Argentina Lidera Exportación Mundial de Maní y Genera Más de US$ 1.100 Millones
Argentina, tierra de tango y asado, ha demostrado una vez más su fortaleza en el sector agropecuario. Lejos de los tradicionales granos como la soja y el maíz, un cultivo modesto pero de creciente importancia ha escalado posiciones hasta alcanzar el liderazgo mundial: el maní. En la última campaña, el país se consagró como el principal exportador de maní a nivel global, generando ingresos superiores a los US$ 1.100 millones. Este logro no solo representa un hito para la economía argentina, sino que también evidencia el potencial de diversificación del sector agrícola y la capacidad de adaptación a las demandas del mercado internacional. Acompáñanos a explorar en profundidad este fenómeno, analizando los factores que impulsaron este crecimiento, las regiones productivas clave, los desafíos que enfrenta el sector y las perspectivas futuras para el complejo manicero argentino.
El Ascenso del Maní Argentino: Un Liderazgo Mundial Consolidado
La campaña más reciente ha sido testigo de un desempeño excepcional para el maní argentino. Con exportaciones que superaron los US$ 1.190 millones, el país no solo se posicionó como el principal exportador en términos de volumen, acaparando el 23% del mercado mundial, sino que también alcanzó el mayor valor de exportación en el período 2002-2024. Este crecimiento del 12% en comparación con el año anterior es un claro indicativo de la creciente demanda global de maní argentino, impulsada por su calidad y competitividad. Superar a referentes históricos como India, China, Estados Unidos y Brasil es un logro significativo que subraya la capacidad de Argentina para competir en mercados internacionales exigentes. El maní, un cultivo que históricamente no ocupó los primeros planos de la producción agrícola argentina, ha demostrado un potencial de crecimiento notable, superando incluso a sectores como el siderúrgico, vitivinícola, frutícola y de aluminio en términos de ingresos generados.
El aumento del 80% en las exportaciones de maní en los últimos diez años, en contraste con el crecimiento general de las exportaciones nacionales del 18%, resalta la dinámica particular de este sector. Este crecimiento sostenido se atribuye a una combinación de factores, incluyendo la inversión en tecnología, la mejora de las prácticas agrícolas, la diversificación de los productos derivados del maní y la apertura de nuevos mercados. La creciente demanda de maní en países como Estados Unidos, Europa y Asia, impulsada por su valor nutricional y su versatilidad en la industria alimentaria, ha sido un factor clave en este éxito. Además, la creciente popularidad de productos como la manteca de maní, los snacks de maní y los aceites de maní ha contribuido a aumentar la demanda global.
Córdoba: El Corazón Productivo del Maní Argentino
Si bien el cultivo de maní se extiende por diversas provincias argentinas, Córdoba se erige como el principal centro de producción, concentrando la mayor parte de la superficie sembrada y del volumen producido. La campaña 2025 marcó un récord histórico en superficie sembrada a nivel nacional, alcanzando las 530.200 hectáreas, un impresionante aumento del 23,3% en comparación con 2024. Gran parte de este incremento se concentró en la provincia de Córdoba, donde las condiciones climáticas y edáficas son particularmente favorables para el cultivo del maní. La región pampeana cordobesa, con sus suelos profundos y bien drenados, ofrece un entorno ideal para el desarrollo del maní, permitiendo obtener rendimientos elevados y productos de alta calidad.
Se estima que la producción de maní en la campaña 2025 alcanzará las 1,8 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 21,4% respecto de la campaña previa. Este aumento en la producción se debe no solo al incremento en la superficie sembrada, sino también a la mejora de las técnicas de cultivo y a la adopción de variedades de alto rendimiento. Los productores cordobeses han invertido en tecnología de precisión, sistemas de riego eficientes y programas de manejo integrado de plagas y enfermedades, lo que ha permitido optimizar la producción y reducir los costos. Además, la colaboración entre los productores, las instituciones de investigación y las empresas del sector ha sido fundamental para impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico.
Factores Clave del Éxito: Innovación, Calidad y Diversificación
El éxito del maní argentino no es producto de la casualidad, sino el resultado de una estrategia deliberada basada en la innovación, la calidad y la diversificación. La inversión en investigación y desarrollo ha permitido obtener variedades de maní adaptadas a las condiciones climáticas y edáficas de Argentina, con mayor rendimiento, resistencia a enfermedades y mejor calidad nutricional. Las instituciones de investigación, como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), han desempeñado un papel fundamental en este proceso, desarrollando nuevas tecnologías y brindando asistencia técnica a los productores. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos, el manejo integrado de plagas y enfermedades y la conservación del suelo, ha contribuido a mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental.
La calidad del maní argentino es reconocida a nivel mundial, lo que le permite acceder a mercados exigentes y obtener precios competitivos. Los productores argentinos han implementado sistemas de control de calidad rigurosos, que garantizan la inocuidad y la trazabilidad del producto. La certificación de las explotaciones agrícolas bajo normas internacionales, como ISO 9001 y HACCP, ha sido un factor clave para acceder a mercados como Estados Unidos y Europa. Además, la diversificación de los productos derivados del maní ha permitido aumentar el valor agregado y generar nuevas oportunidades de negocio. La producción de manteca de maní, snacks de maní, aceites de maní, harina de maní y otros productos procesados ha contribuido a aumentar la demanda y mejorar la rentabilidad del sector.
Desafíos y Perspectivas Futuras del Complejo Manicero
A pesar de los logros alcanzados, el complejo manicero argentino enfrenta una serie de desafíos que deben abordarse para garantizar su sostenibilidad y crecimiento a largo plazo. Uno de los principales desafíos es la volatilidad de los precios internacionales del maní, que pueden verse afectados por factores como las condiciones climáticas en otros países productores, las fluctuaciones de los tipos de cambio y las políticas comerciales. Para mitigar este riesgo, es fundamental diversificar los mercados de destino y desarrollar estrategias de comercialización que permitan asegurar precios justos para los productores. Otro desafío importante es la necesidad de mejorar la infraestructura logística, incluyendo los puertos, las rutas y los sistemas de almacenamiento, para facilitar el transporte y la exportación del maní.
La adaptación al cambio climático es otro desafío crucial para el sector. El aumento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos pueden afectar la producción de maní, especialmente en las regiones más vulnerables. Para hacer frente a este desafío, es necesario invertir en investigación y desarrollo de variedades de maní resistentes a la sequía y al calor, así como en sistemas de riego eficientes y prácticas de conservación del suelo. Finalmente, la necesidad de fortalecer la asociatividad entre los productores y las empresas del sector es fundamental para mejorar la competitividad y la capacidad de negociación. La creación de cooperativas y asociaciones de productores puede permitir obtener mejores precios, acceder a financiamiento y compartir conocimientos y experiencias.
Las perspectivas futuras para el complejo manicero argentino son alentadoras. Se espera que la demanda global de maní continúe creciendo en los próximos años, impulsada por el aumento de la población mundial, el cambio en los hábitos alimenticios y la creciente popularidad de productos saludables y nutritivos. Argentina está en una posición privilegiada para aprovechar esta oportunidad, gracias a su clima favorable, su tecnología de punta y su mano de obra calificada. Con una inversión continua en investigación y desarrollo, la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y el fortalecimiento de la asociatividad, el maní argentino puede seguir consolidando su liderazgo mundial y contribuyendo al desarrollo económico y social del país.
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