Argentina: Facilita Importación de Maquinaria Agrícola Usada Tractores y Cosechadoras
La agricultura argentina, motor económico clave del país, se enfrenta constantemente a desafíos de modernización y eficiencia. La renovación del parque de maquinaria agrícola es fundamental para mantener la competitividad, pero históricamente ha estado obstaculizada por las dificultades para importar equipos usados. Recientemente, el Gobierno ha anunciado una modificación significativa en el régimen de importación de bienes usados, incluyendo tractores y cosechadoras, que promete simplificar los trámites y abrir nuevas oportunidades para el sector. Este cambio, impulsado por el Ministerio de Desregulación, busca eliminar barreras que, según sus impulsores, eran tan restrictivas como una prohibición de facto, y permitir a los productores acceder a tecnología esencial a un costo más accesible.
El Obstáculo Histórico: Importación de Maquinaria Agrícola Usada en Argentina
Durante años, la importación de maquinaria agrícola usada en Argentina ha sido un proceso complejo y desalentador. Si bien no existía una prohibición explícita, la burocracia excesiva, la incertidumbre regulatoria y los largos tiempos de espera hacían que la importación de bienes de capital usados fuera prácticamente inviable. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, lo comparó acertadamente con la prohibición de la venta de autos usados, destacando el absurdo de impedir el acceso a equipos que podrían mejorar significativamente la productividad del campo argentino. Esta situación obligaba a los productores a depender de maquinaria obsoleta o a invertir en equipos nuevos, con precios considerablemente más elevados.
La falta de acceso a maquinaria usada afectaba especialmente a los pequeños y medianos productores, quienes no contaban con los recursos financieros para adquirir equipos nuevos. Esto generaba una brecha tecnológica que limitaba su capacidad para competir con los grandes productores y para aprovechar al máximo el potencial de sus tierras. La importación de maquinaria usada representaba una alternativa viable para modernizar sus operaciones y mejorar su rentabilidad, pero las barreras existentes lo hacían inalcanzable.
Además de las dificultades burocráticas, la falta de claridad en la normativa y los cambios regulatorios constantes generaban incertidumbre entre los importadores, quienes temían perder su inversión en caso de que las reglas del juego cambiaran repentinamente. Esta incertidumbre desalentaba la importación y contribuía a mantener el parque de maquinaria agrícola argentino en un estado de obsolescencia.
Decreto 273/2025: La Nueva Regulación y sus Implicaciones
El Decreto 273/2025 representa un cambio radical en la política de importación de bienes usados en Argentina. La modificación del régimen de importación busca agilizar los trámites y eliminar las barreras que dificultaban el acceso a maquinaria agrícola usada. La nueva regulación abarca los bienes usados comprendidos en las posiciones arancelarias integrantes de los Capítulos 84 a 90 de la Nomenclatura Común del Mercosur, que incluyen tractores, cosechadoras, sembradoras, pulverizadoras y otros equipos esenciales para la actividad agrícola.
Uno de los aspectos más importantes del decreto es la simplificación de los procedimientos de importación. Se espera que la nueva normativa reduzca los tiempos de espera y elimine la necesidad de presentar documentación innecesaria. Esto facilitará el acceso a maquinaria usada para los productores y estimulará la inversión en el sector. La agilización de los trámites también permitirá a los importadores reducir sus costos operativos y ofrecer precios más competitivos.
En cuanto a los aranceles, el decreto establece que los bienes usados tributarán un derecho de importación cuyas alícuotas resultarán de incrementar en un 100% el nivel del Derecho de Importación Extrazona que corresponda aplicar a la respectiva posición arancelaria. Sin embargo, se establece un límite máximo del 35% para la alícuota aplicable. Esta medida busca equilibrar la necesidad de proteger la industria nacional con la importancia de facilitar el acceso a tecnología importada.
Beneficios Esperados para el Sector Agrícola Argentino
La implementación del Decreto 273/2025 se espera que genere una serie de beneficios significativos para el sector agrícola argentino. En primer lugar, permitirá a los productores acceder a maquinaria agrícola usada a un costo más accesible, lo que contribuirá a mejorar su rentabilidad y competitividad. La renovación del parque de maquinaria agrícola también se traducirá en una mayor eficiencia en las operaciones, una reducción de los costos de producción y un aumento de la productividad.
La mayor disponibilidad de maquinaria agrícola usada también beneficiará a los pequeños y medianos productores, quienes podrán modernizar sus operaciones sin tener que recurrir a créditos costosos o a inversiones elevadas. Esto les permitirá competir en igualdad de condiciones con los grandes productores y aprovechar al máximo el potencial de sus tierras. La modernización del sector agrícola también contribuirá a generar empleo y a dinamizar la economía local.
Además, la importación de maquinaria agrícola usada puede contribuir a reducir la dependencia de Argentina de los fabricantes de equipos nuevos, lo que le dará mayor poder de negociación y le permitirá obtener mejores precios. La competencia entre los fabricantes de equipos nuevos y los importadores de maquinaria usada también estimulará la innovación y la mejora de la calidad de los productos.
Capítulos Arancelarios Afectados: Un Análisis Detallado
La nueva regulación abarca una amplia gama de maquinaria agrícola, incluyendo los Capítulos 84 a 90 de la Nomenclatura Común del Mercosur. El Capítulo 84 se refiere a máquinas y aparatos mecánicos, incluyendo tractores y maquinaria para la preparación de tierras. El Capítulo 85 abarca aparatos eléctricos para la agricultura, como sistemas de riego y control de plagas. El Capítulo 87 cubre vehículos terrestres, incluyendo remolques y semirremolques utilizados en la agricultura.
El Capítulo 88 se refiere a maquinaria agrícola específica, como cosechadoras, sembradoras y pulverizadoras. El Capítulo 89 abarca maquinaria para la industria alimentaria, como equipos para el procesamiento de granos y la elaboración de productos lácteos. El Capítulo 90 incluye instrumentos de medición y control utilizados en la agricultura, como termómetros, barómetros y medidores de humedad. La inclusión de estos capítulos en la nueva regulación garantiza que una amplia gama de equipos agrícolas pueda ser importada de manera más fácil y eficiente.
Es importante destacar que la aplicación del derecho de importación, con un incremento del 100% sobre el Derecho de Importación Extrazona y un límite máximo del 35%, variará según la posición arancelaria específica de cada equipo. Por lo tanto, los importadores deberán consultar la Nomenclatura Común del Mercosur para determinar la alícuota aplicable a cada producto.
Desafíos y Consideraciones Futuras
Si bien el Decreto 273/2025 representa un avance significativo en la facilitación de la importación de maquinaria agrícola usada, aún existen algunos desafíos y consideraciones futuras que deben abordarse. En primer lugar, es fundamental garantizar que la implementación de la nueva regulación sea eficiente y transparente, evitando la aparición de nuevas barreras burocráticas. La simplificación de los trámites debe ser real y efectiva, y los tiempos de espera deben reducirse significativamente.
En segundo lugar, es importante monitorear el impacto de la nueva regulación en la industria nacional. Si bien el objetivo es facilitar el acceso a tecnología importada, es necesario proteger la producción local y evitar que la importación de maquinaria usada genere un impacto negativo en el empleo y la inversión. Se deben establecer mecanismos de control y seguimiento para garantizar que la competencia entre los fabricantes de equipos nuevos y los importadores de maquinaria usada sea justa y equitativa.
Finalmente, es fundamental promover la colaboración entre el Gobierno, los productores y los importadores para identificar y resolver cualquier problema que pueda surgir en la implementación de la nueva regulación. El diálogo y la cooperación son esenciales para garantizar que la importación de maquinaria agrícola usada contribuya al desarrollo sostenible del sector agrícola argentino.
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