Anibal Troilo Pichuco el alma del tango que conquistó Buenos Aires
Aníbal Carmelo Troilo, "Pichuco" para el mundo del tango, fue mucho más que un bandoneonista. Fue un arquitecto de emociones, un narrador de historias porteñas a través de su instrumento y un maestro que guió a generaciones de músicos. Su legado trasciende la técnica y el virtuosismo, reside en la autenticidad de su sentimiento y en la profunda conexión que estableció con el alma del tango.
- El Nacimiento de una Leyenda: Infancia y Primeros Pasos
- El Debut en el Marabú: Consolidación y Éxito
- Troilo Compositor: Un Legado de Emoción y Poesía
- Maestro de Cantores: La Formación de Voces Inolvidables
- La Amistad con Piazzolla: Un Encuentro de Genios
- El Quinteto con Grela: Una Joya Camarística
- El Legado de Troilo: Un Estilo Inconfundible
El Nacimiento de una Leyenda: Infancia y Primeros Pasos
Nacido en el corazón del Abasto, un barrio impregnado de tango y vida bohemia, Aníbal Troilo respiró música desde la cuna. Su apodo, "Pichuco", un eco cariñoso de la infancia, se convirtió en su nombre de guerra, la marca de un artista que supo mantener la humildad y la esencia de sus orígenes a lo largo de su exitosa carrera.
Su encuentro con el bandoneón a los diez años fue un flechazo. El instrumento se convirtió en una extensión de su ser, la herramienta a través de la cual canalizaría sus emociones y daría voz a las historias que bullían en su interior. A los once años, ya se presentaba en bares del barrio, mostrando un talento precoz que presagiaba un futuro brillante.
La formación de su primer quinteto a los catorce años marcó el inicio de una trayectoria ascendente. Con determinación y pasión, Troilo se abría camino en un mundo musical exigente, forjando un estilo propio que lo diferenciaría de sus contemporáneos y lo consagraría como uno de los grandes maestros del tango.
El Debut en el Marabú: Consolidación y Éxito
El 1 de julio de 1937, el Cabaret Marabú se convirtió en el escenario del gran debut de Aníbal Troilo y su orquesta. Aquella noche, "Pichuco" selló su destino, conquistando al público con su particular estilo y sentando las bases de una carrera que se extendería por casi cuatro décadas. El Marabú se transformó en su hogar, un espacio donde desplegaría su talento y construiría una sólida reputación.
La llegada a la radio, con presentaciones en las emisoras Splendid, Belgrano y El Mundo, amplió su alcance y lo consolidó como una figura popular. Su permanencia durante diez años en El Mundo le permitió desarrollar su creatividad y experimentar con diferentes formatos, afianzando su posición como un referente indiscutible del tango.
Troilo Compositor: Un Legado de Emoción y Poesía
Más allá de su virtuosismo como intérprete, Aníbal Troilo dejó un invaluable legado como compositor. Sus más de sesenta obras, entre instrumentales y canciones, son verdaderas joyas que han sido revisitadas y celebradas por artistas de todo el mundo. Sus melodías evocadoras y sus letras profundas, producto de colaboraciones con grandes poetas, continúan emocionando a audiencias de todas las edades.
Clásicos como "Barrio de tango", "Che bandoneón", "Sur", "Romance de barrio", "Desencuentro", "La última curda", "María", "Garúa", "Pa’ que bailen los muchachos" y "Discepolín" son solo una muestra de su genio creativo. Estas canciones, impregnadas de nostalgia, pasión y melancolía, capturan la esencia del alma porteña y la complejidad de las relaciones humanas.
Maestro de Cantores: La Formación de Voces Inolvidables
Aníbal Troilo fue un maestro generoso que brindó oportunidades a jóvenes talentos, guiándolos en su desarrollo artístico y ayudándolos a encontrar su propia voz. A su lado se formaron importantes cantores como Ángel Cárdenas, Francisco Fiorentino, Alberto Marino, Edmundo Rivero, Roberto Rufino, Floreal Ruiz, Nelly Vázquez y Roberto "Polaco" Goyeneche, quienes posteriormente alcanzarían el reconocimiento y la fama.
Su relación con el "Polaco" Goyeneche fue especialmente significativa. Juntos forjaron una profunda amistad y una colaboración artística que dejó una huella imborrable en la historia del tango. Su primera grabación juntos, "Bandoneón arrabalero", marcó el inicio de una fructífera asociación que produjo más de cincuenta canciones inolvidables.
La Amistad con Piazzolla: Un Encuentro de Genios
La amistad entre Aníbal Troilo y Astor Piazzolla es un capítulo fundamental en la historia del tango. "Pichuco" reconoció el talento de Piazzolla desde sus inicios y le brindó la oportunidad de formar parte de su orquesta. Aquel encuentro marcó el inicio de una relación compleja y enriquecedora, que influyó profundamente en la trayectoria de ambos artistas.
Si bien sus caminos musicales divergieron con el tiempo, Piazzolla siempre reconoció la influencia de Troilo en su formación. "Pichuco" le enseñó la importancia de la pasión y la autenticidad en la música, valores que Piazzolla incorporaría a su propio estilo, revolucionando el tango y abriendo nuevas fronteras.
El Quinteto con Grela: Una Joya Camarística
Además de sus grandes formaciones orquestales, Aníbal Troilo exploró el formato camarístico, creando agrupaciones más pequeñas que le permitieron experimentar con diferentes sonoridades y profundizar en la intimidad de la música. Su quinteto con el guitarrista Roberto Grela fue una de las experiencias más memorables de su carrera.
El disco "Esto es tango", grabado entre 1953 y 1955, es un testimonio de la magia que surgía de la colaboración entre Troilo y Grela. Esta obra antológica, considerada un clásico del género, sigue siendo una referencia obligada para los amantes de la música rioplatense, un ejemplo de la belleza y la elegancia que puede alcanzar el tango en su expresión más pura.
El Legado de Troilo: Un Estilo Inconfundible
La Orquesta Nacional de Música Argentina "Juan de Dios Filiberto" rinde homenaje al legado de Aníbal Troilo incluyendo frecuentemente sus obras en su repertorio. Horacio Romo, bandoneonista solista de la orquesta, destaca la importancia de Troilo en la historia del tango, resaltando su estilo inconfundible y su capacidad para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
Según Romo, el aporte de Troilo fue fundamental porque marcó un estilo, una forma, desde el toque de su instrumento hasta el estilo de la orquesta. Siempre fue una orquesta moderna, pero fue buscando el color adecuado a su inteligencia, a su capacidad musical. Todos los bandoneonistas le deben a Troilo gran parte de su aprendizaje, todos quieren tocar como Troilo.
Romo también destaca la riqueza y la emotividad de las composiciones de Troilo, resaltando que cada melodía está impregnada de sentimientos. Su forma de tocar tenía que ver con sus composiciones. Tocaba dos notas y con eso armaba un tango y conmovía con esa melodía.
Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/anibal-troilo-un-canto-eterno-de-bandoneon
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