Asentamientos israelíes en Palestina violan el derecho internacional, según la CIJ
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha emitido un contundente fallo sobre la legalidad de los asentamientos israelíes en Palestina, declarando que violan el derecho internacional.
La naturaleza de los asentamientos israelíes
El tribunal determinó que los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este infringen la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe los traslados forzosos de personas. La CIJ encontró que Israel confisca regularmente tierras después de demoler propiedades palestinas, reasignándolas a asentamientos israelíes, lo que constituye una violación de esta convención.
Además, el tribunal destacó que Israel legaliza rutinariamente los puestos avanzados establecidos en desafío de su propia legislación interna, lo que indica una violación de las regulaciones de La Haya, que exigen a los ocupantes respetar el derecho y el orden en los territorios ocupados.
La naturaleza de los actos de Israel, incluyendo la confiscación de tierras y la demolición de propiedades, indica que sus políticas territoriales no se ajustan a las normas internacionales sobre ocupación.
La responsabilidad de Israel
La CIJ criticó a Israel por no impedir la violencia de los colonos israelíes contra la población palestina en Cisjordania. El tribunal señaló que el Estado tiene la obligación de mantener el orden y proteger a la población ocupada, pero ha fallado en este deber.
La corte concluyó que los asentamientos israelíes y el régimen asociado con ellos han sido establecidos y mantenidos en violación del derecho internacional, y que Israel tiene la responsabilidad de poner fin a estas violaciones y reparar el daño causado.
El estatus de Gaza
Además de su decisión sobre los asentamientos, la CIJ también declaró que Gaza es parte integral del territorio ocupado por Israel en 1967 y forma una "única unidad territorial" con Cisjordania y Jerusalén Este.
Esta declaración tiene implicaciones significativas para el estatus legal de Gaza, ya que reconoce su conexión con los otros territorios ocupados y rechaza los intentos de Israel de separarla del resto de Palestina.
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