Alivio Financiero y Riesgos Persistentes: El Impacto del Préstamo de Trump en la Economía Argentina
El reciente anuncio de asistencia financiera por parte de Estados Unidos inyectó un soplo de alivio en la economía argentina, frenando, al menos temporalmente, la espiral de incertidumbre que la había atenazado. Sin embargo, este respiro no implica la resolución de los problemas estructurales que aquejan al país. El mercado, aunque reaccionó positivamente a corto plazo, mantiene una cautela justificada ante la persistencia de los desequilibrios macroeconómicos. Este artículo analiza en detalle los efectos inmediatos del acuerdo, las perspectivas a mediano plazo y los desafíos que aún enfrenta el gobierno para consolidar la estabilidad económica.
Alivio Inmediato y Reacción del Mercado Financiero
La confirmación del apoyo financiero de Scott Bessent, justo antes de la apertura del mercado, generó una reacción inmediata y favorable. Los bonos recortaron significativamente las pérdidas acumuladas en el mes, con incrementos de hasta el 16% tras una caída promedio del 20%. Si bien las cotizaciones se mantienen bajas, ya no se encuentran en niveles que sugieran un default inminente, como ocurría la semana pasada cuando rondaban el 40% de su valor nominal. El índice de riesgo país experimentó un "desplome", volviendo a los niveles de hace diez días, ubicándose en 1.100 puntos. Los analistas prevén una continuación de esta tendencia descendente una vez que el préstamo del Tesoro de Estados Unidos sea oficialmente confirmado.
El gobierno y sus círculos cercanos celebraron este cambio de escenario como un éxito. La expectativa es que la ayuda estadounidense permita cubrir los vencimientos hasta fin de año, superando los u$s2.000 millones, e incluso podría extenderse al cronograma de 2026, que asciende a unos u$s18.000 millones. Un indicador clave de la detención de la hemorragia fue la abstención del Banco Central de vender dólares este lunes, a diferencia de la semana anterior, cuando tuvo que desprenderse de u$s1.100 millones de reservas. El tipo de cambio mayorista se despegó del techo de la banda, alcanzando una diferencia del 4,5%.
Desaparición del "Rulo" y Dinámica del Mercado Paralelo
Otro dato positivo fue la desaparición de la operativa conocida como "rulo" en el mercado paralelo. La venta de dólares en el canal bancario se realiza ahora a $1.380, un valor inferior al MEP y al "contado con liquidación". La semana anterior, esta práctica permitía obtener una ganancia del 2% por cada dólar vendido y recomprado. Este cambio sugiere una disminución de la presión sobre el tipo de cambio y una mayor confianza en el mercado formal.
Sin embargo, el dato que más celebra Toto Caputo es el desplome de las cotizaciones en el mercado de futuros A3, sin intervención oficial. Esto implica una desinflación de las expectativas de devaluación y una importante ganancia para el Banco Central, que embolsa la diferencia entre el tipo de cambio actual y el de los contratos que había vendido en las últimas semanas. Además, la reabsorción de pesos que no se reinyectan al mercado reduce la demanda de dólares, como señala Federico Furiase: "se sacan los pesos de la cancha", pero esta vez sin necesidad de entregar divisas.
La Clave: Compras de Dólares por Parte del Tesoro
La política de acentuar la iliquidez continúa presionando al alza las tasas de interés, lo que reafirma el sesgo recesivo de la economía. Los bancos advierten que, para que el alivio de este lunes se consolide, el gobierno debe ofrecer una cobertura atractiva para quienes permanecen en pesos. Esto implica la emisión de bonos con tasas competitivas, así como instrumentos vinculados al dólar. Esta estrategia se dirige principalmente a los productores agrícolas, con el objetivo de que liquiden la soja proveniente de los silobolsas, aprovechando la supresión temporal de las retenciones, sin redolarizar inmediatamente sus ingresos.
La capacidad de captar dólares para reforzar las reservas del Central será un criterio fundamental para evaluar el éxito de la operación de asistencia financiera. El Banco Central no puede realizar directamente estas compras, ya que violaría su compromiso de no intervenir dentro de la banda. Sin embargo, el Tesoro podría hacerlo utilizando los pesos depositados gracias al superávit fiscal. Además, existe un compromiso incumplido con el FMI en cuanto a la acumulación de reservas, lo que exige un aumento no solo con dólares prestados, sino también con los provenientes del superávit comercial.
Críticas y Perspectivas de Expertos
Hernán Lacunza, ex ministro de Economía, critica la visión "dogmática" que priorizaba la flotación sin la necesidad de acumular reservas. El riesgo de no acumular reservas durante octubre reside en la posibilidad de que el mercado "teste" nuevamente el techo de la banda, poniendo a prueba la solidez del sistema cambiario. Nadie confía en que esta prueba pueda superarse, dado que el Central tiene reservas negativas y sus dólares son prestados. La falta de divisas para enfrentar corridas cambiarias podría desencadenar corridas bancarias. Tampoco hay dólares disponibles para el Tesoro, lo que explica la búsqueda desesperada de apoyo externo.
Gabriel Rubinstein, ex viceministro de Economía, argumenta que la necesidad de comprar dólares plantea una disyuntiva difícil para el gobierno: si opta por bajar las tasas de interés, corre el riesgo de que la dolarización continúe; si las sube, profundizará la recesión económica. La prioridad, al menos hasta las elecciones, parece ser la calma cambiaria. La tasa "repo" ha aumentado del 37% al 45%, lo que podría indicar una retracción en la oferta de pesos por parte de los bancos, que buscan refugio en los títulos en pesos para obtener rentabilidad.
La Licitación del Tesoro y el Futuro Inmediato
La atención del mercado se centra ahora en la licitación del Tesoro del próximo viernes, donde vence deuda en pesos por $6 billones. El éxito de esta licitación será crucial para determinar si el gobierno puede seguir financiando su política de iliquidez sin generar presiones adicionales sobre las tasas de interés. La capacidad de atraer inversores a los títulos en pesos dependerá de la credibilidad de la estrategia del gobierno y de las perspectivas de estabilidad económica.
La necesidad de acumular reservas implica que el gobierno debe equilibrar la política monetaria con la política fiscal. La compra de dólares por parte del Tesoro, financiada con el superávit fiscal, podría ayudar a fortalecer las reservas sin comprometer la independencia del Banco Central. Sin embargo, esta estrategia requiere una gestión cuidadosa para evitar generar presiones inflacionarias o desestabilizar el mercado de bonos. La clave estará en ofrecer instrumentos atractivos para captar los dólares provenientes de las exportaciones y evitar la fuga de capitales.
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