 2019. Durante esos eventos, la dispersión de la ceniza volcánica fue predominantemente hacia el sureste, afectando el sector cercano al volcán en territorio argentino. La dirección de la dispersión de la ceniza depende de las condiciones meteorológicas, como la dirección del viento y la estabilidad atmosférica. La ceniza volcánica puede causar problemas respiratorios, afectar la visibilidad y dañar la infraestructura.
Es importante destacar que la magnitud de las explosiones y la altura de las columnas eruptivas son inciertas. La actividad podría ser limitada a pequeñas explosiones con poca dispersión de ceniza, o podría escalar a una erupción más significativa con un impacto mayor en las comunidades circundantes. La evaluación continua de la actividad sísmica y otros parámetros de monitoreo es crucial para refinar las predicciones y ajustar las medidas de preparación.
Monitoreo Continuo y Cooperación Internacional
Las tareas de monitoreo se continuarán intensificando, en estrecha colaboración con el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) del SERNAGEOMIN de Chile. La cooperación internacional es fundamental para el intercambio de datos, la interpretación de resultados y la coordinación de las medidas de respuesta. El OVDAS y el OAVV trabajan en conjunto para monitorear la actividad volcánica en la región fronteriza y proporcionar información precisa y oportuna a las autoridades y a la población.
Además de la cooperación internacional, se mantiene una coordinación permanente con las autoridades locales y provinciales, así como con la Agencia Federal de Emergencias (AFE). Esta coordinación es esencial para garantizar una respuesta efectiva en caso de erupción. Se están revisando y actualizando los planes de emergencia, se están realizando simulacros y se está informando a la población sobre los riesgos y las medidas de autoprotección. El objetivo es minimizar el impacto de una posible erupción en las comunidades circundantes.
Todo este trabajo se enmarca dentro del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), que establece las directrices y los procedimientos para la prevención, mitigación y respuesta a desastres naturales. El OAVV se compromete a informar sobre cualquier cambio en la situación y a mantener a la población informada sobre los riesgos volcánicos. Para obtener más información, se recomienda visitar el sitio web del OAVV: https://oavv.segemar.gob.ar/
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