Alimentos que Eliminan Químicos Eternos: Reduce el Riesgo de Cáncer con Fibra Natural

En un mundo cada vez más industrializado, nos encontramos expuestos a una miríada de sustancias químicas, muchas de las cuales pueden tener efectos perjudiciales para nuestra salud. Entre estas, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), conocidas como “químicos eternos”, han generado una creciente preocupación debido a su persistencia en el medio ambiente y su potencial para causar cáncer y otras enfermedades graves. Sin embargo, recientes investigaciones ofrecen un rayo de esperanza: ciertos alimentos, ricos en fibra, podrían ser la clave para combatir estos contaminantes y proteger nuestra salud.

Índice

¿Qué son las PFAS y por qué son tan peligrosas?

Las PFAS son un grupo de más de 9.000 compuestos químicos sintéticos utilizados en una amplia variedad de productos de consumo e industriales desde la década de 1940. Su popularidad se debe a sus propiedades únicas, como la resistencia al agua, al aceite y al calor. Se encuentran en utensilios de cocina antiadherentes, envases de alimentos, textiles resistentes a manchas, espumas contra incendios, productos de cuidado personal y muchos otros artículos de uso cotidiano. La principal preocupación con las PFAS radica en su extrema persistencia en el medio ambiente. No se degradan fácilmente y pueden permanecer en el suelo, el agua y el aire durante décadas, de ahí su apodo de “químicos eternos”.

Esta persistencia implica que las PFAS se acumulan en el medio ambiente y en los organismos vivos, incluyendo a los seres humanos. La exposición a las PFAS se produce principalmente a través del consumo de agua y alimentos contaminados, pero también puede ocurrir por contacto con productos que las contienen o por inhalación. Una vez en el cuerpo, las PFAS pueden acumularse en órganos como el hígado, los riñones y la sangre, y se han asociado con una serie de efectos adversos para la salud. Estudios científicos han relacionado la exposición a las PFAS con bajo peso al nacer, alteraciones del sistema inmunológico, cáncer de riñón y testículo, problemas de tiroides, enfermedades hepáticas y disminución de la fertilidad.

La ubicuidad de las PFAS y su capacidad para bioacumularse hacen que la exposición sea prácticamente inevitable para la mayoría de las personas. La preocupación por estos químicos ha llevado a regulaciones más estrictas en algunos países, pero la eliminación completa de las PFAS del medio ambiente y de nuestra vida cotidiana es un desafío complejo y a largo plazo.

La amenaza silenciosa: cómo las PFAS entran en nuestro cuerpo

La principal vía de exposición a las PFAS para la población general es a través de la ingesta de agua potable y alimentos contaminados. Las PFAS pueden filtrarse al agua desde sitios industriales, vertederos y campos agrícolas donde se han utilizado o vertido productos que las contienen. Los peces y mariscos también pueden acumular PFAS de las aguas contaminadas, lo que representa una fuente de exposición adicional. Además, los alimentos pueden contaminarse durante el procesamiento, el envasado o la cocción utilizando utensilios que contienen PFAS.

La contaminación del suelo también es una preocupación importante. Las PFAS pueden persistir en el suelo durante largos períodos de tiempo y ser absorbidas por las plantas, lo que puede contaminar los cultivos y los alimentos que consumimos. La exposición también puede ocurrir a través del contacto directo con productos que contienen PFAS, como textiles resistentes a manchas, cosméticos y productos de cuidado personal. La inhalación de polvo o vapores contaminados con PFAS también puede contribuir a la exposición, especialmente en entornos industriales o cerca de sitios contaminados.

Una vez que las PFAS ingresan al cuerpo, se distribuyen a través del torrente sanguíneo y se acumulan en diferentes órganos y tejidos. Debido a su estructura química, las PFAS son resistentes a la degradación y pueden permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. Esta acumulación crónica puede aumentar el riesgo de desarrollar efectos adversos para la salud a largo plazo.

El descubrimiento de la Universidad de Boston: la fibra como escudo protector

Un equipo de científicos de la Universidad de Boston ha realizado un estudio innovador que sugiere que el consumo de alimentos ricos en fibra puede ayudar a reducir los niveles de PFAS en el cuerpo. La investigación, publicada en la revista Environmental Health, se centró en el papel del betaglucano, un tipo de fibra soluble que se encuentra en la avena, los hongos y las semillas. Los investigadores descubrieron que el betaglucano puede unirse a las PFAS en el sistema digestivo, impidiendo su absorción en el torrente sanguíneo y promoviendo su eliminación a través de las heces.

El estudio involucró a 72 hombres con niveles detectables de PFAS en la sangre. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno recibió un suplemento diario de un gramo de betaglucano de avena, mientras que el otro recibió un suplemento de control a base de arroz. Durante cuatro semanas, los investigadores recolectaron muestras de sangre de los participantes antes y después del experimento para medir los niveles de 17 tipos diferentes de PFAS. Los resultados revelaron que los hombres que tomaron el suplemento de betaglucano experimentaron una disminución significativa del 8% en los niveles de ácido perfluorooctanoato (PFOA) y ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS), dos de las PFAS más peligrosas y persistentes.

Este hallazgo es particularmente prometedor porque sugiere que una simple modificación en la dieta, como aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, podría ser una estrategia efectiva para reducir la carga de PFAS en el cuerpo y mitigar sus efectos nocivos para la salud. El estudio proporciona evidencia científica sólida que respalda el potencial de la fibra como una herramienta para combatir la contaminación por PFAS.

Betaglucano: el componente clave en la lucha contra las PFAS

El betaglucano es un polisacárido soluble que se encuentra en las paredes celulares de ciertos hongos, levaduras, bacterias y granos como la avena y la cebada. Es conocido por sus beneficios para la salud, incluyendo la reducción del colesterol, la mejora del control del azúcar en sangre y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Sin embargo, su capacidad para unirse a las PFAS y promover su eliminación del cuerpo es un descubrimiento relativamente reciente.

La estructura molecular del betaglucano le permite interactuar con las PFAS en el tracto digestivo. Se cree que el betaglucano forma una especie de “gel” que atrapa las PFAS, impidiendo su absorción en el torrente sanguíneo. Este gel, junto con las PFAS unidas, se elimina a través de las heces. La eficacia del betaglucano para reducir los niveles de PFAS puede depender de varios factores, incluyendo la dosis, la frecuencia de consumo y la composición de la microbiota intestinal de cada individuo.

Además de la avena, los hongos y las semillas, el betaglucano también se puede encontrar en otros alimentos como el pan de cebada, la levadura de cerveza y ciertos tipos de algas. Incorporar estos alimentos en la dieta de forma regular puede ayudar a aumentar la ingesta de betaglucano y potencialmente reducir la exposición a las PFAS.

Más allá del betaglucano: otros alimentos ricos en fibra que pueden ayudar

Si bien el betaglucano ha demostrado ser eficaz para reducir los niveles de PFAS, otros tipos de fibra también pueden desempeñar un papel importante en la protección contra estos contaminantes. La fibra soluble, en particular, tiene la capacidad de unirse a las PFAS en el sistema digestivo y promover su eliminación. Alimentos ricos en fibra soluble incluyen manzanas, peras, cítricos, legumbres, frijoles y brócoli.

La fibra insoluble también es importante para la salud digestiva y puede ayudar a acelerar el tránsito intestinal, lo que puede reducir el tiempo que las PFAS permanecen en el cuerpo. Alimentos ricos en fibra insoluble incluyen salvado de trigo, verduras de hoja verde, nueces y semillas. Una dieta rica en una variedad de fuentes de fibra puede proporcionar una protección más completa contra la contaminación por PFAS.

Es importante tener en cuenta que la fibra solo es una parte de la solución. Reducir la exposición a las PFAS en primer lugar, evitando productos que las contienen y utilizando fuentes de agua potable filtradas, es fundamental para proteger la salud. Sin embargo, aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra puede ser una estrategia complementaria eficaz para reducir la carga de PFAS en el cuerpo y mitigar sus efectos nocivos.

El futuro de la investigación: desafíos y perspectivas

Si bien el estudio de la Universidad de Boston es un avance prometedor, aún se necesitan más investigaciones para comprender completamente el papel de la fibra en la eliminación de las PFAS del cuerpo. Es importante realizar estudios a largo plazo con muestras más grandes y diversas para confirmar los resultados y determinar la dosis óptima de betaglucano y otros tipos de fibra. También es necesario investigar cómo la microbiota intestinal de cada individuo puede influir en la eficacia de la fibra para unirse a las PFAS y promover su eliminación.

Otro desafío importante es desarrollar métodos más eficaces para eliminar las PFAS del medio ambiente. La tecnología actual para tratar el agua y el suelo contaminados con PFAS es costosa y limitada. Se necesitan nuevas tecnologías innovadoras para eliminar las PFAS de forma segura y sostenible. Además, es fundamental seguir regulando el uso de las PFAS en productos de consumo e industriales para reducir la exposición humana y ambiental.

A pesar de los desafíos, la investigación sobre la fibra y las PFAS ofrece un rayo de esperanza en la lucha contra estos contaminantes persistentes. Al comprender mejor cómo podemos proteger nuestro cuerpo de los efectos nocivos de las PFAS, podemos tomar medidas para mejorar nuestra salud y proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://ensedeciencia.com/2025/06/04/investigadores-descubren-como-eliminar-del-cuerpo-los-quimicos-eternos-que-pueden-causar-cancer/

Fuente: https://ensedeciencia.com/2025/06/04/investigadores-descubren-como-eliminar-del-cuerpo-los-quimicos-eternos-que-pueden-causar-cancer/

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