Asado al Sur: Fin de Restricciones y Nueva Era para la Carne en la Patagonia
Después de más de dos décadas de restricciones que limitaron el flujo de productos cárnicos, la Patagonia argentina celebra una nueva era en su acceso al asado proveniente de otras regiones del país. Esta decisión, largamente esperada por productores, consumidores y la industria alimentaria, representa un hito en la política sanitaria del país y abre nuevas oportunidades económicas para las provincias patagónicas. El levantamiento parcial de la “barrera sanitaria”, implementada en 2002 tras la declaración de la Patagonia como zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, no es un cambio radical, sino una excepción cuidadosamente calibrada que busca equilibrar la protección del estatus sanitario regional con la demanda interna y la modernización de las regulaciones.
- El Legado de la Barrera Sanitaria: Dos Décadas de Restricciones
- La Nueva Resolución: Condiciones y Alcance del Cambio
- Cortes Permitidos y Excluidos: Una Delimitación Precisa
- Material Reproductivo: Requisitos Actualizados para la Protección Sanitaria
- Impacto en la Industria y el Consumo: Expectativas y Desafíos
- El Contexto Internacional y el Mantenimiento de los Mercados
El Legado de la Barrera Sanitaria: Dos Décadas de Restricciones
La prohibición de ingresar carne con hueso a la Patagonia se originó en la necesidad de preservar el estatus sanitario de la región, libre de fiebre aftosa sin vacunación. Este estatus, crucial para el comercio internacional de productos cárnicos, requería medidas drásticas para evitar la introducción del virus. La fiebre aftosa, una enfermedad altamente contagiosa que afecta al ganado, puede causar pérdidas económicas significativas y restringir el acceso a mercados internacionales. La Patagonia, gracias a rigurosos controles y la ausencia de vacunación, logró mantener su condición de zona libre, convirtiéndose en un referente a nivel mundial.
Sin embargo, esta protección tuvo un costo. La restricción limitó la oferta de ciertos cortes de carne, especialmente el asado y el costillar, en la región, elevando los precios y generando descontento entre los consumidores. Los productores locales, aunque beneficiados por la menor competencia, también enfrentaron desafíos para satisfacer la demanda interna. Durante años, se plantearon alternativas para flexibilizar la normativa, buscando un equilibrio entre la seguridad sanitaria y las necesidades económicas.
La Nueva Resolución: Condiciones y Alcance del Cambio
La reciente resolución del Gobierno Nacional, publicada en el Boletín Oficial, marca un punto de inflexión en esta situación. La medida permite el ingreso de cortes con huesos planos, como el asado y el costillar, bajo estrictas condiciones sanitarias y de trazabilidad. Esta excepción puntual no implica un levantamiento general de la barrera sanitaria, sino una adaptación a los cambios en el contexto sanitario y a las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). La clave reside en la implementación de protocolos rigurosos que garanticen la seguridad de los productos y la protección del estatus sanitario de la Patagonia.
La resolución afecta a productores, transportistas y comercializadores de productos de origen animal en todo el país, especialmente a aquellos que operan entre las distintas zonas sanitarias reconocidas por la OMSA. Se establece que la carne ingresante debe provenir de animales sanos y cumplir con los requisitos de vacunación o pruebas negativas de anticuerpos. Además, se exige una trazabilidad completa del producto, desde el origen hasta el destino final, para facilitar el rastreo en caso de cualquier eventualidad. El destino exclusivo de la carne será el consumo interno dentro del área patagónica, prohibiendo su reexportación fuera de la región.
Cortes Permitidos y Excluidos: Una Delimitación Precisa
La resolución establece una delimitación precisa de los cortes de carne permitidos y excluidos. Se autoriza el ingreso de costilla, asado y esternón, siempre que cumplan con los requisitos sanitarios establecidos. En cambio, se mantienen prohibidos los cortes con huesos largos, como el osobuco o el lomo con hueso, debido a su mayor riesgo potencial de propagación de la fiebre aftosa. Esta distinción se basa en estudios técnicos que evalúan la probabilidad de supervivencia del virus en diferentes tipos de huesos y tejidos.
La zona alcanzada por la disposición comprende todas las provincias ubicadas al sur del río Colorado: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, así como el sector del partido de Patagones, en la provincia de Buenos Aires, situado al sur de ese límite natural. Esta delimitación geográfica responde a la necesidad de mantener el estatus sanitario diferencial de la Patagonia, reconocido tanto a nivel nacional como internacional. La decisión busca proteger las áreas libres de fiebre aftosa sin vacunación, al tiempo que permite satisfacer la demanda interna de ciertos cortes de carne.
Material Reproductivo: Requisitos Actualizados para la Protección Sanitaria
La nueva resolución también aborda la cuestión del material reproductivo, estableciendo requisitos actualizados para garantizar la seguridad sanitaria. Se exige que los embriones de bovinos y bubalinos producidos in vitro cumplan con las recomendaciones de la OMSA y que las hembras donantes no hayan presentado signos clínicos de fiebre aftosa en el momento de la recolección. Además, deben haber permanecido los tres meses previos en una zona con vacunación y cumplir con requisitos de vacunación o pruebas negativas de anticuerpos.
Para el semen de rumiantes y cerdos domésticos, se exige que los donantes no hayan presentado síntomas y hayan permanecido al menos tres meses en una zona libre con vacunación, además de cumplir con requisitos de vacunación o pruebas serológicas. Estas medidas buscan prevenir la introducción del virus de la fiebre aftosa a través del material reproductivo, protegiendo así la salud del ganado y el estatus sanitario de la Patagonia. La actualización de los requisitos se basa en los cambios en el capítulo de fiebre aftosa del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA.
Impacto en la Industria y el Consumo: Expectativas y Desafíos
El levantamiento parcial de la barrera sanitaria genera expectativas positivas en la industria alimentaria y entre los consumidores patagónicos. Se espera que la mayor oferta de cortes de carne, especialmente el asado y el costillar, contribuya a reducir los precios y satisfacer la demanda interna. Los productores locales, aunque enfrentarán una mayor competencia, también podrán beneficiarse de la dinamización del mercado y la posibilidad de ampliar su oferta de productos.
Sin embargo, la implementación de la nueva resolución también presenta desafíos. Es fundamental garantizar el cumplimiento estricto de los requisitos sanitarios y de trazabilidad para evitar cualquier riesgo de propagación de la fiebre aftosa. Se requiere una coordinación efectiva entre las autoridades sanitarias de las diferentes provincias y una capacitación adecuada de los productores, transportistas y comercializadores. La vigilancia epidemiológica y los controles sanitarios deben reforzarse para asegurar la protección del estatus sanitario de la Patagonia.
El Contexto Internacional y el Mantenimiento de los Mercados
La resolución aclara que la actualización de los requisitos sanitarios internos no representa un impacto para el comercio internacional y el mantenimiento de los mercados con otros países o bloques vigentes. La medida responde a la realizada en el capítulo de fiebre aftosa del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA, lo que demuestra el compromiso del país con las normas internacionales y la protección de su reputación como proveedor de productos cárnicos de alta calidad.
El país se mantiene dividido en cuatro zonas libres de fiebre aftosa, tres de ellas sin vacunación (Patagonia, Patagonia Norte A y Valles de Calingasta) y una con vacunación (Centro Norte y Cordón Fronterizo), todas reconocidas internacionalmente. Esta zonificación permite mantener el estatus sanitario diferencial de cada región, adaptando las medidas de control a las características específicas de cada zona. La flexibilidad y la adaptación a las normas internacionales son clave para garantizar el acceso a los mercados globales y la sostenibilidad de la industria cárnica argentina.
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