Argentina Moderniza la Importación y Exportación de Alimentos: Más Rápido, Seguro y Alineado al Mundo.
Argentina ha dado un paso significativo hacia la modernización de su política regulatoria alimentaria, impulsada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y el Instituto Nacional de Alimentos (INAL). A través del Decreto Reglamentario 35/2025 y la Disposición ANMAT N.º 537/2025, se ha implementado un sistema más ágil, transparente y alineado con los estándares internacionales, facilitando el comercio y, crucialmente, fortaleciendo la protección de la salud pública. Este artículo explora en detalle los cambios implementados, sus beneficios para los importadores y exportadores, y el impacto positivo en la eficiencia del control sanitario alimentario.
- Modernización del Código Alimentario Argentino: Un Nuevo Marco Regulatorio
- Implementación a Través de la Disposición ANMAT N.º 537/2025: Lineamientos Clave
- Simplificación de Trámites: Reducción de Tiempos y Pasos Administrativos
- Reconocimiento de Estándares Internacionales: Integración de Certificaciones Sanitarias
- El Rol del INAL y la Interoperabilidad con VUCEA y ARCA: Un Avance Tecnológico
- Gestión Eficiente de Recursos y Vigilancia Sanitaria Ex Post
- Hacia una Regulación Moderna y Armónica con el Comercio Internacional
Modernización del Código Alimentario Argentino: Un Nuevo Marco Regulatorio
La modificación del Código Alimentario Argentino, formalizada a través del Decreto Reglamentario 35/2025, representa un hito en la adaptación de la normativa alimentaria argentina a las exigencias del comercio global y los avances tecnológicos. Anteriormente, los procedimientos de importación y exportación de alimentos eran notoriamente complejos y burocráticos, generando demoras innecesarias y costos adicionales para las empresas. La nueva regulación busca simplificar estos procesos, eliminando redundancias y optimizando los flujos de trabajo. Este cambio no solo beneficia a los operadores del sector, sino que también contribuye a una mayor competitividad de los productos argentinos en el mercado internacional.
La clave de esta modernización reside en la adopción de un enfoque basado en el riesgo, priorizando los controles sanitarios en aquellos productos y procesos que representan un mayor potencial de peligro para la salud pública. Esto permite una asignación más eficiente de los recursos disponibles, concentrando los esfuerzos de fiscalización en las áreas más críticas. Además, la nueva normativa promueve la articulación interinstitucional, fomentando la colaboración entre la ANMAT, el INAL, la Aduana y otros organismos relevantes en la cadena alimentaria.
Implementación a Través de la Disposición ANMAT N.º 537/2025: Lineamientos Clave
La Disposición ANMAT N.º 537/2025 detalla la implementación del nuevo marco regulatorio, estableciendo lineamientos claros para la obtención de avisos y autorizaciones de importación. Uno de los aspectos más relevantes de esta disposición es la adecuación del sistema a los desafíos del contexto global y los avances tecnológicos. Se han incorporado nuevas herramientas y plataformas digitales para facilitar la presentación de solicitudes, el seguimiento de trámites y la comunicación entre los diferentes actores involucrados. Esto reduce significativamente la dependencia de los procesos manuales y el uso de papel, agilizando los tiempos de respuesta y minimizando el riesgo de errores.
La disposición también establece criterios claros para la evaluación de la documentación presentada, garantizando la transparencia y la objetividad en la toma de decisiones. Se han definido los requisitos específicos para cada tipo de producto alimentario, teniendo en cuenta su origen, composición y proceso de elaboración. Esto permite a los importadores conocer de antemano las condiciones que deben cumplir para obtener la autorización correspondiente, evitando sorpresas desagradables y demoras innecesarias.
Simplificación de Trámites: Reducción de Tiempos y Pasos Administrativos
La simplificación de trámites es uno de los logros más destacados de la reforma regulatoria. Anteriormente, el proceso de importación o exportación de alimentos implicaba una serie de pasos administrativos complejos y redundantes, que podían extenderse durante semanas o incluso meses. La nueva normativa ha reducido significativamente estos tiempos, eliminando pasos innecesarios y optimizando los flujos de trabajo. Esto se traduce en una mayor eficiencia para las empresas, que pueden poner sus productos en el mercado más rápidamente y reducir sus costos operativos.
La implementación de plataformas digitales y la automatización de procesos han sido fundamentales para lograr esta simplificación. Los importadores y exportadores pueden ahora presentar sus solicitudes de forma electrónica, realizar el seguimiento de sus trámites en tiempo real y recibir notificaciones automáticas sobre el estado de sus solicitudes. Esto elimina la necesidad de realizar múltiples viajes a las oficinas de la ANMAT y reduce la posibilidad de errores y demoras.
Reconocimiento de Estándares Internacionales: Integración de Certificaciones Sanitarias
La nueva normativa ha incorporado un importante reconocimiento de estándares internacionales, integrando certificaciones sanitarias de alta vigilancia provenientes de países como Australia, Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos. Esto significa que los productos alimentarios que cumplen con los requisitos sanitarios de estos países pueden ser importados a Argentina con mayor facilidad, sin necesidad de realizar pruebas o inspecciones adicionales. Este reconocimiento agiliza los trámites y reduce los costos para los importadores, al tiempo que garantiza la seguridad y la calidad de los productos que ingresan al país.
Además, la normativa ha adoptado los lineamientos del Codex Alimentarius, el conjunto de normas internacionales sobre alimentos elaboradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto asegura que la regulación alimentaria argentina esté alineada con las mejores prácticas internacionales y que los productos que se comercializan en el país cumplan con los estándares de calidad y seguridad más exigentes.
El Rol del INAL y la Interoperabilidad con VUCEA y ARCA: Un Avance Tecnológico
La reforma regulatoria ha consolidado el rol del Instituto Nacional de Alimentos (INAL) como ente técnico-sanitario rector en la evaluación y fiscalización del comercio de alimentos acondicionados. El INAL es responsable de evaluar la seguridad y la calidad de los productos alimentarios, así como de establecer los requisitos sanitarios que deben cumplir los importadores y exportadores. La nueva normativa ha fortalecido la capacidad del INAL para llevar a cabo estas funciones, dotándolo de las herramientas y los recursos necesarios.
Un avance tecnológico clave ha sido la interoperabilidad de las certificaciones emitidas por el INAL a través de VUCEA (Ventanilla Única de Comercio Exterior y Aduanas). Anteriormente, los importadores debían imprimir los certificados y presentarlos físicamente ante la Aduana, lo que generaba demoras y riesgos de errores. Ahora, los certificados están disponibles de forma electrónica en VUCEA, lo que facilita su validación y reduce la posibilidad de fraudes. Esta interoperabilidad también permite a la ANMAT y a ARCA (Administración de Recursos de la Seguridad Social) acceder a la información en tiempo real, lo que mejora la coordinación y la eficiencia de los controles sanitarios.
VUCEA, a su vez, proporciona al INAL un tablero digital con todas las operaciones que lleva adelante ARCA en tiempo real. Esto permite al INAL tener una visión completa del flujo de productos alimentarios que ingresan y salen del país, lo que facilita la identificación de riesgos y la toma de decisiones informadas. Esta integración de sistemas es un ejemplo de cómo la tecnología puede utilizarse para mejorar la eficiencia y la transparencia de la gestión pública.
Gestión Eficiente de Recursos y Vigilancia Sanitaria Ex Post
La reforma regulatoria ha permitido una gestión más eficiente de los recursos humanos y tecnológicos, priorizando la vigilancia sanitaria ex post y los controles basados en riesgo. La vigilancia ex post implica la realización de inspecciones y análisis de laboratorio después de que los productos alimentarios han ingresado al mercado, para verificar que cumplen con los requisitos sanitarios establecidos. Los controles basados en riesgo se centran en aquellos productos y procesos que representan un mayor potencial de peligro para la salud pública, optimizando la asignación de los recursos disponibles.
Esta nueva estrategia de control sanitario permite a la ANMAT y al INAL detectar y prevenir problemas de seguridad alimentaria de forma más eficaz. Al centrarse en los riesgos más importantes, se pueden evitar brotes de enfermedades transmitidas por alimentos y proteger la salud de la población. Además, la gestión eficiente de los recursos permite a la ANMAT y al INAL ampliar su cobertura y mejorar la calidad de sus servicios.
Hacia una Regulación Moderna y Armónica con el Comercio Internacional
Con esta reforma, Argentina avanza hacia una regulación más moderna, ágil y armónica con el comercio internacional, sin resignar su compromiso con la inocuidad alimentaria y la salud pública. La simplificación de trámites, el reconocimiento de estándares internacionales y la interoperabilidad de sistemas son elementos clave de esta modernización. Estos cambios no solo benefician a las empresas, sino que también contribuyen a una mayor competitividad de los productos argentinos en el mercado global.
La nueva normativa representa un paso importante hacia la construcción de un sistema alimentario más seguro, eficiente y sostenible. Al adoptar un enfoque basado en el riesgo y promover la articulación interinstitucional, se fortalece la capacidad de Argentina para proteger la salud de su población y garantizar el acceso a alimentos seguros y nutritivos. La inversión en tecnología y la automatización de procesos son fundamentales para mantener esta modernización y adaptarse a los desafíos del futuro.
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